Detrás de la decisión de la Liga Árabe de suspender la supervisión en Siria

(VOV World) El secretario general de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, anunció el pasado 28 de enero la suspensión de las actividades de la misión de observadores en Siria, debido al “aumento de la violencia”. Desde el principio la opinión pública sospechó de la confianza de esta asociación por su división y demora, y ahora, cuestión qué hay detrás de esta suspensión.

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Observadores de la Liga Árabe inspeccionan la situación en Siria 

Según un acuerdo entre Siria y la Liga Árabe para poner fin a los conflictos en ese país de Asia occidental, desde el pasado 26 de diciembre fue enviado a Damasco un equipo de 163 observadores, con la aspiración de elevarlo a 300 miembros. Sin embargo, la semana anterior, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) retiró unilateralmente a sus observadores de Siria y el 28 de enero, la Liga decidió suspender todas las actividades de esta misión con el pretexto de garantizar la seguridad de sus observadores ante el aumento de la violencia en las últimas 3 semanas.

Tal decisión, apenas varios días después de que la administración siria prorrogara por un mes las actividades de los observadores, fue una sorpresa. El canciller ruso, Sergei Lavrov, cuestionó el desaprovechamiento de una herramienta tan eficaz: "Apoyo el aumento de los observadores. Nos asombra esta decisión, después de prorrogar por un mes la misión de los observadores”. Lavrov criticó a los países occidentales que subestimaron la misión de la Liga Árabe en Siria, calificándola de "insignificante". El jefe de la diplomacia rusa consideró "irresponsable" el criterio occidental de que un diálogo con el régimen del presidente sirio Bashar Al Assad no era factible, y tildó de "imperdonable" la búsqueda de medios para sabotear esta oportunidad de estabilizar la situación. Quizás las palabras del titular ruso de relaciones exteriores explican en parte los motivos tras la decisión de la Liga, cuya supervisión no estaba en el guión de Occidente para derrocar a la administración de Damasco.

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  Actos violentos continúan en Damasco


Desde su creación en 1945 hasta la fecha, la Liga Árabe siempre padeció divisiones y estancamiento por la defensa de intereses nacionales muchas veces encontrados. Cuando Estados Unidos promovió la guerra contra Iraq, la Liga reaccionó de modo disperso, algunos miembros protestaron y otros no solo estuvieron de acuerdo, sino que suministraron bases militares al Pentágono. En cuanto a Libia, por primera vez la Liga logró un consenso al dar luz verde a la resolución sobre el establecimiento de una zona de exclusión aérea en ese país. Aunque solo tuvo carácter simbólico, tal apoyo de la Liga le proporcionó una nueva imagen. Sin embargo, en el problema sirio, la injerencia de la Liga provocó reacciones diferentes no solo en su seno, sino entre Occidente y Rusia y China. De entrada le faltó unanimidad: tras suspender la membresía de Siria, el 12 de noviembre de 2011 y de aplicar sanciones contra el régimen de Bashar Al Assad, algunos países miembros como el Líbano, Jordania e Iraq solicitaron que mantenerse al margen para defender sus intereses políticos y económicos con Damasco, en tanto Argelia protestó resueltamente toda intervención en Siria. Rusia, China y Occidente tampoco tienen una voz común sobre la misión de supervisión de la Liga. 


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Occidente no oculta su intención de derrocar al presidente Bashar Al Assad


Mientras Moscú y Beijing respaldaron la misión de este bloque en Siria, considerándola una vía para resolver de modo pacífico el conflicto, Washington, París y sus aliados dudaron de la capacidad de la Liga, calificándola de una medida destinada a “darle tiempo” al presidente Bashar al Assad y que solo esperaban una “fuerte solución de carácter internacional”, a través del Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso nunca recibieron el apoyo de Occidente las alternativas presentadas por la Liga Árabe, entre ellas un itinerario particular o “solución árabe” para el traspaso de poder pacífico de Bashar al Assad a su vicepresidente, y organizar las elecciones. Al no poder satisfacer ni a oposición ni a gobierno, la supervisión se convirtió en una gran carga para la Liga Árabe. La razón más lógica para suspenderla fue el “aumento de la violencia” y la garantía de la seguridad de los observadores.

La opinión pública estimó que la decisión de la Liga Árabe víspera de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, que prevé discutir este 31 de enero una resolución sobre la situación en Siria, tiene como objetivo presionar a la comunidad internacional y crear condiciones para una intervención de Occidente en ese país.

Đoàn Thị Trung

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