(VOVWORLD) - Los Ma, una minoría étnica establecida en el distrito de Cat Tien, provincia altiplánica de Lam Dong, en el centro de Vietnam, mantienen hasta hoy su ancestral ritual en agradecimiento al dios del bosque. Esta es una práctica muy vinculada con la producción agrícola y que tiene gran significación en la vida espiritual de los autóctonos. Mediante ella, expresan su gratitud y respeto a lo que les regala la Madre Naturaleza.
El sacerdote realiza el ritual en casa. (Foto: baodantoc.vn)
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Cuando llega la temporada de lluvias, los arroyos están llenos de agua y los árboles brotan; ése es el momento en que la comunidad Ma celebra el ritual en tributo a su genio del bosque.
Según Nguyen Huy Cao, funcionario del Centro de Cultura, Comunicación y Deportes del distrito de Cat Tien, la celebración existe desde el establecimiento del pueblo Ma en este lugar. Se puede celebrar el ritual en el ámbito familiar, entre un linaje, o a nivel comunitario. Si en un año se producen calamidades naturales como inundaciones o sequía, o cuando hay personas que mueren en la selva, entonces toda la aldea se suma a celebrar la ceremonia para pedir las bendiciones de las divinidades protectoras, entre ellas la de la selva.
El funcionario dejó saber: “La envergadura del ritual depende de las condiciones económicas de cada familia, cada linaje o de la aldea. Por ejemplo, si se celebra entre la comunidad se sacrifica un búfalo para elaborar comidas. Una familia adinerada también puede matar un búfalo, y un hogar de dos o tres generaciones que viven juntos en una casa preparan un cerdo o una cabra. El animal que se sacrifica en esta ceremonia suele ser un gallo o uno de cuatro patas”.
A través de este ritual, los Ma desean vivir una vida próspera y serena, tal como explicó Dieu Cac Khu, radicado en la aldea Ngo, del distrito de Cat Tien.
“Llevamos a cabo esta ceremonia para rezar porque nuestro pueblo goce de buena salud. Con la protección de la divinidad del bosque podemos ir a la selva y a la montaña sin preocuparnos de nada. Rendimos tributo al dios de la montaña y al dios del bosque para que bendigan a todo el pueblo, y no a una persona en particular”, dijo.
El culto al dios de la selva no es solo una práctica espiritual, sino también está impregnado de la identidad cultural de la etnia Ma. Es tan importante, que todos los aldeanos se involucran en la preparación con un mes de antelación. El patriarca K Ban, de la aldea Ngo, comentó: “Todos los aldeanos, incluidos niños y mujeres, participan en los trabajos preparatorios. Las ofrendas incluyen arroz cocinado en tubos de bambú y platos hechos de carne. La bandeja de ofrendas en casa es sencilla, pero en el patio se hace un banquete con una mesa de tres a cuatro metros de largo. Cada familia contribuye con lo que tiene, unas aportan pollos y otras cerdos. Los linajes numerosos también pueden contribuir al agasajo con un búfalo”.
Jóvenes Ma tocan gongs y bailan danzas tradicionales. (Foto: VOV) |
En la ceremonia de culto al dios de la selva de los Ma, el “cay neu” es uno de los elementos más importantes. Se trata de un largo palo de bambú del cual están colgados figuritas y efigies. Se cree que este es el lugar en que los espíritus moran y disfrutan de las ofrendas. Para este ritual especial, se coloca un “cay neu” dentro de la casa en el centro de la habitación principal y otro en el patio.
Nguyen Huy Cao explicó: “El ‘Cay neu’ para los indígenas de Tay Nguyen es una herramienta para conectar con su Dios, el Giang. Este mora en el ‘cay neu’ para entrar en casa y disfrutar del aguardiente tradicional ‘ruou can’ y de otras ofrendas. Mientras, el otro palo que se coloca a cielo abierto sirve para atar el búfalo objeto del sacrificio”.
Para comenzar el ritual de agradecimiento a la deidad del bosque, el celebrante se encuentra en el portal para dar la bienvenida a los invitados y a los vecinos. Mientras tanto, los jóvenes de la aldea tocan gongs y se mueven al compás de sus ritmos tradicionales.
El arraigado ritual en agradecimiento al dios del bosque afirma la conexión de la etnia Ma con la naturaleza y le alienta a proteger su entorno de vida. También contribuye a preservar la identidad cultural de esta comunidad y a promover la unidad de los autóctonos.