La Cumbre de la OCS es el primer encuentro presencial de los líderes de los países miembros de la organización desde el comienzo de la pandemia de covid-19 en 2020. También es el primer viaje al extranjero del presidente chino, Xi Jinping desde principios de 2020, y la primera vez que los jefes de Estado de China e India se encuentran cara a cara desde el estallido de enfrentamientos, en enero de 2020, entre ambas naciones en su frontera. En particular, el enfoque de la Cumbre de la OCS en Samarkand fue la primera reunión entre los líderes de Rusia y China desde que Moscú comenzó su operación militar en Ucrania. Esta cita es de una particular importancia al considerar la actual coyuntura internacional.

El encuentro más esperado en la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái es la reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin (i) y su par chino Xi Jinping.

Rusia y China afirman sus vínculos de asociación

Analistas suponen que la cumbre de la OSC en Uzbekistán propicia una oportunidad para que China muestre su influencia en el mundo y para que Rusia reafirme su política de incentivar los nexos con Asia, especialmente en estos momentos en que Moscú y Beijing tienen relaciones tensas con Washington.

El presidente ruso Vladimir Putin afirmó que las conversaciones crearán más ímpetu para la asociación estratégica entre su país y China tanto a nivel bilateral como en el plano internacional. Por su parte, su homólogo chino Xi Jinping afirmó que, como gran potencia, Beijing está dispuesta a unirse a Moscú para realizar grandes cambios en el mundo a fin de avanzar con un desarrollo sostenible.

Al comentar sobre la próxima reunión entre Vladimir Putin y Xi Jingping, los expertos evaluaron que ambos líderes están tratando de realizar muchas alianzas, por lo que la cumbre Rusia-China es extremadamente importante en medio de las actuales tensiones con Occidente.

China ha optado por un enfoque equilibrado en la crisis de Ucrania al negarse a condenar la operación militar de Rusia en Kiev y dejar en claro su posición de oponerse a las sanciones occidentales contra el país euroasiático. A su vez, Moscú apoya firmemente a Beijing en el contexto de la escalada de tensiones con Washington tras la visita a Taiwán (China) de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.

Para Putin, la Cumbre de la OCS es una oportunidad para demostrar que su nación no podrá estar aislada del escenario internacional a pesar de que el conflicto ruso-ucraniano continúa. Además, se trata de una buena ocasión para que Moscú pueda encontrar nuevos mercados o proveedores de los artículos que ya no puede importar de Europa. Para Xi Jingping, esta reunión le permite asentar su imagen antes del vigésimo Congreso del Partido Comunista de China programado para el próximo mes de octubre.

De hecho, las relaciones entre Moscú y Beijing, pese a sus desacuerdos, están profundamente cercanas y se apegan a sus objetivos estratégicos comunes, especialmente la inhibición de la influencia de Estados Unidos en Europa. Por lo tanto, esta vez la reunión entre Xi Jinping y Vladimir Putin, es una oportunidad para que ambas naciones demuestren al mundo sus vínculos de asociación.

El papel de la OCS en el nuevo contexto

Fundada en 2001, la OCS incluye a India, Kazajstán, China, Kirguistán, Rusia, Tayikistán, Pakistán y Uzbekistán. Entretanto, Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia se unieron como observadores, mientras que Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía son países socios.

En el contexto actual, esta organización es considerada como un nuevo centro de poder, que representa el 25 % de la población mundial y el 60 % del área total de Asia y Europa. Por lo tanto, muchos países desean adherirse al OCS como miembros de pleno derecho, observadores o socios de diálogo. En esta cumbre, Irán también firmó oficialmente un memorando de entendimiento para formar parte de la agrupación.

Al unirse a la OCS, cada estado miembro, observador o socio persigue sus propios intereses. Fortalecer la cooperación dentro de esta entidad puede ayudar a China y Rusia a resolver muchas dificultades políticas, económicas y de seguridad. Mientras tanto, para los otros miembros, la participación de nuevos países en la OCS significa ampliar la influencia de esta organización no solo en el campo del comercio económico sino también en la política mundial.

En definitiva, la OCS tiene un papel cada vez más importante en el mantenimiento de la seguridad y la estabilidad regionales, al tiempo que promueve la cooperación entre los países miembros y aumenta constantemente su influencia en el ámbito internacional.