Barack Obama ante nuevos obstáculos en segundo mandato
Anh Huyen -  
(VOVworld) – Un doble ataque con bombas que estallaron el lunes en la Plaza de Copley, en el centro de la ciudad de Boston, sacudió otra vez a Estados Unidos tras la tragedia del 11 de septiembre de 2001. Lo ocurrido en la tradicional Maratón de Boston, donde estuvieron decenas de miles de participantes, en buena parte atletas de otros 96 países, suscita la condena de la comunidad internacional. Aunque inmediatamente después, el presidente Barack Obama afirmó que los responsables “sentirán todo el peso de la justicia”, dichos atentados entañan nuevos retos en su segundo mandato.
Dos explosivos que detonaron justo frente a la línea de llegada de la competencia, perturbaron el ambiente deportivo, ensangrentándolo. Al menos murieron allí tres personas y 180 resultaron heridas. El número de fallecidos puede aumentar a causa del estado crítico de algunas de las víctimas. Tan pronto conoció del suceso, Barack Obama instruyó a reforzar la seguridad en todo el país, y se comprometió en una comparecencia en la televisión a investigar a fondo para determinar quienes fueron los autores del ataque. Este despreciable crimen podría hacer que retornara el fantasma de los acontecimientos del 11 de septiembre hace más de 10 años, prácticamente en el inicio del segundo mandato cuando tiene por delante una polémica agenda sobre el control de armas, reforma de inmigración, y el déficit presupuestario, a lo que ahora se suma el reciente acto terrorista.
Las explosiones en Boston recuerdan el fantasma
de los atentados del 11 de septiembre
Tras los atentados, líderes de la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) emitieron categóricas condenas. La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo lo calificó de abominable y contrario a los valores humanos. Rusia, China, Alemania, Francia, Irán, Afganistán, Singapur y Turquía expresaron indignación y solidaridad con el pueblo estadounidense. Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, y otros jefes de Estado enviaron mensajes de condolencia a su par norteamericano.
“Cada vez que se usan bombas contra civiles inocentes, es un acto de
terrorismo”, subrayó Obama desde la Casa Blanca
Resulta obvio que el presidente Barack Obama y otras autoridades estadounidenses no han manejado aún el concepto “terrorismo” pero la comunidad internacional recuerda los atentados suicidas del 11 de septiembre, que impactaron profundamente la situación de seguridad en Estados Unidos y en el mundo. Desde ese momento, Washington lanzó una guerra contra Afganistán para llevar a la Red terrorista Al Qaeda a la justicia. Tras una década de búsqueda del paradero del cabecilla terrorista Osama Bin Laden, en una operación de alto costo financiero para la administración norteamericana, Bin Laden encontró la muerte en una acción militar de Estados Unidos en mayo de 2011. Washington inició el retiro de sus tropas de Afganistán tras más de 10 años de guerra en ese país surasiático. Los sucesos de Bostón tuvieron lugar en un momento sensible cuando Estados Unidos prepara la conmemoración del segundo aniversario de la captura de Bin Laden, el 2 de mayo de 2011, y justamente en el Día del Patriota, el 15 de abril. Las dos bombas estallaron en un acontecimiento que atrajo la atención de cerca de 27 mil personas y decenas de miles de espectadores en una ciudad considerada el centro de educación del país, donde se ubican la conocida Universidad de Havard, y uno de los centros financieros de Estados Unidos. Esto produjo impacto, no sólo en el propio país sino en mundo entero. Desde Pakistán, el movimiento talibán negó responsabilidad en estos atentados. Además, analistas señalaron que el crimen puede ser “producto” de “elementos de extrema derecha” en torno a problemáticas internas. Sin embargo, el ataque es como una campanada de alerta sobre la lucha antiterrorista.
Hasta el presente, agentes del FBI, continúan las pesquisas sobre la autoría del ataque. El ex-funcionario del Departamento de Investigación del Estado norteamericano de Georgia, Charles Stone, dijo que hay similitudes entre el reciente acto en Boston y el estallido en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. Los bombazos ponen de nuevo a la seguridad estadounidense ante nuevos desafíos. El mercado bursátil también resintió sus impactos. El índice Standard & Poor´s 500 se redujo un 2%, mientras el Dow Jones, un 1,79%, y el Nasdaq, un 1,94%. Inversionistas han hecho venta masiva de mercancías importantes como de petróleo y oro. Pero, lo más alarmante radica en la visión ciudadana que establece paralelos entre Boston y el 11 de septiembre.
Anh Huyen