(VOVWORLD) - Los La Ha son una minoría étnica que reside principalmente en el noroeste de Vietnam. Su existencia depende totalmente de la producción agrícola, por lo que esta marca el estilo de vida, el credo, la identidad cultural y las costumbres de los autóctonos. Una de las tradiciones arraigadas de este pueblo es la celebración del “com moi”, o del arroz nuevo.
Los La Ha conceden especial importancia al ritual del arroz nuevo, ocasión en que expresan su gratitud a los antepasados y las deidades, quienes según su creencia, protegen los cultivos y les propician abundantes cosechas. También piden continuar recibiendo las bendiciones de los ancestros y los seres divinos para las próximas temporadas productivas.
Los La Ha en una fiesta tradicional |
Según Lo Van Doi, de esta comunidad étnica y radicado en la comuna de Nam Et, perteneciente al distrito de Quynh Nhai, provincia septentrional de Son La, en septiembre u octubre, cuando el campo comienzan a amarillecer, las familias escogen una fecha auspiciosa y encargan a la ama de casa o a su nuera mayor recolectar arroz, que suele ser del tipo glutinoso. Con los granos inmaduros elaboran el “com” (machacados) y con los maduros, el “xoi” (cocinados a vapor).
Sin embargo, antes de recoger arroz, se realiza una ceremonia con todos los protocolos necesarios. Son indispensables las ofrendas, que incluyen unas espigas de arroz, un gallo, un pato, un cerdo, una tinaja de aguardiente con tubos de bambú y dos botellas de ron blanco. Además, preparan en casa comidas y bebidas al servicio de los familiares y las personas que vienen a ayudar. Invitan a un hechicero de la aldea a dirigir la ceremonia, que se efectúa en los mismos sembradíos donde ya están colocados los platos elaborados. Lo Van Doi contó: “Antes, las familias La Ha preparaban las ofrendas para rendir tributo a las divinidades protectoras de los cultivos cuando empezaban a amarillecer las parcelas con el arroz maduro. Según la filosofía ancestral, si no lo hacían, posiblemente las cosechas no fueran tan buenas como deseaban. Tras terminar el ritual se podía recoger el arroz”.
Otro ritual se realiza en casa, con el arroz ya cocinado. La bandeja de ofrendas también está compuesta por platos hechos con carne de cerdo, pollo, pescado y frutas y otros productos caseros. El “Na mau” y el “Ma cong”, o el arroz glutinoso inmaduro machacado, y el maduro cocinado a vapor, nunca faltan. Esta bandeja se coloca en medio de la vivienda, y entonces, el mago dirige otra vez la ceremonia, invocando a los antepasados y los genios, para que se sumen a la celebración y bendigan a la familia.
Los autóctonos creen que el dueño de la casa siempre debe servirse primero como una garantía para la bonanza de los cultivos. El residente de la comuna de Nam Et, Lo Van Doi, dijo: “Mi familia aún conserva esta solemnidad para honrar el arroz nuevo. Invitamos a las deidades y nuestros antepasados a festejar la cosecha y les informamos que vamos a realizarla”.
Actualmente, por la reducción de la superficie de las tierras cultivables en Son La, los La Ha no efectúan la celebración del arroz nuevo en el campo sino en casa, pero la festejan junto con todos los parientes, vecinos y amigos, lo que contribuye a estrechar más los lazos comunitarios.