Con acusaciones relacionadas con el líder de la oposición política en Rusia, Alexéi Navalni, el 2 de marzo Estados Unidos impuso sanciones contra siete altos funcionarios rusos. Se trata de las primeras medidas unilaterales contra Moscú anunciadas por el Gobierno del presidente Joe Biden. Esta decisión se anunció pocas horas después de un comunicado con contenido similar por parte de la UE. En concreto, el bloque comunitario impuso la prohibición de viaje y el bloqueo de activos de cuatro altos funcionarios rusos. Según analistas, con este castigo colectivo, parece que Occidente está tratando de enviar un duro mensaje al Kremlin.
Castigos impuestos simultáneamente
Además de las sanciones contra siete funcionarios rusos, entre ellos el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, Estados Unidos también decidió reforzar los controles de exportación por parte de determinadas entidades comerciales del país euroasiático que participan en la producción de agentes biológicos.
En consecuencia, el Departamento de Comercio de Estados Unidos agregó 14 compañías a la lista de entidades sancionadas por la producción de compuestos biológicos y químicos, incluidas nueve organizaciones comerciales en Rusia, tres en Alemania y una en Suiza.
La decisión se tomó después de que la Comunidad de Inteligencia estadounidense afirmara que funcionarios del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso usaron un agente nervioso conocido como Novichok para envenenar a Alexéi Navalni. Se trata de las primeras sanciones de Washington contra Moscú relativas al referido incidente.
Un día antes, los países miembros de la UE aprobaron sanciones contra cuatro altos funcionarios rusos de las áreas de justicia y defensa, involucrados en la detención y condena de Navalni. Los sancionados, incluidos el presidente de la Comisión de Investigación de Rusia, Alexander Bastrykin, y el fiscal general, Igor Krasno, tendrán prohibido viajar a la UE o Estados Unidos y sus activos en esos países serán congelados. El presidente del Consejo Europeo (CE), Charles Michel, dijo que esta medida muestra la unidad del bloque para proteger sus valores e intereses.
Según observadores, las sanciones de Occidente resultan un tremendo golpe colectivo para Rusia. De hecho, la agencia británica de noticias Reuters citó el 2 de marzo las palabras de funcionarios estadounidenses confirmando que las sanciones de la administración de Biden se tomaron en coordinación con la UE.
Mensajes
De hecho, la imposición de sanciones estadounidenses contra Moscú se pronosticó desde que Biden estaba en la carrera por la Casa Blanca. Por lo tanto, esto sirve, ante todo, para enviar el mensaje de que la política de Washington para sus relaciones con Moscú ha sido coherente a lo largo de los años. Esta acción no es exclusiva para Rusia, sino también es para los adversarios estadounidenses existentes o potenciales.
Por otro lado, Estados Unidos quiere tranquilizar y asegurar a sus aliados globales, especialmente a la UE, que Washington permanecerá al lado de ellos en todos los frentes, incluido el asunto relativo a las sanciones contra Moscú.
Sin embargo, las nuevas sanciones de Estados Unidos no apuntan directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, ni a figuras clave de su Gobierno. Esto muestra claramente que la administración estadounidense no quiere exacerbar las tensiones con Rusia. En cambio, desea mantener un diálogo con Moscú para resolver una serie de asuntos internacionales candentes como el problema nuclear de Irán, Corea del Norte, la lucha contra el terrorismo, la respuesta al cambio climático e incluso los nexos con China. Además, este enfoque tiene como objetivo equilibrar la actitud de la UE hacia Rusia, que considera a ese país tanto un socio como un rival.
Evidentemente, bajo cualquier ángulo las nuevas sanciones occidentales, en especial las de la administración estadounidense contra Rusia, son otro paso para aumentar las tensiones entre ambas partes y obstaculizar los esfuerzos de cooperación y reconciliación global.