Activar el Brexit: opción difícil tanto para el Reino Unido como la Unión Europea

(VOVworld) - El pasado 28 de marzo la historia de las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) registró el hecho de que la primera ministra británica, Theresa May, estampó la rúbrica que formalmente activó el inicio de las negociaciones para la salida de su país del bloque comunitario después de 44 años de membresía. Sin embargo, el proceso, conocido también como Brexit, es complicado y podría extenderse a dos años de intensas negociaciones, especialmente en un contexto en el que todavía existen muchos desacuerdos entre ambas partes.

Pese a la activación del Brexit, las primeras conversaciones en este sentido se celebrarán solamente después de que los otros 27 estados de la Unión logren un acuerdo en cuestiones prioritarias, principios y estructura de las negociaciones. Según lo previsto, la organización regional publicará el viernes 31 las orientaciones necesarias para el referido proceso.

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La primera ministra Theresa May interviene ante el Parlamento británico (Foto: Reuters)


May quiere un Brexit suave

En su intervención ante el Parlamento británico, May expresó el deseo de un Brexit suave y ordenado. Para favorecer el inicio de estas negociaciones, la primera ministra sostuvo conversaciones telefónicas con la canciller alemana, Angela Merkel, y los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

En estas pláticas, los dirigentes acordaron que una Unión Europea fuerte será el interés de cada país miembro y que Gran Bretaña seguirá siendo un aliado cercano y confiable de esa alianza. Las partes también hicieron hincapié en la importancia de llevar a cabo las negociaciones en un espíritu constructivo y positivo. Además, aseguraron que los diálogos se desarrollarán de forma armónica y ordenada.

En tanto, los miembros del Gobierno británico también emitieron puntos de vista más flexibles en los temas de discusión relativos al papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, la pérdida de Londres de unos 50 mil millones de libras esterlinas por el Brexit, el derecho de los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido, así como otras cuestiones de seguridad para fortalecer los lazos bilaterales. Esta medida permite evitar la interrupción de las relaciones con la Unión Europea.

 Desacuerdos harán difícil un consenso

 Pese a los aludidos mensajes constructivos y positivos, de hecho existen muchas discrepancias entre las dos partes. Algunos líderes europeos afirman que no quieren ocasionarle dificultades a Gran Bretaña en las conversaciones. Sin embargo, en medio de la tendencia alcista del populismo y los triunfos de muchos Partidos políticos contrarios a la UE, no pueden darse condiciones permisivas que pudieran crear un mal precedente para otros países miembros, reiteran.

Las negociaciones para el Brexit también enfrentarán otros obstáculos al tener el Reino Unido que aceptar las normas establecidas por las autoridades del territorio continental para su retirada. Específicamente, Londres necesita someterse a las obligaciones de contribución financiera y aclarar los derechos de los 4 millones de inmigrantes en los respectivos territorios.

En declaraciones este 29 de marzo, la canciller alemana, Angela Merkel rechazó la propuesta de su par Theresa May de debatir sobre el futuro de sus vínculos bilaterales, argumentando que este tema se tratará luego de concluir el proceso de la salida de Londres de la UE.

Por su parte, el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, confirmó la postura coherente del bloque comunitario de proteger los intereses de sus 27 países restantes en las difíciles negociaciones antes de que el Brexit entre en vigor oficialmente en 2019.

El gobierno británico quiere avanzar paralelamente en la implementación de los procedimientos de abandonar la UE y el desarrollo de una relación de nuevos socios en el futuro.

Además, manifiesta el interés de eliminar de inmediato algunas regulaciones existentes, que crearán dificultades para la economía del Reino Unido después del final del proceso de negociación en marzo de 2019. Advierte que si no se alcanza un consenso, descenderá el impuesto de las sociedades extranjeras en su territorio al nivel más bajo, e igualmente simplificará los procedimientos y reglas de negocio para las empresas que compiten con las de la UE.

En el umbral de las estas conversaciones decisivas, ambas partes pretenden asegurar sus intereses, pero obviamente entienden que su fracaso no beneficiará a ninguna.

De acuerdo con la hoja de ruta, los próximos 2 años se reconocen como una prueba de paciencia y voluntad, tanto para Londres como Bruselas. Para lograr la meta, en primer lugar, cada lado debe aceptar la fórmula de transigir para que las negociaciones sean exitosas.

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