(VOVworld) – Los comicios para elegir a los miembros del Parlamento y la Asamblea de Expertos de Irán, efectuados el 26 de febrero, finalizaron con un triunfo absoluto para la alianza de reformistas y moderados frente a los principalistas. Expertos internacionales consideran que con este resultado, se abren nuevas oportunidades para la renovación en esta nación islámica, lo que denominan “aires de reforma”.
Se trata de la primera vez que cerca de 55 millones de votantes participan en las elecciones generales después de la divulgación de soluciones relativas al programa nuclear iraní. Con el 90 por ciento de los votos procesados, los reformistas y moderados obtuvieron los 30 escaños en Teherán, en el contexto de que los comicios cuentan con la participación de más de mil candidatos. Gracias a esta victoria, los reformistas aspiran a alcanzar una mayor permanencia en el Parlamento, desde 2004. También los recientes comicios podrán indicar el futuro de esta nación islámica.
Una prueba para el rumbo futuro
Los resultados de estos comicios se consideran como un voto de confianza para el gobierno reformista del presidente Hassan Rouhani, así como una prueba de la satisfacción del pueblo con el histórico acuerdo nuclear. A la vez, se trata de otra prueba para el rumbo de las relaciones de Irán con Estados Unidos, Occidente, Arabia Saudita e Israel.
Periodistas iraníes trabajan en un centro de prensa en Teherán
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Mientras Irán ha conseguido romper el bloqueo económico internacional impuesto por Occidente desde hace decenas de años, los votantes nacionales cifran sus esperanzas en un Parlamento capaz de conducir al país hacia adelante. Por lo tanto, el desarrollo económico constituye la cuestión que más interesa a los electores iraníes.
Por tal razón, durante la campaña electoral, los compromisos respecto a la reforma económica mediante la apertura con la comunidad internacional recibieron un apoyo contundente de los votantes. Por otra lado, las ideas que respaldan el fomento de la resistencia de Irán contra los viejos enemigos ya no son convincentes. A los ciudadanos iraníes lo que les interesa actualmente es mejorar la calidad de vida y recibir subsidios para aliviar la situación generada por el alto precio de los alimentos y los combustibles.
Por lo tanto, estos resultados tienen un significado especial para el futuro de esta nación islámica y crean condiciones favorables para su entrada en una etapa novedosa, la cual cuenta con la normalización de los lazos con Washington y países occidentales y una profunda integración internacional.
¿Soplan ya aires de reforma?
Desde hace tiempo, en el escenario político iraní se observa una intensa competencia por el poder entre los principalistas y reformistas. Mientras la alianza reformadora pretende elaborar medidas destinadas a salir del bloqueo económico impuesto por Occidente y mejorar las relaciones internacionales, los conservadores muestran cierta cautela. Considerando el Islam como la base principal para las decisiones socioeconómicas, este grupo teme que los aires reformistas se conviertan en una tormenta que luego destruirá su fortaleza de poder.
Entonces, la victoria de los reformistas y moderados, según opinan expertos internacionales, tiene un significado decisivo para el rumbo de Irán en la próxima década. Se trata también de una ocasión propicia para el desarrollo económico basado en los recursos internos y el aprovechamiento de las oportunidades globales de esta nación islámica.
Por otra parte, el presidente Hassan Rouhani podrá desarrollar una mejor cooperación con un Parlamento moderado con el fin de seguir su programa político. Según se informó, su plan consiste en implementar las reformas económicas mediante una mayor colaboración con el exterior y la implementación de medidas destinadas a captar más inversiones. En ese contexto, el mercado iraní, con 80 millones de habitantes, recibirá una atención especial de los inversionistas foráneos una vez que se elaboren las políticas adecuadas.
Sin embargo, el proceso reformador no se logra en días ni tampoco se desarrolla de forma favorable fácilmente. Al analizar la estructura del poder de esta nación, se puede observar que con el triunfo de la Revolución islámica en 1979, surgió una institución política excepcional que es la interferencia entre la teocracia y la democracia. Aunque Irán es una nación republicana, encabezada por el presidente, el poder real pertenece a la Asamblea de Expertos, de 88 miembros, quienes tienen derecho a seleccionar y despedir al líder espiritual supremo.
No obstante, numerosos observadores valoran que los recientes comicios no pueden provocar un cambio significativo de manera inmediata, sino que las reformas necesitarán más tiempo.
El país tienen diversas ventajas geográficas, una posición estratégica, abundantes recursos humanos y una historia y cultura milenarias, junto a enormes recursos naturales. Irán siempre ha sido una potencia en el Oriente Medio. Tras sufrir durante años las sanciones económicas, ahora más que nunca, Teherán ha ascendido fuertemente en la arena mundial y afirma cada vez más su importante papel en la región y el mundo.