Conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán, consecuencias imprevisibles

(VOVworld) – Luego de varios días de enfrentamientos armados, las partes implicadas en el conflicto de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán lograron un alto el fuego el 5 de abril. Aunque afirman estar dispuestos a acatar este acuerdo con miras a negociaciones de paz para una solución, las diferencias raciales y religiosas del pasado entre los dos países y la intervención de otras naciones dejarán consecuencias que afectarán la seguridad política en Europa.

El alto el fuego se pactó para el mediodía del 5 de abril y en realidad se implementó después de varias horas. Con anterioridad, el conflicto armado estalló en la zona en disputa de Nagorno Karabaj, donde desde hace años residen ciudadanos armenios, y causó la muerte de al menos 90 personas, incluidos civiles, así como centenares de heridos. Sin embargo, aunque las partes se comprometieron a respetar la tregua recién alcanzada, sus declaraciones categóricas en cuanto a la reivindicación territorial evidencian la tensión regional y la posibilidad de que el diferendo se reanude nuevamente.

Diferencias arraigadas

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Tanques azerbaiyanos en la zona de Nagorno Karabaj


En la época de la Unión Soviética, Nagorno Karabaj era una provincia autónoma de la República Socialista Federativa Soviética de Azerbaiyán, pero ese país y Armenia entonces reclamaban como suyo el mencionado territorio. Nagorno Karabaj perteneció a Armenia desde tiempos remotos. Los enfrentamientos entre ambos países se produjeron en 1988 y duraron varios años. La disolución de la Unión Soviética en 1991 eliminó las últimas barreras que impedían una guerra entre Armenia y Azerbaiyán. El 6 de enero de 1992, esa zona declaró su independencia. Luego de 6 años de enfrentamientos bélicos, ambas partes firmaron un acuerdo de alto el fuego y reconocieron el statu quo de Nagorno Karabaj.

A pesar de la tregua lograda y el retorno a las negociaciones de paz con la mediación del grupo de Minsk perteneciente a la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) y el cual copresiden Rusia, Estados Unidos y Francia, los choques siguen siendo habituales. A partir de 2008, Armenia y Azerbaiyán realizaron varios encuentros de alto nivel para solucionar este problema crítico, pero sin éxito, porque ambas naciones insisten en su reclamo territorial e impugnan las propuestas de reconciliación.

La parte azerbaiyana afirmó que pese al alto el fuego rubricado, está dispuesta a recuperar la soberanía nacional sobre la zona de Nagorno Karabaj y advirtió de represalia si la otra viola la tregua. Además, esa nación de la exUnión Soviética insiste en defender a la comunidad azerbaiyana en dicha área. Adelantó incluso su reconocimiento de la independencia de la República de Nagorno Karabaj en caso de que el conflicto armado se agrave.

Consecuencias imprevisibles

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Viviendas destruídas por enfrentamientos bélicos en Nagorno Karabaj


Por otra parte, el enfrentamiento involucra a otros países, entre ellos, Rusia y Turquía. En un contexto en el que las relaciones entre Ankara y Moscú no han mejorado después del derribo del avión ruso Su-24, la contienda entre Armenia, apoyada por Rusia, y Azerbaiyán, respaldado por Turquía, constituye un pretexto para demostrar su potencial e influencia en la región.

Además, otros estados exhortaron a las partes en disputa a abstenerse de aumentar las tensiones. Ankara declaró su apoyo a Azerbaiyán a cualquier precio y cerró la frontera con Armenia, lo que impide considerablemente el intercambio comercial entre esa nación con el resto del mundo. En cuanto a Armenia, esta controla Nagorno Karabaj desde la guerra en esa zona de 1988 a 1994. Allí están ubicados enclaves militares de Rusia. De esta manera, el estado del sudeste de Europa se beneficia del respaldo tanto político como militar de Moscú, razón por la cual el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, decidió visitar Armenia.

Aunque el asunto de Nagorno Karabaj no forma parte del acuerdo de la Alianza Moscú–Ereván, el Kremlin no puede permanecer en silencio porque si la situación en Armenia se agrava, ello perjudicará los intereses rusos.

Analistas consideran que de ocurrir otro enfrentamiento militar, los choques escalarán hasta un nivel incontrolable y más países podrían verse involucrados en el conflicto. El agravamiento de la situación provocaría secuelas imprevisibles a gran escala. En este sentido, se afectarán la seguridad y estabilidad tanto en el Cáucaso Sur como en el continente europeo.

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