(VOVworld) – La ciudad de Nueva York, Estados Unidos acoge este martes la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático 2014, donde participan más de 120 jefes de Estado y representantes de cientos de corporaciones económicas, instituciones financieras y organizaciones sociales y profesionales. Se espera lograr en este primer encuentro de alto nivel, después del fracaso en la Conferencia de Copenhague hace 5 años, un acuerdo de carácter obligatorio para llegar a un Tratado contra el cambio climático en 2015.

La Conferencia especial de Naciones Unidas se lleva a cabo en medio de alarmantes estudios científicos, ambientales y económicos sobre los riesgos del cambio climático sin debidas y oportunas inversiones en la prevención de sus impactos. Así pues resulta apremiante establecer un marco para los diálogos sobre un acuerdo relativo a la reducción de la emisión del gas de efecto invernadero, cuya negociación comenzará a finales de 2014 en Perú y terminará en Francia en el año siguiente, a fin de sustituir el caducado Protocolo de Kyoto.

Llamado mundial contra cambio climático

Según datos divulgados por el Banco Mundial, las pérdidas económicas por los desastres naturales durante los últimos 10 años se aproximan a 200 mil millones de dólares anuales, y se prevé que esta cifra continuará aumentando más. Las calamidades naturales no perdonan a ningún país. Los daños que causan los huracanes son cada vez más trágicos, la tierra se calienta cada día, y recientemente un grupo de científicos británicos, al detectar un enorme iceberg del tamaño de Manhattan, un condado de Nueva York, a la deriva en el Ártico, predijeron  un temible deshielo en este polo dentro de poco tiempo. Obviamente, el mundo está enfrentando desastres más reales que nunca, sin embargo, los compromisos de los países aún se limitan a declaraciones verbales. En las conferencias de la ONU sobre el cambio climático, se presencian choques  entre los países desarrollados y en vías de desarrollo en cuanto a la reducción del gas residual, mecanismo de contribución financiera y transferencia tecnológica.

La Conferencia de Copenhague en 2009, a la cual asistieron cerca de 100 estadistas, fue foco de atención  mundial. Pero el despliegue de los documentos aprobados no logró los resultados esperados por la falta de la coherencia en acciones entre los países y territorios. En la cumbre más reciente sobre el tema celebrada en Polonia en 2013, las lágrimas del jefe de la delegación de Filipinas al recordar a sus compatriotas golpeados por el tifón Haiyan, y la huelga de hambre que éste realizó durante 12 días de trabajo de la conferencia, de la que sintieron identificación muchos delegados, no lograron despertar a la humanidad para actuar contra el cambio climático.

De declaraciones a acciones hay un trecho

Pese a que los países reconocieron el cambio climático como un problema espinoso del mundo, no encuentran una voz común para resolver los problemas existentes. Los países son iguales en responsabilidades y deberes en esta lucha. Esta consigna se repite en diferentes ediciones de la Conferencia de la ONU sobre el tema, pero la pregunta de cómo hacer para convertir los compromisos en acciones no ha recibido respuesta. Por lo tanto no se pone demasiadas expectativas en lograr un acuerdo importante en el encuentro en Nueva York. Sin embargo, la opinión pública espera un plan detallado en busca de una respuesta a estas dudas. Las presiones comunitarias aumentan más que nunca. En vísperas de la magna cita, unas 600 mil personas se sumaron a las marchas llevadas a cabo en 161 países para llamar a una interacción inmediata frente al cambio climático.

Actuar juntos por un mundo futuro

Según investigaciones, los próximos 15 años son decisivos para cambiar el hábito de usar combustibles fósiles por energías ecológicas. Alertaron que un retraso se traduciría en desastres imprevisibles. Se estimó que en este plazo de tiempo, el mundo debe invertir 90 billones de dólares en el enfrentamiento al cambio climático, concentrándose en el desarrollo de energías verdes, construcción de urbes de menor cantidad de dióxido de carbono y un uso eficiente de la tierra. Si la economía mundial continúa funcionando como hasta ahora, sufrirá una pérdida de hasta 4,4% del Producto Interior Bruto solo por la contaminación del aire, sin contar efectos nefastos en la salud humana y los altísimos costos para el tratamiento médico.

Entonces, es imprescindible la protección ambiental, pero cómo impulsar el crecimiento económico mientras se debe enfrentar el cambio climático, generar empleos y reducir la pobreza. Es una difícil cuestión pero si todos los países se identifican con los intereses comunes y piensan menos en los particulares, nada es imposible. El despliegue de un cambio tecnológico y una reforma mundial en pos de una economía menos contaminante, es lo que todos los países aspiran a lograr en esta conferencia.