Disturbios en Francia provocan graves consecuencias

(VOVWORLD) - Durante la semana pasada, se han provocado numerosos disturbios en distintas ciudades de Francia después que Nahel M, un joven de 17 años, fue abatido por la policía en Nanterre, una localidad al oeste de París, el 27 de junio. La investigación está en curso, pero sea cual sea el resultado, el incidente refleja un problema complejo y profundamente arraigado en la sociedad francesa.

Comenzadas desde el 28 de junio, las protestas, que entraron en su sexto día, se iniciaron cuando los manifestantes quemaron autos, levantaron barricadas en las calles y arrojaron fuegos artificiales contra las fuerzas de seguridad, obligando a que éstas lanzaran gases lacrimógenos para dispersar los alborotadores. El gobierno francés desplegó unos 45.000 policías junto con vehículos blindados por todo el país en un esfuerzo por sofocar las sucesivas noches de violencia.

Disturbios en Francia provocan graves consecuencias - ảnh 1Manifestantes radicales en un enfrentamiento con la policía en Marsella, el 30 de junio de 2023. (Foto: AFP/VNA)

Origen de los motines

En la mañana del 27 de junio, el chico francés de 17 años de origen argelino, Nahel, conducía un vehículo alquilado cuando la policía le dio el alto para realizarle un control. Ante las señales de los agentes, el joven decidió darse a la fuga y uno de los policías le disparó y acabó con su vida con un balazo en el brazo y la parte izquierda del pecho. Los fiscales informan que el oficial que le disparó a Nahel ha sido investigado formalmente por intento de asesinato y está bajo custodia. Mientras, el agente argumentó que quería detener una persecución automovilística porque temía por su seguridad y la de sus colegas cuando el joven de 17 años violara las leyes de tránsito.

Como forma de protesta contra este incidente, miles de personas, incluida la madre de Nahel, marcharon en homenaje al joven asesinado por las calles de Nanterre y de otras 10 ciudades francesas. En efecto, el fallecimiento de Nahel encendió tensiones de larga data causadas anteriormente por la violencia policial y el racismo sistémico en las agencias de aplicación de la ley. Los manifestantes exigieron un cambio de las fuerzas policiales, una solicitud que ha logrado algunos avances tras el estallido del movimiento global Black Lives Matter, tras la muerte de George Floyd en Minnesota, Estados Unidos. El tiroteo en Nanterre también resucitó dolorosos recuerdos de la jornada de caos de 2005 en Francia cuando dos adolescentes fallecieron electrocutados por un transformador mientras huían de la policía. Este suceso provocó una oleada de quema de coches y protestas durante tres semanas que obligaron al entonces presidente Jacques Chirac a declarar el estado de emergencia.

Respuesta gubernamental

Tras el incidente, el presidente francés Emmanuel Macron recalcó que “nada justifica la muerte de un joven” y describió el tiroteo de “inexplicable e imperdonable”. El gobierno galo también ha desplegado 45.000 policías y, en un esfuerzo por evitar una escalada prolongada de violencia, ha ordenado el despliegue de vehículos blindados. Macron también canceló su planeada visita a Alemania del 2 al 4 de julio para resolver la crisis interna. Sin embargo, el mandatario rechazó la solicitud de declarar el estado de emergencia.

Mientras tanto, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ordenó la suspensión del servicio de autobús y tranvía a partir de las 9:00 PM a partir del 30 de junio. Las autoridades de varias ciudades francesas también cancelaron acontecimientos a gran escala previamente planificados, incluidos conciertos en el Estadio de Francia. Instaron a los padres a no dejar que los adolescentes salgan a la calle y atribuyeron a las redes sociales, concretamente Snapchat y TikTok, jugar un "papel importante" en la incitación a la violencia.

Consecuencias a largo plazo

Según el Ministerio del Interior francés, más de 2.000 coches han sido quemados y más de 500 edificios dañados, mientras que las tiendas fueron saqueadas y se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas antidisturbios en decenas de ciudades de Francia. Durante los cinco días de disturbios, unos 3.000 protestantes fueron arrestados, entre los cuales, el viernes por la noche (30 de junio) se reportaban mil 300 detenidos y más de 200 policías heridos.

Más allá, la ola de protestas y violencia en Francia se ha extendido a Suiza con manifestaciones en Lausana tras varias convocatorias en las redes sociales. Hasta el momento, siete personas han sido arrestadas en esa ciudad vinculadas con los disturbios.

La situación de caos en Francia ha llevado a muchos países a expresar sus preocupaciones y advertir a sus ciudadanos. El consulado chino en Marsella envió una nota a la parte francesa, pidiéndole que garantice la seguridad de sus connacionales y sus bienes después de que, en la noche del 30 de junio, un autobús que transportaba a 31 turistas chinos en esa ciudad fue atacado por manifestantes con un saldo de cinco chinos heridos. Mientras tanto, el canciller alemán, Olaf Scholz, expresó el 2 de julio su preocupación por los disturbios en Francia. En Twitter, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanani, instó a los iraníes a considerar “viajes no necesarios a Francia” y les recomendó evitar las “zonas de conflicto” en ese territorio.

En definitiva, los disturbios en Francia todavía parecen no tener visos de detenerse y sus consecuencias se consideran incontrolables. Este hecho demuestra que en los próximos tiempos Francia tendrá que resolver muchos problemas complejos y desacuerdos persistentes en su sociedad.
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