(VOVWORLD) - Un día después de cancelar las secretas conversaciones de paz en Camp David con los talibanes y el presidente afgano, Ashraf Ghani, el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el acuerdo que pretenden alcanzar las partes está muerto. Es un sorpresivo anuncio cuando hace no mucho tiempo, Washington y estos rebeldes aún buscaban una voz común para establecer la paz en Afganistán. La declaración de Trump obstaculiza dicho proceso.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (Foto: Reuters)
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El año pasado, Estados Unidos llevó a cabo un total de nueve rondas de negociaciones con los talibanes para alcanzar un acuerdo de paz en Afganistán. En la última vuelta, las dos partes acordaron un borrador del pacto, en virtud del cual Washington retiraría a sus cinco mil soldados de la nación y cerraría sus 5 bases militares en 135 días. A cambio, los talibanes se comprometerían a no permitir que las organizaciones terroristas internacionales como al-Qaeda o el autodenominado Estado Islámico aprovechen Afganistán para llevar a cabo ataques contra Estados Unidos y sus aliados.
La razón
La razón de la decisión del inquilino de la Casa Blanca se debe a un atentado realizado por los talibanes el 5 de septiembre contra un punto de control cerca de la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Embajada de Estados Unidos en Kabul, capital afgana, matando a 12 personas, incluido un soldado norteamericano, y dejando a más de 40 heridas.
Aunque ha habido muchos atentados similares en el territorio afgano, esta fue la primera vez que un militar estadounidense fue asesinado. Quizás los talibanes llegaron demasiado lejos, lo que hizo que Trump se impacientara con el incumplimiento de los compromisos para el cese del fuego por parte de esa fuerza rebelde y decidiera cancelar las negociaciones de paz.
Sin embargo, según analistas internacionales, otra explicación posible para el anuncio de Trump es que la próxima ronda de conversaciones de paz entre Washington, el Gobierno afgano y los talibanes en Camp David a propuesta del inquilino de la Casa Blanca ha recibido muchas críticas por parte de su administración y de parlamentarios norteamericanos. Esas conversaciones programadas a tener lugar en vísperas de la conmemoración de los 18 años de los ataques terroristas del 11 de septiembre, los cuales fueron realizados por los terroristas de al-Qaeda, con el apoyo de los talibanes, y mataron a miles de personas. Según Laurel Miller, diplomático estadounidense en Afganistán y Pakistán entre 2013 y 2017, de ser exitosas, esas negociaciones darían a los talibanes una ventaja política y serían una victoria propagandística significativa para dichos rebeldes, lo que no es apropiado en estos tiempos. El funcionario también aseguró que la decisión de Trump proviene de demandas internas, ya que no hay razones para que el presidente estadounidense cambie su estrategia con los talibanes por el sacrificio de un soldado.
Por otro parte, algunos miembros del Gobierno y el Parlamento apoyaron dicho acuerdo de paz para poner fin a casi dos décadas de combates en Afganistán y la caída de militares norteamericanos en ese país de Medio Oriente.
Soldados estadounidenses en Afganistán (Foto: Reuters)
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Las preocupaciones
Si bien Estados Unidos se comprometió a continuar manteniendo la presión militar sobre los talibanes, una “reversión rápida” de los esfuerzos para crear un acuerdo destinado a poner fin a casi 20 años de guerra en Afganistán, esos rebeldes advirtieron de que la decisión de Trump provocaría la muerte de muchos más estadounidenses. El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, criticó a Trump por cancelar el diálogo y dijo que esto conduciría a más fracasos para Estados Unidos. La pérdida de personas y de bienes continuará aumentando, agregó.
Mientras, el presidente afgano, Ashraf Ghani, sigue pidiendo a los talibanes que pongan fin a la violencia y mantengan un diálogo directo con su gobierno, argumentando que la verdadera paz vendrá cuando los talibanes acuerden una tregua.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, esperaba que las negociaciones de paz con los talibanes, en presencia del presidente afgano, Ashraf Ghani, en Camp David se desarrollaran sin problemas. De haber sido así, Washington podría haber reducido sus tropas en ese territorio. Pero los cambios inesperados en los últimos días han demostrado que el conflicto en Afganistán es una vez más uno de problemas persistentes en los trabajos exteriores de Washington, y que las expectativas de restaurar la estabilidad y la paz en Afganistán después de 18 años de conflicto aún no se cumplen.