(VOVworld) – El escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa fue activado recientemente luego de casi una década de planes, paso que agudizó aún más las divergencias entre Rusia y Occidente. Pese a las alertas de Moscú y el histórico acuerdo nuclear logrado entre las potencias mundiales e Irán, esta medida de Washington podría amenazar la paz en el viejo continente y otras zonas.
Este sistema, diseñado para interceptar misiles, fue propuesto por Estados Unidos en los años 80 del siglo pasado con el objetivo de contrarrestar a la Unión Soviética. Después del fin de la Guerra Fría, este proyecto se suspendió y se reanudó en 2007, con el objetivo de interceptar misiles balísticos lanzados desde Irán. Sin embargo, el programa enfrentó un contundente rechazo por parte de Rusia y continuó estancado. En 2009, el presidente Barack Obama decidió reanudar este sistema, cuya meta es defender a sus aliados de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN) en Europa de las amenazas provocadas por los cohetes de largo alcance de Irán y Corea del Norte.
El centro de control del Escudo Antimisiles en la base militar Deveselu, Rumania
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Escalada de tensiones debido al Escudo Antimisiles en Europa
Las autoridades de Estados Unidos y de la OTAN reiteraron la semana pasada que estaban dispuestas a poner en marcha el escudo antimisiles en la base militar en Deveselu, una región con poca población ubicada en el Sur de Rumanía, luego de varios años de inversión en esa instalación. Además, Washington inició el establecimiento de un sistema similar en Polonia, que se prevé estará listo en 2018. La futura obra, junto a los radares y buques de guerra en operación en el mar Mediterráneo, creará un sistema de defensa de 24 horas para la OTAN.
Mientras Estados Unidos afirma que el despliegue de estos escudos se destina a contrarrestar los riegos provocados por misiles balísticos de Irán, el presidente ruso, Vladimir Putin, insistió en que estas instalaciones norteamericanas apuntan a su nación, concretamente, las armas nucleares del país euroasiático. El mandatario alertó que la instalación del mencionado sistema en Rumanía violó el Tratado sobre eliminación de misiles de corto y medio alcance, rubricado por ambas naciones en 1987.
Para responder a este incidente, Moscú ha introducido tres divisiones más en zonas occidentales y sureñas del país, aclarando que Rusia neutralizará todos los escudos antimisiles de la OTAN en el viejo continente.
Evitar la carrera armamentista, por la paz y estabilidad común
Rusia nunca ha aceptado la presencia de un sistema antimisil en Europa del Este, y actualmente, el Kremlin también rechaza enérgicamente ese programa estadounidense. El presidente Vladimir Putin ha sostenido una serie de encuentros con funcionarios de seguridad y tecnología militar para debatir medidas a fin de fomentar las fuerzas de defensa nacional. Reevaluar la ubicación de las posiciones estratégicas, aumentar el presupuesto de defensa e impulsar la investigación y fabricación de armas modernas figuran entre las tareas que Moscú pretende acometer.
Las preocupaciones rusas son explicables, ya que el objetivo del mencionado escudo es neutralizar los misiles iraníes pero hasta la fecha, las relaciones entre los países occidentales y Teherán han mejorado considerablemente. Mientras, el sistema de la OTAN no sólo tiene capacidad de defensa, sino también, de ataque, y está ubicado muy cerca del territorio ruso.
Por lo tanto, junto a las tareas explicadas anteriormente, Moscú tiene que poner énfasis en la investigación y producción de misiles estratégicos, así como en la elevación de la capacidad de combate de sus fuerzas armadas. Pese al anuncio de que el Kremlin no entrará en una carrera armamentista con Estados Unidos y Occidente, los expertos internacionales consideran que tal proclama es difícil de materializar.
En la actualidad, para contrarrestar ese megaproyecto de Estados Unidos y la OTAN, Moscú planifica producir una serie de un misil crucero hipersónico denominado 3M22 Zircon, para equipar a los barcos patrulleros nucleares en 2018. Rusia no sólo invierte en la fabricación de cohetes nucleares, tanques modernos y aviones de combate de quinta generación, sino que cuenta con un ejército potente con unos 800 mil soldados permanentes.
Por su parte, Estados Unidos también está promoviendo investigaciones del misil hipersónico, pero ningún cohete de este país puede entrar en producción en un futuro cercano. Con la misma preocupación, Polonia se ha esforzado por modernizar su capacidad militar. Esta nación ha planificado gastar 62 mil millones de dólares para dedicarlos a ese proceso.
En un contexto en el que las relaciones Estados Unidos-Rusia se han agravado debido a la crisis ucraniana, ese acto de Washington y la respuesta contundente de Moscú podrían generar una nueva carrera armamentista en nivel global.
La opinión internacional espera que los problemas relacionados con el escudo antimisiles se resuelvan mediante el diálogo entre dichas potencias, por la paz y estabilidad de todos los países y pueblos del mundo.