(VOVworld) – El ejercicio militar conjunto anual denominado “Guardián de la Libertad Ulchi” entre Corea del Sur y Estados Unidos se inició esta semana, a pesar de las amenazas de la República Popular Democrática de Corea. Por vez primera despliegan en el simulacro la estrategia disuasiva para enfrentar un supuesto ataque nuclear directo de Pyongyang.

Al igual que en los ejercicios militares previos, esta vez Corea del Norte manifestó un rechazo enérgico, pero con un tono más fuerte. Al opinar que esta maniobra conjunta es la antesala de una guerra nuclear, Pyongyang amenazó con realizar un ataque preventivo contra Corea del Sur en cualquier momento, y al mismo tiempo advirtió que Seúl y Washington pagarán un precio alto por sus actos.

Mayor envergadura

El ensayo militar conjunto entre Estados Unidos y Corea del Sur de este año es considerado el de mayor calibre hasta la fecha. Su programa fue esbozado en la reunión de ministros de Defensa de los dos países el año pasado, con el objetivo de enfrentarse a Pyongyang.

Antes del simulacro, Corea Democrática pidió al Consejo de Seguridad de la ONU convocar a una reunión urgente, pero la propuesta no ha recibido respuesta. Mientras tanto, Corea del Sur persistió en que se trata de una actividad anual normal entre Seúl y Washington, para elevar su disposición combativa. Pyongyang declaró que si las Naciones Unidas hacen caso omiso a su petición, optará por un camino propio. Afirmó además que mientras Estados Unidos y Corea del Sur mantienen sus provocativos simulacros militares conjuntos, no se garantizarán la paz y la seguridad en la península. A su vez Seúl dejó claro que responderá con medidas categóricas a cualquier provocación de su vecino del norte.

Drásticas advertencias

La situación en la península coreana se ha mantenido tensa durante años, y se ha deteriorado más aún en los últimos tiempos por los consecutivos ensayos de misiles de Pyongyang. Incluso previo al ejercicio “Guardián de la libertad Ulchi”, antes de la visita del Papa Francisco a Corea del Sur donde llamó en una ceremonia a la reconciliación de las dos Coreas, Pyongyang lanzó 5 cohetes de corto alcance hacia las aguas del este, del total de 105 disparados en 17 pruebas en el presente año. Cabe destacar que la velocidad, la trayectoria y la peligrosidad de estos ensayos coheteriles aumentan cada vez más. Pyongyang no vaciló en pregonar que todas las fuerzas castrenses participantes en este ejercicio, así como la Casa Blanca, el Pentágono, el Palacio Presidencial de Corea del Sur y las bases militares en el vecino país y en el mundo entero, serán objetivos de sus armas modernas.

Retrocesos  en mejorar relaciones intercoreanas

La República Popular Democrática de Corea había mostrado su buena voluntad en las negociaciones desde el principio de 2014. El pasado mes, Pyongyang decidió enviar una delegación de 700 integrantes a los Juegos Olímpicos 17 de Asia  que se celebrarán en Incheon, Corea del Sur en octubre venidero. También anunció que consideraría la asistencia a la Duodécima Conferencia de la Convención de Naciones Unidas sobre la biodiversidad, a celebrarse en Piengchang, Corea del Sur del 29 de septiembre al 19 de octubre. Sin embargo, las actuales tensiones pueden invalidar todos los empeños previos para mejorar las relaciones intercoreanas, puesto que en realidad, habían sido canceladas las negociaciones interregionales de alto nivel, previstas a desarrollarse el 19 de agosto pasado para abordar el plan de reencuentro de las familias separadas después de la guerra de 1950 a 1953.

La esperanza sobre una Corea unificada como “una familia, una nación” con el espíritu reconciliador que pidió el Sumo Pontífice del Vaticano Francisco parece una utopía. La paz solo se logrará a través del diálogo, y nunca con la demostración de poderíos militares. Lamentablemente, los sucesos actuales dificultan sobremanera el hallazgo de una solución a las tensiones entre las dos Coreas.