(VOVworld) – Este 20 de enero, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump presta juramento a su cargo como sucesor de Barack Obama. Como el inquilino número 45 de la Casa Blanca, Trump deberá enfrentar numerosos retos políticos y económicos, incluido el desarrollo de las relaciones internacionales para garantizar los máximos beneficios al país.
Los mayores desafíos diplomáticos del nuevo presidente norteamericano tienen que ver con la conducción de los vínculos con Rusia, China y la Unión Europea, además de abordar temas difíciles como el problema nuclear norcoreano, la crisis siria y el libre comercio…
Controlar las relaciones con Rusia, China y la Unión Europea
Las relaciones entre Washington y Moscú preocuparán al multimillonario mandatario en momentos en que estas se mantienen tensas después de la anexión territorial de Crimea a la Federación Rusa en 2014, hecho por el que la Casa Blanca acusó al Kremlin de apoyar a los separatistas en el este de Ucrania. Desde su triunfo en las elecciones presidenciales, Donald Trump ha expresado en reiteradas ocasiones la voluntad de mejorar los nexos con la nación euroasiática. Su intención fue confirmada con el nombramiento del nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, presidente y director ejecutivo de la corporación de gas y petróleo de Estados Unidos, ExxonMobil, quien mantiene vínculos cercanos con Rusia.
En un contexto en el que el gobierno del presidente saliente Barack Obama declarara medidas punitivas contra Moscú debido a su presunta intervención en los últimos comicios presidenciales norteamericanos, Trump dejó abierta la posibilidad de levantar esas sanciones si el Kremlin coopera con Washington en la lucha contra el terrorismo y en otros temas importantes. Sin embargo, poco después de esa declaración, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Consejo de la Federación Rusa, Konstantin Kosachev, urgió al país a moderarse en las acciones y permanecer vigilante ante la propuesta del magnate estadounidense.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump en vísperas de su investidura celebrada este 20 de enero de 2017 (Foto: AFP/VNA)
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En cuanto a China, el presidente número 45 de la nación norteamericana tendrá que enfrentar muchos retos económicos, incluidos comerciales, así como las amenazas de ciberseguridad derivadas del gigante asiático. En el aspecto económico, Trump criticó a Beijing por haber impuesto una alta carga tributaria a empresas norteamericanas y advirtió de un arancel del 45% para los productos de importación procedentes de China. Sin embargo, esta medida no resulta fácil. Según Anatol Lieven, profesor de la Universidad de Georgetown y miembro del programa New America, el presidente de Estados Unidos no tiene más opción que renovar los lazos comerciales con la potencia asiática para proteger los derechos de los trabajadores y las empresas nacionales. En medio del crecimiento desacelerado de la economía china, dicha labor será mucho más difícil por lo que el nuevo gobierno necesita consentir algunos asuntos. En el sector político, debe recordarse que Donald Trump se convirtió en el primer presidente electo de Estados Unidos que conversó por teléfono con una presidenta de Taiwán desde 1979, año en que el país norteamericano reconoció la política de una sola China. El referido diálogo fue rechazado contundentemente por Beijing. Dudó incluso de la buena voluntad del gigante asiático en su colaboración con Washington en algunos temas, tales como la moneda, el programa nuclear de Pyongyang y las disputas territoriales en el Mar del Este.
Además, el control de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea no es una tarea fácil. Pocos días antes de su investidura, Trump fue criticado enérgicamente porque calificó de “obsoleta” a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y reiteró que luego de Reino Unido, habrá más países con intención de salir del bloque europeo. En tanto, la canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que el viejo continente decide su propio destino, por ende se comprometió a mantener los esfuerzos por impulsar el desarrollo económico y la lucha antiterrorista en la Unión Europea. Por su parte, la alta representante de esta agrupación regional para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, refutó también la evaluación del presidente estadounidense sobre la coherencia europea.
Asuntos relativos a Siria, Corea del Norte y otros acuerdos de cooperación
Cuando Donald Trump asumió su cargo en la Casa Blanca, la guerra en Siria sumaba 6 años. El nuevo mandatario prevé una reducción del apoyo a los grupos de oposición en dicha nación del Oriente Medio para concentrarse en aniquilar a los combatientes del Estado Islámico. Planea también promover una nueva política para el gobierno de Damasco liderado por el presidente Bashar al-Assad. Expertos opinan que Trump mantendrá la presencia de las tropas norteamericanas en Siria, como lo hizo Barack Obama, pero con la intervención forzosa en la recuperación de ese país. Además, el nuevo inquilino de la Casa Blanca tiene que abordar las preocupaciones derivadas de los ensayos nucleares de Corea del Norte, tema en el que no tiene muchas experiencias prácticas.
Con el eslogan: “Estados Unidos primero”, Donald Trump busca retirarse de los tratados de libre comercio a nivel regional y mundial. Desde su carrera electoral, ha refutado estos acuerdos argumentando que reducen los empleos para la población estadounidense. Mientras insiste en la retirada del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), el ministro de Comercio norteamericano, Willbur Ross, reitera que el de Libre Comercio de América del Norte forma parte de los temas prioritarios por revisar en el actual mandato del gobierno. Sin embargo, estas acciones afectarán la economía estadounidense.
Con la victoria sorpresiva en las elecciones en noviembre de 2016, muchos se preguntan si Donald Trump logrará conducir los nexos diplomáticos durante los 4 años de su mandato. Como se puede observar, esta tarea no será nada fácil para el presidente de la primera potencia económica del mundo.