(VOVworld) – El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden continúa hoy su visita en China, segunda parada en su gira por tres países del Este de Asia, que incluyen además Japón y Corea del Sur. En medio de la escalada de tensiones en esta región vinculada con la declaración unilateral de Beijing sobre el establecimiento de una Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) en el Mar de China Oriental, se espera que con sus cercanas relaciones con el dirigente chino, Xi Jinping, Biden ayude a aliviar la tirantez entre los tres países asiáticos en este periplo de mediación. Sin embargo, según lo que se observa, la misión de Biden no obtendrá un buen desenlace esperado.
Aunque al principio, el vicepresidente estadounidense planeó promover en esta gira inversiones y relaciones comerciales, ahora la Zona china de Identificación de Defensa Aérea ganó protagonismo en su visita de trabajo, y Japón, China y Corea del Sur focalizan en la actualidad disputas relativas a territorios en el mar reclamados tanto por Tokio como Beijing. Los choques verbales se han tornado cada vez más tensos y amenazan con derivar en enfrentamientos militares. Por lo tanto, la elección de los destinos del viaje de Biden pone de manifiesto la intención de Washington, de aplacar las tensiones con Beijing, y al mismo tiempo asegurar con sus aliados, Tokio y Seúl, el “giro asiático” de Estados Unidos.
Joe Biden y el primer ministro japonés, Shinzo Abe
Del dicho al hecho hay mucho trecho
A pesar de no manifestar una protesta oficial a China en los litigios entre este país y Japón, el gobierno estadounidense reitera en varias ocasiones con Tokio que el archipiélago de Senkaku en el Mar de China Oriental permanece en el acuerdo de seguridad bilateral y que Washington rechaza cualquier intento de cambiar del poder de control.
A tres días del anuncio por parte china de la Zona de Identificación de Defensa Aérea, Estados Unidos envió dos aviones bombarderos B-52 al área, y dejó claro en su mensaje el rechazo al plan de Beijing, a desestimar las demandas de autoridades chinas de que los aviones que sobrevuelan la zona se identifiquen previamente e informen de su ruta, además de mantener intactas las actividades militares en la región. Sin embargo, las acciones posteriores de Washington confunden a sus aliados, tras recomendar a los aviones civiles acatar las estipulaciones de China. Pese a una oportuna explicación, la actitud calificada de “ambigua” de Estados Unidos indignó a Tokio, que le dirigió fuertes críticas. Por lo tanto, al llegar a Japón, Joe Biden debió calmar a su socio, asegurando que la alianza militar establecida en 1950 entre los dos países sigue válida y que Estados Unidos, seguirá estando codo con codo con sus aliados en la región.
El vicepresidente estadounidense y el mandatario chino, Xi Jinping
No obstante, la realidad no será simple como parecen sugerir las declaraciones. Se puede decir que el “mediador” se encuentra ahora en situación de perplejidad. En vísperas de su visita a Beijing, los medios de comunicación chinos acogieron con cautela el acontecimiento. La preocupación expresada por Biden sobre la zona china de identificación aérea en su encuentro con el primer ministro Shinzo Abe fue criticada enérgicamente por la prensa china. El periódico “China Daily” advirtió que elCHIA apoyo de Biden a Japón puede perjudicar su imagen en el gigante asiático, y afirmó que si Estados Unidos desea verdaderamente atenuar las tensiones en la región, debe dejar de respaldar las consideradas peligrosas políticas “de guerra” de Tokio. No se sabe si la rígida postura de Beijing, o la importancia del mantenimiento de las relaciones con su gran rival, harán descarrilar el objetivo principal de este periplo de Biden. El tema de la zona de identificación de defensa aérea, que se abordó muy poco en las conversaciones entre Biden y el presidente chino Xi Jinping, se sustituyó por el enfoque sobre la construcción de las nuevas relaciones entre grandes países en el siglo XXI, a propuesta de Xi en su visita a Estados Unidos a principios del año. Muestra de ello ha sido el estrecho apretón de mano entre los dos dirigentes y la declaración del presidente chino de que el diálogo y la cooperación constituyen la opción acertada y única para ambos países.
Espinoso camino de reconciliación
Obviamente, pese a su inquietud ante una China que emerge fuertemente en los últimos años, Estados Unidos no puede dar la espalda a un rival de tanto peso. El actual escenario en el Este de Asia hace más difícil la misión de Biden y puede que el único logro de su gira radique en dejar una huella de la presencia de Estados Unidos cada vez que ocurra algún incidente en la zona.