El muelle de Bay Rong siempre ha sido el escenario de la ceremonia de rezar por la salud de los elefantes de la etnia Ede en la aldea de Tri, de la comuna de Krong Na, distrito de Buon Don.  El chamán Y Han Bkrong, acompañado por sus dos asistentes, encabeza una delegación integrada por los aldeanos para ir hasta el muelle. El hechicero sostiene en su mano una calabaza vinatera llena de agua y los pobladores, las ofrendas.

El chamán acompañado por sus dos asistentes, encabeza una delegación integrada por los aldeanos para ir hasta el muelle.

Al lado del muelle, bajo la sombra de un tamarindo secular, siete elefantes se visten con coloridos paños de brocado. Según Y Tang Rya, en la aldea de Ea Rong A, la ceremonia de oración por la salud de los elefantes es para mostrar respeto por este animal y pedir que esté sano y no se enferme.

Mientras tanto, los M'nong consideran a los elefantes como miembros de la familia por lo que los atiendan y adoran de manera cuidadosa con el deseo de que estén siempre sanos, mansos y traigan buena suerte al dueño y al pueblo. Tradicionalmente, el rito de oración de la salud para los elefantes se realiza al final de la cosecha. En ese momento, los elefantes serán bañados, comerán deliciosos alimentos y descansarán en preparación para los rituales. Antes, cada familia preparaba un cerdo y varias jarras de aguardiente como ofrendas, en dependencia de las condiciones económicas del propietario. Pero, en los últimos 2 o 3 años, la gente local suele organizar cultos colectivos para la manada de elefantes de la comuna. Y Ril Knul, patriarca de la aldea de Ea Mar, comuna de Krong Na, dijo: “Las ofrendas del ritual incluyen arroz, velas, nuez de betel, aguardiente y un cerdo de unos 30 kilogramos. Luego, el brujo toma la sangre del cerdo sacrificado y la pone junto con otras ofrendas en el altar, y luego la pone sobre la cabeza de los elefantes para demostrar el amor del propietario por ellos, orando por su salud”.

Mientras realiza los rituales, el hechicero lee oraciones a los dioses para que cuiden y protejan la salud de los elefantes, orando para que apoyen a sus propietarios y al poblado para los trabajos importantes. Luego, les pone brazaletes de cobre a los cornacas, les entrega parte de la ofrenda y les desea buena salud para que cuiden y protejan mejor a los elefantes.

Al final de los rituales, los autóctonos siguen tocando gongs, bebiendo el “ruou can” (aguardiente peculiar de los grupos minoritarios en Tay Nguyen), bailando y sumergiéndose en el ambiente festivo. No solo es una oportunidad para que los dueños y cuidadores de elefantes muestren su respeto por sus animales, esta ceremonia también es una oportunidad para que los pobladores locales se reúnan para fortalecer sus lazos de solidaridad y mantener los rasgos culturales tradicionales de su comunidad. Y Com H wing, encargado del equipo de instrumentistas de gongs en la comuna de Krong Na, compartió: 

“Percibo que el festival es muy divertido, el cual alentará a los étnicos a mantener y desarrollar el oficio de cuidar elefantes”. 

Al final de los rituales, los autóctonos siguen tocando gongs, bebiendo el “ruou can” y sumergiéndose en el ambiente festivo.

A lo largo de los años, la provincia de Dak Lak ha realizado grandes esfuerzos para preservar la organización de la ceremonia de oración de la salud de elefantes y convertirla en una nueva actividad cultural para promover el desarrollo del turismo local. Y Te Bkrong, en la aldea de Drang Phok, comuna de Krong Na, opinó:

“La sociedad se moderniza día a día, pero no podemos perder la identidad cultural de la nación. Las costumbres tradicionales siempre deben ser preservadas para promover sus valores. Por eso, la comuna de Krong Na y el Centro de Turismo han ayudado a los étnicos locales a organizar rituales arraigados, vinculándolos con el desarrollo turístico, en aras de presentar a los visitantes los elementos culturales y espirituales de los grupos étnicos”.

La ceremonia de oración por la salud del elefante de las minorías étnicas en Tay Nguyen expresa el cariño y la gratitud de los dueños hacia sus elefantes. Mantener el ritual también es una oportunidad para recordar a los autóctonos que deben tratar bien a estos animales, cuidarlos y preservarlos.