El tiempo idóneo para celebrar una boda tiene que ser después de la cosecha, entre el mes de octubre hasta el de marzo del año siguiente, cuando el clima es agradable.

Los presentes que la familia del novio lleva a la de la novia en el día del casamiento incluyen 20 monedas de plata, 200 kilos de carne de cerdo, unos 10 gallos y gallinas, una tinaja de aguardiente, 20 kilos de arroz glutinoso y tela, entre otros. Pero algo simbólico que no puede faltar entre estas ofrendas son dos bolsas de carne seca de conejos o ratas de campo, las cuales se atan con dos hilos, uno de color negro y otro rojo, representando a la novia y a su pretendiente, respectivamente.

Antes de iniciar el banquete nupcial, la familia del futuro esposo, integrada por este, sus parientes y el casamentero, rinden homenaje a los abuelos y los padres de la chica para agradecerles por haber dado a luz a una buena y hermosa mujer, y luego, en presencia de sus familiares y los vecinos invitados a la boda, continúan con ese acto en muestra de gratitud y petición, para poder llevarla a su nuevo hogar.

Chin Me Leng, un residente de la aldea de Nam O, de la comuna de Nam Ban, distrito de Nam Nhun, explicó lo siguiente: “En la tarde del día de la boda, la familia del novio lleva las ofrendas a la casa de su amada, entre ellas monedas de plata, arroz y aguardiente. Por la noche, la familia de la muchacha sacrifica un gallo para elaborar comida en honor a la del novio, la cual se basa en la forma de la cabeza y los pies del ave para decidir si el día siguiente traerá o no a la futura esposa”.

Terminada la celebración nupcial, antes de que salga la novia, el representante de su familia procura marcar con ceniza en la cara del casamentero, salpicarle agua y manchar con lodo sus ropas. También hace lo mismo con los miembros de la familia del pretendiente. En su creencia, esas son marcas para que ninguna deidad pueda impedir el establecimiento de las relaciones conyugales de esa pareja.  

La dote de la muchacha incluye una cesta de bambú y mimbre para guardar ropa, telas y accesorios de costura, instrumentos laborales como un machete y una hacha, un juego de cocina y un gallo y una gallina, con el deseo de que la felicidad de los nuevos casados se reproduzca y multiplique. Esos bienes son llevados por cinco personas de la familia de la novia a la de su esposo.

Una vez lleguen a la vivienda de este último, las delegaciones de ambas familias que acompañan a la pareja entrarán en la casa por dos grupos, uno de hombres y otro de mujeres. Los parientes del novio invitan a cada uno a dos chupitos de aguardiente para agradecer su asistencia a la boda. Ahí, la celebración nupcial se repite. Los invitados pueden hacer regalos a los casados, principalmente artículos fabricados por ellos mismos. Todos brindan por el inicio de la vida conyugal de los chicos. Entonan canciones folclóricas para celebrar la felicidad de esos jóvenes y darles enseñanzas útiles para el matrimonio. El final de estos cantos marca también el de la boda. Al referirse a la tradición de su pueblo relativa al casamiento, Ly My Gia, oriunda de la comuna de Nam Ban, del distrito de Nam Nhun, dijo: “La costumbre relativa al matrimonio de la etnia Mang es muy singular. Me siento orgullosa de la preservación de los hermosos rasgos culturales de mi pueblo”.

Antaño, las celebraciones nupciales de la comunidad Mang en la provincia de Lai Chau duraban cuatro días y noches, pero adoptándose a la actual coyuntura y aplicando el nuevo estilo de vida y la práctica de ahorro, se redujeron a dos. Sin embargo, se conserva la esencia cultural de esta costumbre. Los visitantes procedentes de otras localidades también pueden experimentarla si tienen la oportunidad de asistir a una boda en esa provincia.