(VOVworld) – La crisis migratoria en la Unión Europea alcanzó su auge. Diariamente, miles de personas acuden a las fronteras de los países integrantes del bloque europeo para buscar refugio. Ha surgido ya la inestabilidad con una serie de choques violentos mientras que se agrava la división entre los estados miembros en cuanto a las cuotas de distribución de migrantes. Sin embargo, entre las personas en busca de exilio, pueden encontrarse yihadistas del Estado Islámico, lo que provoca grandes retos para la seguridad regional.

Los países europeos se enfrentan actualmente a una oleada migratoria crítica, lo que requiere de una solución pronta para evitar los accidentes a los migrantes africanos durante su desplazamiento en zonas marítimas y desiertos en su búsqueda de un mejor futuro en el viejo continente. Además de la carga socioeconómica, la oleada migratoria ha provocado una gran preocupación en la seguridad regional ya que las fuerzas del Estado Islámico aprovechan esta ocasión para penetrar territorios europeos.

Terroristas disfrazados de inmigrantes

Según medios de comunicación internacionales, los yihadistas se mezclan con los inmigrantes para llegar a Europa. Se prevé que al menos 4 mil combatientes del Estado Islámico han entrado en los países de la Unión Europea. Penetraron la frontera de Turquía y con la ayuda de traficantes de personas allí, participaron en la migración ilegal. Las metas del Estado Islámico consisten en realizar ataques terroristas y crear su propio sultanato en todo el mundo. Con anterioridad, estas fuerzas extremistas han amenazado al bloque de los 28 con planes de llenar Europa con migrantes islamistas y convertir las calles de París en un cementerio colmado de cadáveres.

Hasta la fecha, el Estado Islámico controla numerosas zonas importantes en Iraq y Siria y amplía su ocupación en Libia en medio de los enfrentamientos entre las facciones políticas de este país para ganar el poder. Durante años, el Estado Islámico ha concebido una ambición ardiente de extender su operación en Europa por lo que la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial constituye una oportunidad de oro para penetrar la Unión Europea. En los últimos días, miles de migrantes llegaron de la frontera serbia a Hungría en su trayecto a Alemania, Austria y Finlandia. Entre estas personas, existen algunos extremistas que han incitado oleadas de manifestación contra los gobiernos locales. En Hungría, fuerzas policiales bloquearon una carretera que colinda con Serbia para impedir el flujo de gente que sube vallas para dirigirse a la capital, chocando con la policía. Entretanto, fuerzas policiales en el sur de Dinamarca tuvieron que prevenir los avances de los migrantes hacia Suecia, país con la política más favorable para los exiliados. En la corriente de personas, resulta difícil diferenciar a los yihadistas de los migrantes. Cabe la posibilidad de que la penetración del Estado Islámico en los territorios europeos constituyan un paso inicial para represaliar los bombardeos realizados por Estados Unidos y su alianza contra las fuerzas yihadistas en el Oriente Medio.

División europea se agrava debido a crisis migratoria

El riesgo de la mezcla de los combatientes del Estado Islámico con la oleada de migrantes ha provocado que numerosos países europeos adelanten regulaciones más estrictas de exilio pero no han logrado el consenso sobre este tema. La división interna se agrava, especialmente entre los países de destino y los que son puertas de entrada para los migrantes.  

El 9 de septiembre, la Comisión Europea declaró su plan de distribución de 120 mil demandantes de refugio con cuotas obligatorias. Concretamente, Alemania refugiará a 31 mil personas mientas que Francia, 24 mil y España, 15 mil. Otros países como Finlandia y Dinamarca apoyaron también a los migrantes. Entretanto, numerosas naciones integrantes rechazaron la definición de cuotas para el reparto de solicitantes de asilo argumentando que esta labor debe ser voluntaria. La República Checa impugna este plan mientras que Hungría criticó a Alemania por su respaldo a la entrada de los migrantes a Europa y al mismo tiempo aumentó el control fronterizo, además de congelar el transporte de los solicitantes de refugio a la frontera con Austria y edificar vallas de seguridad en su zona territorial adyacente a Serbia. Por su parte, Austria planeó poner coto a dar exilio a los migrantes bloqueados en Hungría. Entretanto, el Reino Unido afirmó que no es miembro del acuerdo de Schengen y por ende, no tiene nada que ver con el sistema de cuotas de distribución de refugiados de la Unión Europea. De esta manera, se comprometió a trazar su propio plan para refugiar a los solicitantes de exilio. Numerosos congresistas británicos advirtieron que la compasión podría perjudicar la seguridad dentro de la comunidad.

Mientras que los países miembros del bloque europeo discuten el reparto de refugiados, la corriente de migrantes, entre ellos, yihadistas siguen avanzando hacia el viejo continente. La presencia de los combatientes del Estado Islámico en Europa es una bomba de tiempo que amenaza la seguridad de toda la región.