(VOVworld) – A un año de la muerte del presidente Hugo Chávez, Venezuela sigue experimentando retos con manifestaciones y violencia en distintos lugares del país. En medio de dificultades económicas, la tarea de estabilización nacional que asume el actual mandatario Nicolás Maduro se vuelve más ardua.

Las manifestaciones en Venezuela, en la que participan, de mayor calibre, en contra de los resultados electorales presidenciales de 2011 han sucedido durante un mes en las calles de Caracas, la capital y otras ciudades grandes de Venezuela. Para colmo, en las protestas de grupos estudiantiles en contra del presidente Nicolás Maduro le culpan de la alta tasa de inflación durante los últimos 15 años, desabastecimientos en los mercados y la inseguridad social. Las protestas adquieren peligrosa violencia.

Inestabilidad latente derivada de dificultades económicas

En la actualidad, el país suramericano enfrenta numerosas dificultades como la alta tasa de inflación superior al 56% en 2013, la devaluación de la moneda nacional y el agotamiento de reservas de divisas, aunque se trata del país con mayor reserva de petróleo.

Retos acechan al presidente Nicolás Maduro

Al echar una mirada retrospectiva a los 14 años en el poder del fallecido presidente Hugo Chávez, cabe destacar que Venezuela ha cosechado frutos relevantes que mejoraron el nivel de vida de los ciudadanos. La tasa de la pobreza bajó al 6% en 2012, lo que elevó la posición nacional al lugar 71 entre los 187 países en cuanto al Índice de Desarrollo Humano. Para ello, Venezuela acudió a la política de aportar ingresos derivados de la comercialización petrolera. Sin embargo, el petróleo es un recurso natural agotable.

Persistencia en la protección de logros de la Revolución Bolivariana

A pesar de las tensiones, analistas de la región coinciden en que las protestas que llevan un mes no tienen posibilidad de ganar la popularidad entre las masas y lograr consenso para derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro.

Aunque no puede impedir las manifestaciones legales, el mandatario afirmó que la Revolución Bolivariana sigue con su marcha triunfal desafiando el llamamiento de la oposición a la participación de miles personas en las protestas hasta que renuncie a su cargo. Destacó que se persistirá en sancionar severamente a los elementos que aprovechan los derechos civiles y la libertad para incitar disturbios y sabotaje público. Además, Maduro pidió a la Asamblea Nacional aprobar una investigación de lo que califica de conspiración. En este sentido, se creará una Comisión de la Verdad para analizar las pruebas recopiladas sobre la derecha venezolana apoyada por fuerzas subversivas extranjeras. Paralelo a las medidas para frenar la escalada de violencia, el gobierno continúa materializando políticas encaminadas a superar las dificultades económicas, como priorizar el consumo y satisfacer las demandas alimenticias y farmacéuticas de las capas sociales en lo adelante.

Después de convertirse en el sucesor de Hugo Chávez tras la victoria con una ventaja mínima frente a Henrique Capriles, representante de la oposición, en los comicios presidenciales celebrados en abril de 2013, el presidente Nicolás Maduro se comprometió a acelerar las misiones sociales legadas del difunto Comandante Supremo Chávez para seguir el camino de la revolución bolivariana y el socialismo de Venezuela. Sin embargo, los retos económicos y las manifestaciones convocadas por la oposición constituyen un gran obstáculo que debe enfrentar el Gobierno, lo que presiona al mandatario. Frenar la oleada de protestas, lograr la estabilización política y la recuperación de la economía nacional son tareas que si las cumple Maduro, ganará la confianza del pueblo, de cara a la materialización del sueño de democracia y progreso social cultivado por su predecesor Hugo Chávez.