Los mandatarios Kim Jong-un (i.), de Corea del Norte y Moon Jae-in, de Corea del Sur, en su encuentro histórico en la zona de tregua de Panmunjom (Foto: Kyodo/VNA)

El pasado 27 de abril entró en la historia de las dos Coreas por marcar un día lleno de sonrisas y apretones de manos con la declaración de los dos dirigentes coreanos, Moon Jae-in y Kim Jong-un, ante millones de sus compatriotas y ante la comunidad internacional, sobre su voluntad común de acabar con la guerra que ha prolongado durante varias décadas, abriendo por primera vez la era de paz oficial en esta península.

Con sus manos cogidas y alzadas al aire en signo de victoria, seguido de un abrazo, las máximas autoridades sellaron la firma del documento titulado “Declaración de Panmunjom para la Paz, la Prosperidad y la Unificación de la península coreana”, reafirmando sus compromisos de poner fin a la separación y los enfrentamientos desde la Guerra Fría.

Primeras acciones alentadoras

En virtud del recién firmado acuerdo, las dos Coreas suspenderán todos los actos hostiles hacia la otra parte, orígenes de tensiones y choques militares, tanto en tierra, mar y aire. A partir del primero de mayo, en la Zona de la Línea de Demarcación Militar, interrumpirán las acciones de enfrentamiento como la radiodifusión con altavoces y el esparcimiento de octavillas, y convertirán la Zona Desmilitarizada en un área de paz verdadera.

Con antelación, Pyongyang decidió retrasar desde el 5 del presente mes los relojes 30 minutos para volver a tener la misma hora con Seúl.

El 29 de abril, la Oficina presidencial de Corea del Sur confirmó que su vecino del norte cerrará en mayo su polígono de pruebas nucleares de Punggye-ri y luego invitará a expertos y reporteros surcoreanos y estadounidenses a visitar ese lugar para que hagan en público su cumplimiento de los compromisos con la comunidad internacional.

Según la Declaración de Panmunjom, las dos Coreas aseguraron realizar conversaciones de alto nivel en busca de establecer una oficina de contacto en la zona industrial intercoreana de Gaesung e impulsar el intercambio pueblo a pueblo. Además, abogaron por reanudar la reunión entre sus ministros de defensa tras 11 años de estancamiento. Este mes, programaron efectuar encuentros militares con el propósito de generar la confianza de los ciudadanos de los dos países. La agenda del corriente mes incluirá también citas entre las familias separadas desde la Guerra intercoreana y otras actividades culturales y deportivas.

Se prevé que el presidente surcoreano, Moon Jae-in visite Pyongyang en otoño del 2018 para reunirse con el líder norcoreano y titular del Partido de los Trabajadores, Kim Jong-un.

Abierta la puerta del diálogo

Dichas señales alientan una nueva etapa para las dos Coreas, etapa de paz duradera. Sin embargo, la desnuclearización y el establecimiento de los mecanismos de paz en la península se vinculan con Estados Unidos. Por consiguiente, la opinión pública presta mucha atención a la próxima reunión entre Estados Unidos y Corea del Norte. Si se consiguen los compromisos apropiados para las partes involucradas, sería fácil concretar la Declaración de Panmunjom. De lo contrario, el cumplimiento de ese acuerdo resultaría difícil. Dicha cumbre se espera como un paso importante y decisivo para el “destino” de la península coreana. Analistas subrayaron que la puerta del diálogo está abierta, lo que marca un momento favorable para las partes relacionadas, especialmente Estados Unidos y China.

Aunque queda mucho por hacer, el acuerdo histórico de Panmunjom destinado a poner fin a las tensiones prolongadas en la península coreana está creando un ambiente optimista y de reconciliación entre las dos coreas. Este éxito reviste un gran significado tanto para ambos pueblos como para toda la región.

El diálogo se considera el acceso óptimo a la posibilidad de resolver la crisis nuclear en esa península. La Declaración de Panmunjom, seguramente, inició una era de paz duradera en esta zona.