(VOVworld) – La influencia de Rusia en el Oriente Medio, una zona llena de incertidumbres, cada vez aumenta más. Analistas mundiales estimaron que las últimas acciones diplomáticas y militares de ese país euroasiático en el área le apoyaron a consolidar su voz y su posición allí, donde muchas naciones habían tenido una buena relación con el Occidente.

El cambio positivo de las relaciones entre Rusia y el Oriente Medio empezó desde finales de septiembre de 2015, cuando Moscú decidió participar en los bombardeos contra el autodenominado Estado Islámico en Siria. Esta intervención contribuyó a dar media vuelta a los resultados en la batalla, causando grandes pérdidas a dicho grupo yihadista. Luego, se vio la recuperación de los nexos entre Rusia y Turquía, un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cuando las dos partes acordaron metas concretas de mejoramiento de la cooperación bilateral tras un tiempo de interrupción. Y recientemente, Irán permitió la utilización rusa de su base para atacar Siria.

Éxito de Rusia en Oriente Medio

De hecho, desde que Estados Unidos firmó un pacto nuclear con Irán en 2015, su presencia en la región se ha visto disminuida. Esto ha favorecido a que Moscú alcance un puesto más alto allí, con vistas a consolidar su fuerza en el plano mundial.

Soldados rusos en Siria

Entre los aliados, Siria se considera como un socio tradicional de Rusia. En apenas un año después de la decisión de bombardear en esta nación, Moscú ha ayudado al gobierno del presidente Bashar al-Assad a retomar muchos territorios que anteriormente se habían considerado “difíciles de recuperar” de la mano de la oposición.

Mientras, el Kremlin pronto aceptó la disculpa del presidente Recep Tayyip Erdogan sobre el derribo de un caza ruso por parte de las fuerzas turcas en noviembre de 2015. Las autoridades rusas además fueron las primeras que manifestaron el respaldo a Erdogan después del fallido golpe de Estado del reciente mes de julio, un suceso que según Ankara, se produjo con el apoyo de Estados Unidos. Se trata de un paso inteligente del Ejecutivo de Vladimir Putin para Turquía en la situación actual de que el último enfrenta la vuelta en contra por parte de sus aliados occidentales.

A mediados de agosto, Irán también afirmó que Moscú utilizó su base de Nojeh, en el oeste, para combatir al terrorismo en Siria. Aunque luego anunció que se trata de una colaboración temporal que ha concluido, el hecho marcó la primera vez que Teherán permite a otra fuerza extranjera la utilización de su base militar, un privilegio mayor que el que habían otorgado los reyes iraníes a Estados Unidos antes de la Revolución Islámica desde enero de 1978 hasta febrero de 1979.

Entretanto, la cumbre tripartita entre Rusia, Azerbaiyán e Irán, que tuvo lugar a inicios de agosto en Baku, marcó un gran hito político, con esperanza de que se puedan formar en Oriente Medio, o al menos en el norte de la región, nuevos modelos de cooperación entre estos tres grandes exportadores de petróleo del mundo. Anteriormente, esta reunión fue impedida por las fuerzas que intentan controlar todas las naciones en el Oriente Medio, el ombligo petrolero del globo.

Una caza de combate de Rusia está despegando para cumplir con su misión en el Oriente Medio

Según valoraron expertos mundiales, las metas limitadas trazadas por Rusia en Siria son la base para que Moscú amplíe su influencia en el área. Entretanto, Turquía se considera como un factor importante que facilita el transporte de su energía a Europa, como sustitución a Ucrania. Y los bombardeos rusos desde la base militar iraní son oportunidades para que la nación euroasiática presente sus equipamientos militares modernos, que están en demanda en el Oriente Medio. Se puede decir que Rusia realmente se hace sentir en dicha zona.

Países occidentales están cautelosos

La vigorosa recuperación de Rusia en el área se ocurre en el contexto de que Washington está traspasando su eje y sus recursos hacia Asia. Esta política abre el camino para que otros Estados, en particular Rusia, llenen el vacío de poder que deja Estados Unidos en el Oriente Medio durante décadas.

Por eso, a pesar de los argumentos de Moscú de que sus recientes actos en la región simplemente cumplen con sus intereses, sin intentar sobrepasar a Estados Unidos ni a otras naciones en el asunto de Oriente Medio, la Casa Blanca aún está cautelosa. Según anunció el portavoz del Departamento del Estado norteamericano, Mark Toner, Washington trata de averiguar lo que están trabajando Irán y Rusia y confirmar si el suspendido uso ruso de la base iraní es real o no.

De acuerdo con analistas, las transformaciones en los vínculos de Rusia con Turquía e Irán, en cuanto a la lucha contra el Estado Islámico en Siria plantea una preocupación en los países occidentales, cuyos lazos con cada una de dicha tres naciones están afrontando problemas.

Definitivamente, Rusia ha logrado consolidar su papel en el candente Oriente Medio, es decir, bajo el liderazgo del presidente Vladimir Putin, el Kremlin ha obtenido grandes avances en la recuperación del equilibrio del poder en el mundo.