(VOVworld) – Buscar y acumular leña cortada como dote de matrimonio es una costumbre que existe solo en la comunidad Gie Trieng, una minoría étnica establecida en el noreste de la cordillera de Truong Son, en Tay Nguyen (Meseta Occidental) de Vietnam. Esta ancestral tradición se mantiene hasta el día de hoy por su especial significado humanitario.
Al llegar a las aldeas en la región altiplana, el visitante puede ver pilas de leña picada cuidadosamente organizadas y cubiertas, cerca de las casas o en los patios. Se trata de la “leña de compromiso”, que las doncellas de esta etnia deben preparar al cumplir los 15 años. Las madres, cada vez que van junto a sus hijas al bosque, les enseñan a recopilar y picar leña para su casamiento.
La leña significa combustible para mantener el fuego del amor, según la creencia de los Gie Trieng (Foto: Revista Lang Viet)
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Según el concepto antiguo de los Gie Trieng, basta observar una pila de leña cortada para valorar la habilidad y capacidad de una muchacha. Si los trozos de madera son iguales y están bien organizados, su dueña debe ser una trabajadora diligente. Cada tronco debe ser cortado en 5 partes, pero no es necesario que se desunan.
Esta leña significa combustible para mantener el fuego del amor de la joven con su futuro novio, pero también es el dote especial que ella reservará a sus suegros a fin de calentarlos en los días del invierno. Y en esto radica el significado humanitario de la ancestral tradición, que además de reflejar la laboriosidad y destreza de las mujeres autóctonas, representa un hermoso rasgo cultural de este grupo aborigen. Al respecto, Y Hong, presidenta del Comité Popular de la comuna de Dac Duc, del distrito de Ngoc Hoi, en la provincia de Kon Tum, recalcó: “La leña de compromiso es una práctica excelente de nuestro pueblo. Antes, las solteras debían cortar muchos troncos de árbol, hasta lograr más de 100 haces, para poder concretar la boda con su pretendiente”.
También es el dote especial que una muchacha reservará a sus futuros suegros a fin de calentarlos en los días del invierno (Foto: Revista Lang Viet)
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En esta comunidad étnica, cada chica tiene el derecho de decidir con quién se va a casar, y la opción siempre es respetada por sus padres. Pero para ello, además de recopilar leña picada, debe dominar el tejido de tela y de esteras.
Esta hija casadera, al creer que encontró a su media naranja, escoge pepinos, trozos de caña de azúcar o asa mazorcas de maíz, los pone en una bandeja y los lleva a Nha Rong (casa comunal) en el momento en que están todos los hombres de la aldea. Invitará a degustarlos solamente al príncipe de sus sueños, y si este acepta comer lo que la muchacha le ofrece, formarán una pareja oficialmente en ese mismo acto de declaración.
Ambos jóvenes tienen un tiempo para conocerse más a fondo, y durante este período, una persona prestigiosa de la aldea, sin vínculo de sangre con ellos, es invitada por sus familias para asumir el papel de casamentero. El matrimonio de los Gie Trieng consta de dos momentos importantes: el pedido de mano y la boda.
El primero se celebra en plena noche, con la participación de los más cercanos a los novios. Tras rezar a las deidades para pedirles su permiso, el celebrante pide a la joven sacrificar un gallo, ofrendado por su amado. Luego, una ceremonia similar se efectúa en la casa de la prometida.
En el día de la boda, la familia de la chica se encarga de transferir la pila de leña cortada a la casa del novio, que a su vez le responderá con un muslo de cerdo, un poco de arroz, sal, pimienta y un jarro de aguardiente. Después del acto oficial, las dos partes intercambian canciones amorosas hasta el mediodía. También bailan junto a los presentes.
Doan Hoai Thuat, al hacer un recorrido por esta tierra y asistir a una boda de una pareja Gie Trieng, comentó: “Me sumé al baile colectivo de los lugareños durante el casamiento. La danza, a un ritmo exótico, en un ambiente lleno de alegría y felicidad, me emocionó sobremanera”.
Actualmente, la leña de compromiso se mantiene como una práctica simbólica, es decir, cada soltera solo tiene que preparar de 10 a 15 haces para llevarlos a la casa de su futuro marido. Y Hong, jefa de la comuna de Dac Duc, dijo: “Hoy día, la costumbre de picar la leña de compromiso se incluye en el reglamento de mi localidad. Se orienta una cantidad de entre 10 y 15 haces de leña nada más, en aras de preservar la tradición cultural de nuestra comunidad y a la vez proteger nuestros bosques y el medio ambiente”.
La leña cortada se presenta en la boda de los Gie Trieng como la pauta de la personalidad, crecimiento y cualidad de independencia de las mujeres locales y de sus hombres. Por eso, esta ancestral costumbre continúa reafirmando su vivo mensaje de amor y sus valores humanitarios en la vida moderna.