(VOVworld) – El 14 de diciembre, el electorado de Japón acudirá a votar diputados para 475 escaños de la Cámara Baja. En el contexto en que la política económica del primer ministro Shinzo Abe, conocida como Abenomics se califica de insuficiente porque retrocede el crecimiento en los últimos tiempos, la convocatoria de elecciones anticipadas que llega apenas dos años después de que Abe asumiera la jefatura del Gobierno es considerada como un referendo para valorar su programa de reforma económica y el prestigio del Partido Liberal Democrático.

En estos comicios, unos mil 150 candidatos competirán por 475 escaños de la Cámara Baja. Aunque numerosas formaciones se presentan en esta carrera electoral, la contienda se concentra en realidad entre los dos mayores partidos, la Alianza en el poder liderada por el Partido Liberal Democrático y el Democrático de Japón. La campaña electoral arrancó el 2 de diciembre y dura 12 días.

Según los últimos datos de encuesta, aunque fue descrita de “ineficaz” la política de Shinzo Abe, ya que retrocede el crecimiento y hunde la economía nacional en la recesión, el Partido Liberal Democrático de Japón del jefe del Gobierno aventaja en 4 veces más a su rival, el Partido Democrático en número de seguidores. Esto quiere decir que es casi seguro que la Alianza en el poder de Shinzo Abe continuará logrando el apoyo de la mayoría y manteniendo su posición pese a numerosos retos que le acechan en el futuro.

Abenomics – Enfoque de atención electoral”

Los comicios reflejan la confianza de los electores nipones en el Gabinete de Shinzo Abe en la promoción económica. Entretanto, no existe la posibilidad de que los opositores cuenten con suficientes fuerzas para competir con la Alianza en el poder por lo que la política Abenomics se ha convertido en foco de crítica en la carrera electoral.

Desde que asumiera la jefatura del Gobierno, Shinzo Abe ha realizado un programa de recuperación económica empleando la estrategia de tres flechas concentrándose en estimular los gastos públicos, aliviar la política monetaria y lograr un crecimiento más amplio y profundo. A dos décadas de deflación, se ha depositado en Abenomics la confianza considerándola como un remedio eficaz para curar la enfermedad severa de la economía nacional. Sin embargo, los últimos datos constituyen una presión sobre el Gabinete. El crecimiento del Producto Interno Bruto se redujo en el 7,3% en dos trimestres consecutivos y mantuvo el desplome en el tercero en medio del aumento creciente de las deudas públicas. De esta manera, no resulta sorprendente el porcentaje deducido de las personas que creen en la recuperación económica. Según el último referendo, el 16% de los encuestados confían en los buenos efectos de Abenomics, en comparación con el 65% registrado desde el nacimiento de esta política.

Se necesita tiempo para el “Abenomics”

Con el número decreciente de los partidarios al Gabinete, en su plataforma electoral, el Partido Liberal Democrático de Shinzo Abe destacó los frutos cosechados gracias a Abenomics, tales como crear más empleos y el mejoramiento del mercado bursátil, así como postergar el aumento del impuesto sobre el consumo del 8% al 10% a partir de abril de 2017 que se considera como una medida para reducir de modo acelerado el déficit presupuestario. Además, el primer ministro nipón se comprometió a equilibrar el presupuesto y afirmó que la celebración de las elecciones anticipadas tiene como objetivo aprovechar el apoyo público a Abenomics. Asimismo declaró la disposición de renunciar si su Alianza en el poder no gana la mayoría de los seguidores.

Es claro que mediante los comicios, el primer ministro de Japón espera tener más tiempo para materializar su política audaz para revitalizar la economía del país. No se puede negar que en los últimos dos años, existen señales alentadoras en la recuperación económica, entre ellas, el aumento de las exportaciones, la estabilidad del crecimiento del Producto Interno Bruto y el mejoramiento de los indicadores de la bolsa. Sin embargo, a largo plazo, economistas opinaron que el Gobierno de Shinzo Abe debe redoblar sus esfuerzos para superar los retos. Se trata de la responsabilidad de solucionar de raíz el problema de empleos, la garantía del nivel de vida ciudadana y la reducción de los efectos negativos derivados de la meta del aumento de la inflación para lograr un desarrollo más estable y sostenible en los tiempos venideros.