(VOVworld) – La primera ministra interina de Tailandia, Yingluck Shinawatra, compareció este jueves ante el Comité nacional contra la corrupción, debido a la alegada negligencia en el cumplimiento del programa de compra de arroz de campesinos, lo que pudo dar lugar a irregularidades que causaron pérdidas severas del presupuesto estatal. Ante oleadas crecientes de manifestaciones que se han ido de control, este proceso abierto se convierte en otro reto del gobierno para estabilizar el país.
Las fuerzas opositoras en Tailandia persisten en su petición
de que renuncie el actual gobierno
Promulgada hace 2 años, la política de subsidio del arroz forma parte de la pauta del Partido Puea Thai, de la primera ministra, para ganar apoyo popular. De acuerdo con esta política, el Gobierno compra el arroz de los campesinos a un precio 50% superior al del mercado nacional. En tanto que uno de los mayores exportadores del grano, pronosticó que su encarecimiento reportaría ingresos considerables a Tailandia.
Política contraproducente
Sin embargo, la política preferencial de Yingluck Shinawatra fracasó debido al aumento repentino de la cuota de exportación de los países competidores, lo que deterioró la posición del Gobierno. Por eso, enfrenta en estos momentos una gran presión por inventarios elevados, mientras que el precio global no se ha incrementado como se esperaba. Así la administración tailandesa debe desembolsar cerca de cuatro mil millones de dólares por meses de retraso en los pagos, cuando no cuenta con suficientes recursos. Además, se acusa a Yingluck Shinawatra de haber dejado extender la corrupción durante el despliegue del programa preferencial. En este sentido, su propia política ha sido aprovechada por la oposición para convocar manifestaciones antigubernamentales para pedir la destitución de su cargo.
Además, la indignación se ha extendido a los estratos campesinos, considerados como una fuerte base del Partido Puea Thai en los comicios celebrados durante los últimos años. La indagación llegó al punto de que la semana pasada estalló una protesta cuando 2 mil campesinos marcharon hacia la capital. Aunque la administración de Yingluck aprobó desembolsar 22 millones de dólares para pagar a cerca de 4 mil campesinos, esta cifra es poca en comparación con la deuda total de unos 4 mil millones de dólares. Con tal posición, el Gobierno de Bangkok no tiene capacidad y potestad para solucionar de raíz el problema de subvención para el campesinado.
El líder de la oposición Suthep Thaugsuban y su movimiento pone en jaque
la gobernación de Yingluck Shinawatra
Estancamiento sin salida
La carencia de recursos financieros erosiona el apoyo de los electores fieles al Partido Puea Thai. Sin embargo, hasta la fecha no se pueden calcular las dificultades que enfrenta la administración de Yingluck en el despliegue del programa preferencial para ganar votos de los campesinos. Actualmente, no toma ninguna medida represiva contra los movimientos antigubernamentales para evitar la violencia fuera de control y respaldar la negociación con líderes de las protestas.
En cuanto a la salida para solucionar el estancamiento político en Tailandia, analistas opinaron que no existen señales alentadoras porque el Gobierno experimenta de momento rechazo de los manifestantes. La oposición, liderada por Suthep Thaugsuban, exigió que Yingluck Shinawatra dimita y ceda su potestad a un consejo compuesto por funcionarios asignados para realizar las reformas y eliminar la corrupción. No obstante, no se sabe de qué modo se organizará esa alternativa, mientras que no se vislumbra la posibilidad de que ambas partes alcancen un acuerdo. Sin embargo, la flexibilidad del Gobierno tailandés hace perder lentamente la paciencia de sus partidarios. Recientemente, 4 mil líderes de “Camisas Rojas” en favor de la administración se juntaron para acordar el cambio de los objetivos estratégicos. Millones de seguidores del Gobierno acuden a Bangkok para rechazar a los manifestantes. Para colmo, si el Tribunal nacional declara que la primera ministra temporal y su Gabinete cometen actos de corrupción en el programa de subvención arrocera, lo que provocará su colapso, resultará más crítica la situación de este país del sudeste asiático. En ese momento, cabe la posibilidad de un brote de guerra civil.