En el último anuncio oficial del 6 de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la economía global enfrenta el riesgo de una recesión severa prolongada. En particular, el crecimiento en todas las grandes economías se está desacelerando. Anteriormente, diversas instituciones financieras internacionales y analistas también emitieron advertencias y pronósticos similares sobre las alarmantes realidades de la economía mundial.
Previsiones preocupantes
Según las proyecciones del FMI, desde ahora hasta 2026 el Producto Interno Bruto (PIB) mundial perderá unos 4 billones de dólares, equivalente al de Alemania, la economía más grande de Europa. La directora gerente de esta institución financiera, Kristalina Georgieva, describió la pérdida como un “revés masivo para la economía mundial”. Indicó tres factores principales que amenazan el crecimiento económico mundial: la crisis energética en Europa, debido al conflicto Rusia-Ucrania, la creciente inflación de Estados Unidos y el estallido de la burbuja inmobiliaria en China. Con este hecho, el FMI rebajó su previsión de crecimiento del PIB mundial para este año al 3,2% y el de 2023 al 2,9%, un 0,4% y 0,7% por debajo, respectivamente, de la previsión anterior de hace tres meses.
De manera similar, en un informe publicado el 5 de octubre la Organización Mundial del Comercio (OMC) también recortó su pronóstico de crecimiento global en 2023 al 2,3%, desde el 3,3% previsto anteriormente. Además, la entidad advirtió que esta cifra seguirá disminuyendo si los bancos centrales actúan de manera más agresiva elevando la tasa de interés para frenar la inflación.
En cuanto a las actividades comerciales, la OMC previó que las importaciones y exportaciones globales aumentarán apenas un 1% en 2023, menos de un tercio del crecimiento de 3,4% del pronóstico anterior.
En Estados Unidos, su círculo empresarial también parece haber sentido claramente el riesgo de una recesión mundial. Una encuesta para 400 líderes de grandes empresas estadounidenses, publicada el 4 de octubre y realizada por la firma de auditoría KPMG, mostró que el 91% de los directores ejecutivos (CEO) predicen una crisis dentro de los próximos 12 meses. Solo un 34 % de los encuestados cree que la recesión será leve y de corta duración.
Previamente, una encuesta publicada en septiembre por la agencia consultora Marcum y la Escuela de Negocios Frank G. Zarb, de la Universidad de Hofstra (Estados Unidos), también arrojaba resultados similares según los cuales más del 90% de los CEO de las empresas a mediana escala en Estados Unidos están preocupados por una potencial recesión mundial.
En cuanto a las perspectivas generales, muchos expertos económicos internacionales indicaron una serie de señales de que la economía global está cayendo en recesión, tales como la fuerte apreciación del dólar, la ralentización de la economía estadounidense y el endurecimiento del gasto y la inversión, así como la caída del mercado de valores y la creciente inestabilidad geopolítica en muchas regiones del mundo.
Es menester actuar con precaución
Frente al riesgo de una recesión económica mundial cada vez más evidente, las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y los expertos económicos han emitido recomendaciones continuamente, llamando a los gobiernos, especialmente a los de las grandes economías, a actuar con más cautela con las medidas para frenar la inflación, entre las cuales se debe prestar especial atención a los sujetos más vulnerables.
Durante un acto en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) el 6 de octubre, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que el ajuste monetario excesivo empujará al mundo a una recesión prolongada. Exhortó a los gobiernos a promulgar políticas fiscales temporales y específicas para poder apoyar a los grupos más afectados.
De igual manera, el Informe Anual sobre Perspectivas Económicas Mundiales de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), publicado a principios de este mes, advirtió que un mayor endurecimiento de la política monetaria inevitablemente causará daños adicionales. Esta entidad también afirmó que elevar las tasas de interés no ayuda mucho a resolver la escasez de alimentos y energías. Por lo tanto, los formuladores de políticas deberían centrarse en medidas capaces de poner límite a los precios de la energía, aumentar el presupuesto a partir de los picos de ingresos fiscales y las ganancias de las empresas de energía. La secretaria general de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, confió en que ahora todavía hay tiempo para que el mundo salga de la recesión, si se logra enfriar la inflación y apoyar a todos los grupos vulnerables.