(VOVWORLD) - Esta semana, uno de los eventos diplomáticos internacionales más relevantes fue la visita de dos días a la ciudad china de Tianjin (el 25 y el 26 de julio) de la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman. En el contexto de que las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo se encuentran en su punto más bajo en décadas, la visita promete ayudar a resolver el estancamiento y abrir nuevas perspectivas para mejorar esos lazos en un futuro próximo.
El canciller chino, Wang Yi, se reúne con la subsecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman. (Foto: Politico) |
La visita a la ciudad septentrional china de Tianjin de la subsecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman, es la primera de un alto funcionario de Estados Unidos a China desde que Joe Biden asumió la presidencia a principios de este año (20 de enero). Más destacable aún resulta el hecho de que esto sucedió en un momento en que las relaciones entre ambas naciones se encuentran en un grave estado en casi todos los campos, desde la diplomacia hasta la ciencia y la tecnología, y especialmente en el comercio. Por eso, se espera que el viaje pueda ayudar a “mejorar” los vínculos binacionales que se dice están “en el nivel más bajo en décadas”. Sin embargo, la realidad muestra que las dos partes no han podido encontrar una voz común en muchos temas.
Una voz compartida no encontrada
La diplomática estadounidense mantuvo por separado conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, y el vicecanciller Xie Feng. Sin embargo, tal como sucedió durante los diálogos de alto nivel entre Estados Unidos y China efectuados en marzo pasado en Alaska (Estados Unidos), las reuniones en Tianjin continuaron desarrollándose en una atmósfera tensa.
Después de los encuentros, la prensa china citó una serie de declaraciones de Wang Yi y Xie Feng con duras críticas a Estados Unidos. En particular, los funcionarios chinos acusaron a Estados Unidos de realizar una “diplomacia coercitiva” y advirtieron a la Casa Blanca que deje de inmiscuirse en asuntos como Taiwán y Xinjiang. También presentaron dos listas durante las conversaciones en Tianjin. En la Lista de Malas Acciones de Estados Unidos que Deben Parar, exigieron a la parte estadounidense retirar incondicionalmente las restricciones de visado a los miembros el Partido Comunista de China y sus familiares, levantar las sanciones contra líderes, funcionarios y agencias gubernamentales chinos, y revocar las restricciones de visado para los estudiantes del país. Igualmente instaron a Estados Unidos a dejar de reprimir los Institutos Confucio y eliminar el registro de medios de comunicación chinos como “agentes extranjeros” o “misiones extranjeras”.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, dijo que Sherman expresó preocupación por la violación de los derechos humanos, especialmente en Hong Kong, Xinjiang y Tíbet. Además, se mostró preocupada por la conducta de Beijing en el ciberespacio, el Estrecho de Taiwán y en los mares de China Oriental y Meridional, así como ante la falta de voluntad del gigante asiático por cooperar con la Organización Mundial de la Salud para investigar los orígenes del covid-19.
Las diferencias entre ambos países también se vieron reflejadas en la forma de abordar las conversaciones. Específicamente, Beijing valoró el diálogo cara a cara entre Sherman y Xie Feng. Mientras tanto, Washington enfatizó la importancia de la reunión entre la diplomática norteamericana y el canciller chino Wang Yi. Según analistas, los diferentes enfoques al respecto muestran que todavía existe una gran brecha entre las dos partes para encontrar una voz común. Sin embargo, eso no significa que no exista la oportunidad de mejorar sus relaciones.
La subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, en una conversación con funcionarios chinos, el 26 de julio en Tianjin. (Foto: Reuters) |
Respetan diálogos
A pesar de sus opiniones contrarias, tanto Estados Unidos como China aún dejan espacio para demostrar que “pueden y necesitan dialogar”. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, comentó que las dos naciones discutieron acerca de cómo establecer los términos para la gestión responsable de la relación bilateral. Según él, la subsecretaria de Estado Wendy Sherman declaró que Washington aplaude la competencia entre los dos países, pero no busca un conflicto contra Beijing. En particular, Sherman dijo que los vínculos entre ambas partes son las relaciones bilaterales más importantes en el mundo, por lo que Estados Unidos está dispuesto a seguir teniendo contactos y diálogos abiertos y francos con China. La llegada de Sherman a China puede verse como un mensaje que atestigua esta intención de Estados Unidos.
En cuanto a China, según la Agencia de Noticias Xinhua, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, evaluó la visita de Sherman, y enfatizó que las dos partes deben fortalecer la comprensión mutua y resolver los malentendidos a través del diálogo continuo. Además, el hecho de que tanto Wang Yi como su subordinado Xie Feng dieron la bienvenida a la diplomática norteamericana y mantuvieron conversaciones con ella demuestra en parte la consideración que concede Beijing a los diálogos con Estados Unidos.
Las dos potencias necesitan dialogar entre sí, en pos de encontrar una voz común. Esto constituye una base significativa para que las relaciones binacionales mejoren en el futuro, aunque la escala y el ritmo de progreso dependerán de muchos factores difíciles de predecir.