(VOVWORLD) - A pesar del anuncio de Estados Unidos de abandonar el histórico acuerdo nuclear que el grupo P5+1 integrado también por Rusia, Reino Unido, Francia, China y Alemania firmó con Irán en 2015, las restantes partes signatarias están trabajando en conjunto en busca de un nuevo camino posible para el continuo despliegue de ese documento llamado Plan de Acción Integral Conjunto. Sin embargo, este proceso no será nada fácil.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel se esfuerzan por proteger el acuerdo nuclear con Irán (Foto: vtv.vn)
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El destino del acuerdo nuclear de Irán luego del retiro de Estados Unidos sigue siendo el foco de atención de la opinión pública mundial en los últimos días. Recientemente, Teherán aseguró que permanecerá en el pacto a condición de que los países europeos mantengan su apoyo a la implementación del mismo. Mientras, Washington no deja de incitar a sus aliados europeos en el grupo P5+1, que son Reino Unido, Francia y Alemania, para coordinarse con él en el asunto, al tiempo que amenaza con sancionar a las compañías de la Unión Europea (UE) si siguen haciendo negocios con la República Islámica.
Intensas actividades diplomáticas por salvar el acuerdo
La ausencia de Estados Unidos no representa un problema para que los restantes países signatarios abandonen su interés en cuanto al acuerdo nuclear. Poco después de la decepcionante decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, los líderes de esos estados comenzaron las negociaciones pertinentes. Después de los diálogos realizados el 16 de mayo en Sofía, capital de Bulgaria, los altos funcionarios de los 28 países miembros de la UE alcanzaron un enfoque común en la materia. Según el cual, reiteraron su respaldo al pacto firmado si Irán lo acata. También acordaron mantener las relaciones económico-comerciales con ese país y proteger las empresas europeas que puedan verse afectadas por la decisión de Washington y las posibles sanciones. Un día antes, el 15 del corriente mes, la UE presentó un plan económico de nueve puntos con el propósito de salvaguardar el acuerdo nuclear. En este sentido, prometió mantener los vínculos económicos con Irán, garantizar que este último pueda continuar con la comercialización de sus productos de petróleo y gas, así como acceder al mercado financiero internacional, además de amparar las compañías europeas que están operando en Irán. Por primera vez en muchos años, la UE consiguió una posición común y categórica acerca de un importante tema de seguridad mundial.
Se prevé que la canciller alemana, Angela Merkel, viaje el 18 del corriente mes a Rusia donde dialogará con su par Vladimir Putin sobre el tema. El presidente francés, Emmanuel Macron, también llegará a la nación euroasiática para reunirse unos días después con el líder del Kremlin, que a su vez planeó encontrarse en la ciudad de Sochi con Yukiya Amano, jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). En el caso de China, siempre muestra su disposición de colaborar con Rusia para salvaguardar el pacto nuclear.
Mientras, Teherán también ha tomado iniciativas para lograr una “garantía” de los otros estados signatarios del Plan de Acción Integral Conjunto. La gira de su canciller Javad Zarif desde el 13 de mayo por China, Rusia y Bélgica, donde se halla la sede de la UE, es un ejemplo de ello. El jefe de la diplomacia iraní consiguió resultados iniciales favorables al conseguir la promesa de las partes involucradas de respaldar el acuerdo nuclear. No obstante, alcanzar una solución duradera para este tema es otra cosa.
Meta nada fácil
La decisión de Washington de retirarse del pacto de 2015 empujó a la UE a una situación entre la espada y la pared. En un platillo de su balanza está Irán con el que el bloque europeo persigue durante años mantener intereses económicos y de seguridad, y en el otro se encuentra Estados Unidos, su aliado más importante y la primera potencia mundial.
En 2017, el valor comercial entre la UE e Irán se aproximó a 11 mil millones de euros (unos 13 mil millones de dólares), o sea un aumento del 66% en relación con el registrado en 2015. La Corporación fabricadora de aviones de Europa, Airbus, suscribió un contrato estimado en 10 mil millones de euros con Irán, y la Compañía de Petróleo Total invirtió más de 3 mil millones de euros en ese mercado.
En tanto, Estados Unidos es el socio más importante de la UE y viceversa. Las dos partes comparten muchas similitudes en casi todos los aspectos, desde el ideológico y el económico hasta la seguridad, así como muchos intereses comunes. Pues, ¿cómo equilibrar esa balanza para mantener a Irán en el acuerdo nuclear y evitar minar la alianza tradicional con Estados Unidos? Esto es realmente un rompecabezas.
Por otro lado, por muy fuerte que sea la declaración de la UE, en el actual contexto de la imposición de leyes por parte de Estados Unidos, resulta difícil cualquier intento que vaya en contra del bloqueo de ese último. El país norteamericano está dominando los puntos más importantes de la red financiera mundial, incluido el Sistema de Pago Interbancario Mundial SWIFT. Por lo tanto, al evaluar el plan de apoyo a Irán, un alto funcionario europeo afirmó que es muy difícil encontrar una medida adecuada, especialmente para las corporaciones que tienen grandes operaciones en Estados Unidos.
Teóricamente, el histórico acuerdo nuclear de Irán firmado en 2015 puede seguir implementándose sin el país norteamericano. No obstante, el nivel en el cual se realizará, dependerá de cómo manejará la UE sus relaciones con la primera potencia mundial. Nadie puede creer que por el expediente de Irán, su alianza se verá dañada. Así pues, a largo plazo, el bloque comunitario tiene que adoptar una solución aceptada también por Washington. Este camino es espinoso ya que la UE también debe tener en cuenta los intereses de Teherán.