(VOVWORLD) - Afganistán ha experimentado dos años difíciles y desafiantes desde la retirada de las fuerzas estadounidenses y la toma del control por parte de los talibanes. La vida de los afganos se está volviendo cada vez más difícil porque los recortes de ayuda y las sanciones afectan gravemente a la economía de este país del sur de Asia. Lo que es más preocupante, la inseguridad alimentaria, la educación limitada para las niñas y el espectro del terrorismo plantean desafíos que obstaculizan la estabilidad y el crecimiento económico de Afganistán.
Un día como hoy, hace dos años (15 de agosto de 2021), los talibanes, la fuerza islámica radical que controló Afganistán entre 1996 y 2001, completaron una campaña militar relámpago, tomando el control del país desde la mano del Ejército.
Según un acuerdo alcanzado con Estados Unidos anteriormente (en Doha en febrero de 2020), los talibanes se comprometieron a reconstruir el país, traer la paz y la estabilidad en Afganistán. Sin embargo, de hecho, en los últimos dos años, aún no se ha logrado la apuesta por un gobierno integral, inclusivo, así como por innovar la forma de gobernar el país para llevar a la gente una mejor seguridad y economía.
Desafíos existentes
Al retomar el poder, los talibanes declararon a Afganistán un país con un sistema islámico donde todos tienen plenos derechos, sin injusticia ni corrupción.
Pero, a pesar de las innegables diferencias entre el estado talibán actual y el gobierno talibán extremadamente represivo de hace más de 20 años, en los últimos dos años Afganistán ha visto un retroceso en sus esfuerzos de desarrollo e integración con la comunidad internacional.
El papel de la mujer en la sociedad es limitado, lo que se reflejan en el cierre de salones de belleza, y la imposibilidad de ir a la escuela después del sexto grado. Las afganas solo pueden salir de la casa en caso de necesidad y con escolta masculina obligatoria. Además, se prohíbe a las mujeres de trabajar en la mayoría de las agencias gubernamentales.
En el frente político, hasta el momento, ningún país ha reconocido oficialmente al gobierno talibán.
Antes de que los talibanes retomaran el poder, la ayuda internacional representaba el 40 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Afganistán y el 80 % del presupuesto del país. Esto se considera la columna vertebral de la economía afgana.
Sin embargo, después de la fecha del 15 de agosto de 2021, se cortaron las fuentes financieras internacionales, dejando solo una pequeña cantidad de ayuda humanitaria. Alrededor de 9 mil millones de dólares de reservas de divisas están congeladas porque las negociaciones del Banco Central de Afganistán con Estados Unidos para recuperar las reservas de divisas congeladas no han dado resultados en el último tiempo.
Funcionarios occidentales opinaron que el progreso en los derechos de las mujeres será "clave" para el acceso de los talibanes a este capital.
Mientras tanto, las empresas extranjeras y las instituciones financieras siguen desconfiando de cooperar con el gobierno talibán. Como resultado de la alienación, la economía afgana se ha reducido hasta en un 40% el año pasado. La ONU estima que alrededor de 25 millones de afganos (cerca de la mitad de la población) viven en la pobreza y se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria.
El conflicto ruso-ucraniano, que provocó el alza de los precios de los alimentos en el mundo, impacta negativamente en el panorama doméstico afgano. La escasez de recursos hídricos y la dificultad de la agricultura exacerbaron la crisis económica en Afganistán. En este contexto, la ONU ha advertido de un desastre humanitario que está ocurriendo en este país del sur de Asia.
Un futuro inestable
Los talibanes no solo no han logrado administrar la economía, sino que dos años después de regresar al poder, enfrentan algunos problemas internos graves a medida que los crecientes conflictos sectarios alimentan los temores de una guerra civil. Además, parece que Afganistán se está convirtiendo en un refugio seguro para grupos terroristas transnacionales y organizaciones extremistas, entre ellas el Estado Islámico (IS), que es la mayor amenaza para el gobierno talibán, y en los últimos años ha llevado a cabo ataques contra el mismo.
La situación en Afganistán en estos 2 años preocupa a la comunidad internacional. Además de los interminables conflictos con fuerzas externas, el futuro de un gobierno integral e inclusivo, así como la reforma en la administración del país para brindar una mejor seguridad y economía, aún no es una realidad.
Según analistas internacionales, si el actual gobierno talibán en Afganistán no resuelve estos problemas de manera sincrónica, la estabilidad y el crecimiento todavía son metas inverosímiles en este país.