(VOVWORLD) - El Gobierno surcoreano recientemente solicitó a Corea del Norte una nueva ronda de negociaciones militares a fin de aliviar las tensiones en la región después de una serie de pruebas de misiles de Pyongyang. Se trata de la primera propuesta formal a la administración de Kim Jong-un por parte del Ejecutivo de Moon Jae-in desde su asunción del cargo en mayo pasado. Sin embargo, el resultado de la petición aún no se sabe.
El viceministro de Defensa de Corea del Sur, Suh Choo-suk (Foto: Yonhap)
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De acuerdo con el vicetitular de Defensa de Corea del Sur, Suh Choo-suk, su país plantea celebrar conversaciones con Norcorea el 21 de julio en Tongilgak para detener todas las actividades que avivan las tensiones en la línea de demarcación militar, y espera que Pyongyang conteste a la oferta mediante la línea de comunicación militar intercoreana en la región oeste, después de restaurarla. Sin embargo, el ministerio no especificó los puntos de la agenda ni el nivel de los representantes principales, aparentemente para dar cierta flexibilidad.
Con antelación, Pyongyang rechazó enérgicamente las maniobras conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos y afirmó que las respondería. En marzo pasado, China sugirió a Washington y Seúl poner fin a estos simulacros de ataque contra Corea del Norte, a cambio del abandono del programa nuclear de la administración de Kim Jong-un. No obstante, la Casa Blanca lo descartó y pidió primero el cambio de actitud por parte de los norcoreanos.
¿Una propuesta oportuna?
La oferta se produce en un momento urgente después de que Corea del Norte afirmó haber realizado la primera prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM) a principios de este mes, y dijo que ahora domina la tecnología para montar una ojiva nuclear en un cohete. Según la agencia de noticias de Yonhap, Seúl podrá pedir la cancelación de los programas de radio de un país contra otro en sus fronteras, mientras Pyongyang desea que los activistas surcoreanos dejen de divulgar folletos contra su país.
Los observadores creen que son relativamente altas las posibilidades de que el Norte acepte sostener los diálogos intercoreanos, aunque se puede proponer otra fecha. Esto se debe a que el líder Kim Jong-un, expresó en el séptimo Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte su esperanza de sostener conversaciones militares con el Sur, diciendo que serviría como una oportunidad para realizar consultas exhaustivas sobre la eliminación de los posibles riesgos de un enfrentamiento armado en la zona fronteriza y el alivio de la tensión. Aún parte, el mismo día que el Gobierno surcoreano ofreció dicha petición, el diario oficial norcoreano, Rodong Sinmun, publicó un editorial destacando la necesidad de tener un buen inicio para resolver los problemas candentes, a fin de conseguir la paz y la reunificación de la península coreana, según desea el presidente surcoreano.
Obstáculos por delante
La oferta del Gobierno de Moon Jae-in recibió reacciones de los partidos políticos del país. La oposición principal, Partido de Libertad Surcoreana, se opuso a la propuesta “unilateral” citando las continuas provocaciones de Pyongyang, pero está de acuerdo con el principio de buscar la resolución pacífica del problema nuclear norcoreano.
Por su parte, el Partido Democrático gobernante acogió la iniciativa con satisfacción, considerándola como un paso oportuno para que Seúl asuma un papel protagonista en los asuntos relativos a la península coreana y rechazando las discriminaciones de ideales y facciones políticas en el tema.
El Partido Popular destacó la necesidad de que las dos Coreas traten el asunto de las familias separadas desde un punto de vista humanitario y se mostró cauto ante los diálogos militares ya que Corea del Norte continúa con sus provocaciones.
Entretanto, la Casa Blanca, el 17 de julio, manifestó su desacuerdo con la oferta de Seúl y dijo que las condiciones actuales no favorecen la reanudación de las negociaciones.
De sostenerse, sería el primer diálogo entre las autoridades militares de los dos lados en casi tres años. La comunidad internacional está esperando la respuesta de Pyongyang y que ambas partes aprovechen esta oportunidad para aliviar la tensión regional.