(VOVWORLD) - Además del tejido de brocados, la cestería y la fabricación de instrumentos musicales típicos, la producción de esteras de hojas de piña es otro oficio tradicional de los Jarai, una minoría étnica asentada en la provincia de Gia Lai, en Tay Nguyen, tierras altas centrales de Vietnam.
Artesanas de las aldeas de Sung Lon y Sung Nho, en el distrito de Duc Co, enseñan a las mujeres locales a tejer esteras de pran
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Frente al desarrollo de esteras industriales y el riesgo de la pérdida del oficio artesanal, la filial de la Unión de Mujeres de Vietnam en la comuna de Ia Dok, del distrito de Duc Co, ha coordinado con los artesanos locales la transmisión de técnicas ancestrales a la nueva generación.
“Pran” es el nombre de una especie de piña silvestre cuyas hojas son utilizadas por la comunidad Jarai para crear esteras, consideradas un objeto valioso de las familias étnicas destinado exclusivamente a las visitas e importantes ocasiones como las bodas o los funerales.
En la aldea de Sung Lon, comuna de Ia Dok, en la estación seca los hombres cortan hojas de las plantas pran que creen cerca de arroyos y aguaderos y las exponen bajo el sol, para que en la temporada de lluvias y en los tiempos ociosos las mujeres tengan buenos materiales. Siendo productos totalmente naturales, son cómodos para sentarse tanto en el invierno como en el verano.
Ro mah H´Byu, una artesana muy activa en la preservación de la producción artesanal de esteras de pran, expresó: “Domino las técnicas de este oficio gracias a mi abuela y mi madre. Aprendí a tejer esteras desde pequeña y sigo haciéndolo hasta ahora. Lamentablemente en la actualidad pocos jóvenes se muestran interesados en esta actividad laboral, por lo que estoy muy preocupada de que se pierda. Esto me motiva a mantener la profesión legada por mis antepasados”.
Muchas jóvenes de la etnia Jarai ahora muestran mayor interés en el oficio tradicional de su pueblo
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Determinados a materializar este proyecto, las artesanas y los artesanos de la aldea de Sung Lon no escatiman esfuerzos para enseñar a los jóvenes a tejer esteras a pesar de su alta edad y sus problemas de salud, ya que para ellos no se trata solo de crear un objeto utilitario para la vida, sino además representa un legado cultural de su pueblo.
La señora H´Byu, mientras manejaba hojas de piña con sus hábiles manos, introdujo con mucha devoción cada paso y técnica a algunas muchachas de la aldea.
“Chicas, miren atentamente cómo hago para seguir trabajando. Este oficio fue legado por nuestros antepasados, por eso no debemos dejarlo perder. Estudiar y dominar sus técnicas es la forma en que podemos mantener la tradición artesanal”, dijo.
Por este camino no andan solos ya que los acompaña la filial local de la Unión de Mujeres de Vietnam. Además de crear un club que reúne a 20 artesanas, hace dos años, la agrupación empezó a presentar las esteras de pran de las mujeres Jarai en exposiciones comerciales de la provincia de Gia Lai. Desde entonces, hallaron la vía para su comercialización. Cada pieza, según el tamaño, se vende en el mercado a precios entre 200 mil y 400 mil dongs (de 9 a 18 dólares estadounidenses). Lo más destacado es que logró transmitir el amor por la cultura autóctona y el orgullo de las féminas por practicar un oficio tradicional.
La joven Romah Nga, radicada en la aldea de Sung Nho, en la misma comuna de Ia Dok, del distrito de Duc Co, dijo: “Me gusta mucho ver a mi madre y las aldeanas tejer esteras. Y ahora comienzo a seguir sus pasos. Yo aprendo a hacerlas para el uso de mi familia. Sentarse sobre ellas es muy cómodo”.
En los últimos años, gracias al mencionado club, chicos, hombres adultos y viejos se suman con mucho entusiasmo a esta industria casera. De esta manera, la estera de pran deviene más popular en la comunidad.
De acuerdo con Ro O H´Rin, presidenta de la Asociación de Mujeres del distrito de Duc Co, su organización continúa promocionando este artículo ecológico en el mercado con el deseo de que más personas le saquen provecho y garantizar un desarrollo más sustentable del oficio tradicional. Sus miembros están contentas de contribuir a preservar uno de los legados culturales más valiosos de la comunidad étnica de Jarai.