(VOVworld) – Por su vinculación y amor al caballo, los Mong practican un deporte audaz que es la carrera de caballos. En la fiesta “Colores primaverales en todas las regiones de la Patria” celebrada recientemente en Dong Mo, Son Tay, Hanoi, los jinetes Mong del distrito de Bac Ha, provincia de Lao Cai, asombraron a los visitantes. Después de la orden de partida del árbitro, los domadores de corceles corrieron velozmente entre vítores de los espectadores.
Los jinetes son muchados Mong, del distrito montañoso de Bac Ha
Participan en esta carrera 16 caballos divididos en 8 turnos. Los cabalgadores Mong, con cascos de plástico y zapatos de tela toman riendas, lanzándose adelante. De vez en cuando los potros “torpes” salen de la pista y los jinetes pierden mucha fuerza para guiarlos. Incluso, caen en las curvas, asustando a los espectadores. Después de concluir la primera vuelta con su compañero Vang Van Cuong, Vang Van Quyet, de la aldea Na Ang B, comuna de Na Hoi, distrito de Bac Ha, dice: “Desde pequeño aprendí a montar caballo. Debo mantener el equilibrio para no caer y me percato cuando el animal quiere desviarse.”
Por su parte, Cuong, su rival en esta vuelta expresa: “Si me gusta cabalgar, debo entender el carácter de mi corcel. Por lo tanto, lo acaricio con frecuencia y puedo corregir de inmediato sus errores en la carrera.”
Intensa competencia en una difícil curva
En cuanto a la forma de tomar riendas y elegir potros, el picador Quyet agrega: “Tomar riendas es igual que manejar una moto a su antojo. Por ello, debo escoger para criar y adiestrar un tusón dócil y manso, de faz brillante, patas rectas, pezuñas centradas y pecho ancho.”
Antes del concurso, los caballistas deben practicar durante un año. Al principio, montan para conocer a los potros, después corren y aumentan gradualmente la velocidad. Anteriormente, las carreras de caballos se organizaban en senderos montañosos y ahora en caminos construidos de hormigón. Por lo tanto, se deben cubrir las pezuñas para no causarles dolor en sus patas.
Nada es fácil cabalgar sin montura ni estribos
Además de la práctica, para lograr la victoria, se debe cuidar bien al animal. Al observar a Vang Van Cuong tratando con amor y ternura su alazán, se puede comprender por qué es fácil para él cabalgar. Cuong explica: “Aplico un buen régimen de alimentación con 50 kilogramos de hierbas y medio kilogramo de maíz cocinado al día. Además, le hago caricias en momentos de descanso.”
El comité organizador anuncia los cabalgadores ganadores
El concurso hípico de los Mong se originó en sus actividades cotidianas que consisten en emplear el corcel como un medio de transporte y circulación. Debido a los senderos montañosos muy accidentados, el tusón camina despacio. Cuando no transportan productos, los jóvenes étnicos compiten al galope. Poco a poco nace la carrera de caballos en villorrios Mong después de concluir los trabajos en el campo. El premio solo es el estímulo de los aldeanos y al vencedor lo llaman dueño de buen potro.
Este juego de carácter popular y resuelto se ha convertido en un rasgo cultural original de los Mong. Los jóvenes honestos que emplean diariamente sus trotones para transportar arroz y maíz del campo a la casa, presentaron espectáculos atractivos, dejando impresiones imborrables en los asistentes a la carrera de caballos.