(VOVworld) - La Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas presidirán este 5 de abril en Bruselas, Bélgica, una conferencia sobre el futuro de Siria. Esta reunión de 2 días se centrará en medidas para proporcionar ayuda humanitaria y realizar la transición política y la reconstrucción de ese país árabe. Después de más de 6 años de guerra civil, Siria se encuentra con muchas oportunidades de construir un gobierno de transición con suficientes representantes de las facciones políticas. Sin embargo, la reconstrucción nacional enfrentará una gran cantidad de dificultades y desafíos.
La prolongada guerra civil en Siria cobró la vida de unas de 400 mil personas y obligó a millones a abandonar el país, lo que causó la peor crisis migratoria en Europa. A lo largo de más de un año tuvieron lugar muchas conversaciones de paz
patrocinadas por la ONU entre el gobierno del presidente Bashar al
Assad y los grupos de la oposición siria, incluida la más reciente ronda
de diálogos en Astaná, Kazajstán, el pasado 15 de marzo, pero todas
terminaron sin resultados significativos. La causa del referido fracaso
se debe a que las partes no han podido encontrar un terreno común para
la transición política, mientras existen diferencias entre las grandes
potencias sobre cómo abordar el tema.
El presidente sirio, Bashar al-Assad (Foto:Reuters)
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Nuevo enfoque de la comunidad internacional sobre Siria
Pese a los aludidos desafíos, la crisis siria registra algunas señales positivas al notarse un cambio significativo sobre el enfoque de la comunidad internacional al respecto. Una prueba de ello es que la UE anunció el 14 de marzo un ambicioso plan para apoyar la reconstrucción en ese país. En consecuencia, el bloque comunitario estimó que Siria necesita una “paz” patrocinada por la comunidad internacional y que esa agrupación desempeñará un papel pionero en la etapa posterior al conflicto armado, prometiendo que Bruselas está dispuesta a ejecutar este plan de ayuda después del inicio de un proceso de transición política negociado por las partes involucradas en el conflicto.
La alianza económica también confirmó que ha movilizado 9 mil 400 millones de euros, monto del cual se utilizó cerca de mil millones para las operaciones de ayuda humanitaria en ese país de Oriente Medio. Además de ello, Bruselas apoyará la elaboración de una nueva constitución y la organización de los comicios, así como la supervisión del proceso electoral.
En tanto, la posición de Estados Unidos sobre la crisis siria también registró un cambio drástico. En una última medida, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, reconoció el pasado 31 de marzo que Washington ya no considera la salida del presidente al Assad como la máxima prioridad en las negociaciones de paz. La nueva administración norteamericana ahora quiere implementar múltiples “medidas” para crear transformaciones positivas para los sirios.
Enfatizó que el futuro de Siria debe decidirlo su pueblo. Esto es considerado como un enfoque relativamente nuevo en la política exterior para el Oriente Medio bajo el gobierno del presidente Donald Trump en comparación con su predecesor, Barack Obama. Según los analistas, la primera posición pública de Estados Unidos sobre el tema sirio podría dar lugar a importantes cambios en el escenario político de Siria.
Hacia la reconstrucción nacional
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley (Foto:Reuters)
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Un largo camino
Se puede decir que el cambio de puntos de vista por parte de Estados Unidos y Europa ha traído una señal positiva para la crisis en Siria. La comunidad internacional puede esperar un plan de paz con la mediación de la ONU en el que el presidente al-Assad seguirá participando en el proceso de transferencia del poder hasta que se establezca un régimen provisional.
Sin embargo, no será fácil lograr una paz estable y duradera cuando todavía existen factores potencialmente impredecibles causados por las facciones en Siria. Con políticas prioritarias en materia de terrorismo, la administración del presidente Trump puede analizar la posibilidad de colaborar con el ejército ruso. Sin embargo, Estados Unidos considera a Siria un área importante para sus intereses de seguridad en Oriente Medio, por lo que no va a aceptar abandonarlo o permanecer fuera del juego con Rusia, sobre todo cuando las partes en pugna comenzaron a promover una hoja de ruta para la transición política.
En cuanto al caso de la UE, cuyo papel en la guerra civil en Siria se desvaneció, ¿por qué ahora quiere convertirse en una fuerza pionera en la reconstrucción nacional? Con su declaración, la agrupación regional casi ignora el significativo papel de Rusia en la lucha contra el terrorismo en ese país. ¿ Podría esto ser fácilmente aceptado por Moscú y otras partes, como Irán, Turquía y Arabia Saudita?
Además, la futura política de Siria seguirá afectada directamente por otros factores, tales como la dura postura de la oposición sobre el papel de al-Assad, la escalada de los conflictos entre las fuerzas chiítas y sunitas, y la política de Turquía hacia los grupos kurdos, fuerzas respaldadas por Estados Unidos.
En conclusión, los referidos comentarios serán cuellos de botella que obstaculizan el proceso de reconstrucción de Siria. El futuro del país lo debe decidir su pueblo. No obstante, para ello se requiere una cooperación desinteresada de todas las partes de la región y de fuera de ella. Por lo tanto, el cumplimiento de la reconstrucción nacional en una guerra interna en su sexto año seguramente enfrentará muchos obstáculos.