(VOVworld) – Con el plan presentado el 23 de febrero pasado para cerrar la cárcel en la base de Guantánamo, el presidente estadounidense, Barack Obama pretende resolver uno de los temas más acuciantes de su administración en los últimos meses de su mandato, antes de salir de la Casa Blanca en enero de 2017. Aunque es calificado de correcto el plan para el país norteamericano, el cierre de esta penitenciaría no resultará fácil ante la fuerte oposición de congresistas republicanos.
¿Acaso esta intención de Obama se realizará?
Barack Obama anuncia en la Casa Blanca su propuesta de cerrar el centro de detención de Estados Unidos en Guantánamo
|
La prisión de Guantánamo fue instaurada en 2002 en un enclave militar de Estados Unidos en el sureste de Cuba con la función de encarcelar a presuntos terroristas. Aunque actualmente quedan unos 91 reos sospechosos de ser partícipes de organizaciones terroristas, hubo momentos en que se registraron unos 800 presos en este presidio, conocido mundialmente por sus condiciones rígidas y un proceso legal carente de transparencia. Los maltratos y las torturas de prisioneros en Guantánamo llevados a los medios, han manchado en repetidas ocasiones la imagen de Estados Unidos, país orgulloso de sus “normas de libertad y derechos humanos”. El presidente Barack Obama, desde su investidura en 2009, hizo hincapié en la importancia del cierre de esta cárcel. No obstante, hasta ahora no ha logrado el objetivo planteado.
Cerrar la prisión: una prioridad para la seguridad nacional
En referencia a su propuesta, Obama destacó que ya había llegado el momento de deshacer una prisión que va en contra de los intereses y valores de Estados Unidos. El mantener abierto este presidio durante estos años no ayuda a fortalecer la seguridad nacional, sino que contribuye a debilitarla, argumentó. Por otra parte, el actual inquilino de la Casa Blanca tranquilizó a sus conciudadanos diciendo que los combatientes yihadistas serán encarcelados con máxima seguridad en el territorio continental norteamericano. Asimismo enfatizó que no permitiría dejar la solución de este asunto a su sucesor.
El presidente Barack Obama también se refirió a 13 lugares en Estados Unidos que tienen capacidad de tener de 30 a 60 reos, sin embargo negó a dar más informaciones sobre los penales de sustitución para evitar cualquier rechazo categórico en el año de los comicios presidenciales.
Una manifestación frente a la Casa Blanca pidiendo el cierre de Guantánamo
|
Según estimaciones del Pentágono, el costo del traslado de los prisioneros y del cierre de la prisión de Guantánamo oscilará entre 290 y 475 millones de dólares. Esta suma será recompensada en varios años ya que de ser materializado el plan, Estados Unidos podrá ahorrar unos 85 millones de dólares cada año.
Enérgica reacción republicana
Hasta la fecha el Partido Republicano no ha cambiado su posición con respecto a la iniciativa de Obama. El senador Mitch McConnell, líder de esta facción en el Senado norteamericano dijo que el plan incluye el traslado de los terroristas peligrosos a penales en el territorio nacional, por eso el mandatario debe saber que existen voces de rechazo en el Congreso. A su vez, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan afirmó que el Congreso ha declarado claramente que es ilícito el desplazamiento de terroristas a Estados Unidos. Obama no consiguió convencer a los ciudadanos de que sea éste un plan sensato y seguro, añadió. Por su parte, el presidente del Comité de Seguridad Interna de la Cámara Baja, Michael McCaul articuló que es increíble que el presidente preste atención al desplazamiento y la liberación de terroristas. Mientras, otras dos figuras republicanas Marco Rubio y Ted Cruz, candidatos a la presidencia, sostuvieron que no se debe cerrar la prisión en Guantánamo, sino ampliarla.
El rechazo de los republicanos se basa en la realidad de que bajo la gobernación del presidente George W. Bush, un 20 por ciento de los 532 detenidos en esa cárcel reincidieron en el crimen tras ser liberados. Este porcentaje en la actualidad es de cinco por ciento.
En 2008, Barack Obama habló de la prisión de Guantánamo como un capítulo triste y doloroso en la historia de Estados Unidos. Ahora, mientras quedan unos meses para el término de su mandato presidencial, abogó por que el Capitolio realice una audiencia justa sobre este plan. Pero si esto no ocurre, existe la posibilidad de que Obama utilice su autoridad en el poder ejecutivo para cerrar de una vez y para siempre ese imputado penal.