Kho Mu es una de las minorías étnicas establecidas desde tiempos muy remotos en la provincia de Dien Bien, en el norte de Vietnam. A pesar de no tener una escritura propia, dispone de un rico acervo cultural y artístico. Su arpa de boca típica enriquece este tesoro folclórico y también la vida espiritual de los autóctonos, especialmente de los enamorados.

Lo Van An, residente Kho Mu en la provincia de Dien Bien con su arpa de boca

“Th’roong”, nombre de este instrumento en el idioma Kho Mu, está hecho de un trozo de bambú, que debe ser viejo y seco. Es semejante a otras arpas de boca de metal de grupos étnicos vecinos, con un empleo parecido.

Pues, ¿cómo se usa? El instrumentista lo acerca a su boca y toca la lengüeta para hacerla vibrar contra los labios, creando un sonido grave y de larga percusión.

En esta comunidad, el Dan moi no se usa para las actividades de credo o religión, sino en las ocasiones festivas, celebraciones o citas de amor. Cuando un joven se enamora de una muchacha, se acerca por la noche a su casa y le dedica piezas musicales con un arpa de boca. En el silencio de la madrugada, los sonidos de ese instrumento son como un susurro cargado de sentimientos amorosos, transmitiendo la esperanza de que la chica lo escuche y entienda su emoción.

Lo Van An, de la etnia Kho Mu, residente en Muong Ang, provincia de Dien Bien, expresó: “En paseos nocturnos hacia la casa de su chica, un hombre Kho Mu siempre lleva consigo su Dan moi para despertar el amor en ella. Si a ella le resulta de agrado, abrirá la puerta para invitarlo a charlar”.

Por esta razón, no es exagerado comparar los sonidos salidos del arpa de boca con la voz del alma de los hombres hacia el amor de su vida, puesto que cargan toda la adoración y pasión del enamorado. Es tan clara como una declaración de amor expresada con palabras. A una muchacha pueden dedicarle piezas musicales amorosas varios pretendientes, pero ella solo abrirá su corazón a quien le toque el alma.

Una pareja Kho Mu en trajes tradicionales (Foto: dienbientv.vn)

El Dan moi se vincula muy estrechamente con la tradición de los hombres autóctonos de tocar con los nudillos de su mano el piso de la vivienda de sus amadas para invitarlas a salir. De acuerdo con Quang Van Ca, esa no es una actuación casual, sino una señal convenida luego de que la pareja se conoció lo suficiente. Entonces, en una noche amorosa, el pretendiente llamará a su amada del modo descrito. Van Ca agregó: “Cuando una muchacha acepta a un hombre, le abrirá la puerta. Ambos conversan al lado del horno para intercambiar sentimientos. En caso de que a los progenitores de la chica les caiga bien el pretendiente, los dejarán solos, pero de lo contrario se levantarán y atizarán el fuego, como forma de cortarles el encuentro”.

Luego de unas noches frecuentando la vivienda de la chica de ese modo, si desea establecer algo serio, el enamorado pedirá la autorización de sus padres para poder ayudarla en las faenas en el campo. Si ellos aceptan le invitan a comer junto a la familia, ocasión en que el hombre aprovechará para manifestar su deseo de ser admitido como otro miembro más.

El amor de los autóctonos, es tan apasionado, tierno y discreto como los tonos naturales de su instrumento Dan moi tocado en las citas amorosas.