(VOVworld) – El magnate inmobiliario Donald Trump derrotó a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2016, para convertirse en el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Según comentaron analistas, el país norteamericano entrará en una nueva etapa con una serie de políticas que priorizan revitalizar la economía nacional.
Donald Trump llama a sanar las divisiones en su discurso de victoria
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En su primer discurso tras el triunfo, el multimillonario Donald Trump anunció que había llegado la hora de que los estadounidenses se unieran para recuperar su posición como superpotencia mundial.
Novedosas políticas internas y externas a cumplir
Durante sus campañas electorales a lo largo del país, Trump siempre recordó que su deseo era entrar en la Casa Blanca para tomar decisiones importantes que pudiesen generar cambios reales para Estados Unidos. Se comprometió a lanzar políticas impresionantes, enfocadas en la restricción de la inmigración y la creación de unos 25 millones de empleos dentro de 10 años. También, aseguró que acortará del 35% al 15% de los impuestos sobre sociedades, invertirá aún más en la infraestructura y reducirá el déficit comercial. Asimismo, proclamó que cualquier tratado de libre comercio que firme Estados Unidos en el futuro deberá proteger los beneficios de sus industrias.
En cuanto a los asuntos exteriores, manifestó que las políticas diplomáticas norteamericanas solo servirán para los intereses del país. Confirmó que reajustará los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales, e igualmente, se comprometió a no intervenir en las cuestiones internas de otras naciones y mejorar las relaciones con Rusia.
Donald Trump, de 70 años de edad, se hizo famoso por su diligencia en los negocios, y tiene mucho éxito en la inmobiliaria, eventos deportivos y servicios de entretenimiento. Además es una estrella del sector de comunicación de Estados Unidos al ser conductor y productor del programa de telerrealidad denominado “The Apprentice” del canal NBC.
En julio de 2015, el magnate presentó oficialmente su nominación a candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 2016. Durante la reñida contienda electoral, numerosas encuestas relevaron desventaja de Trump frente a la exsecretaria de Estado, derivada de su falta de experiencias políticas. Sin embargo, con la victoria de este miércoles demostró que tiene sus propias fortalezas.
Nadie puede negar que el próximo presidente de Estados Unidos tenga puntos de vista muy claros acerca de los temas externos. No oculta su proyecto de respetar y al mismo tiempo tratar de imponerse al mandatario ruso, Vladimir Putin, así como controlar con eficacia la inmigración, con el eslogan “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser fuerte”.
El sorprendente triunfo de Donald Trump explica en parte la psicología de los estadounidenses marcada por la preocupación y confusión ante las líneas políticas tradicionales, mientras los actos terroristas y violentos relacionados con el control de armas de fuego en el país aumentan, y el prestigio nacional disminuye por su participación ineficiente en los conflictos en varios estados de Oriente Medio.
En esta coyuntura, se espera que una administración nueva con compromisos de cambio se traduzca en efectos reales. Al parecer, los estadounidenses confían en que Trump no conducirá al país a más guerras absurdas en el extranjero y que antepondrá a cualquier otra cosa, el bienestar de su pueblo.
Desafíos por delante
No obstante, en los próximos cuatro años de su mandato presidencial, enfrentará retos nada pequeños. El nuevo inquilino de la Casa Blanca deberá continuar desplegando la política exterior del país, resolver los expedientes candentes como la lucha antiterrorista, el tema de Siria, y manejar las relaciones de Estados Unidos con Rusia, así como sus aliados en Europa y Asia, entre otras tareas. La deuda pública también será otro lastre para el mandato de Trump, pues ésta ya alcanzó 19 billones de dólares, es decir el 108% del Producto Interno Bruto. Por otro lado, la desigualdad social, la discriminación racial, el control de armas, la solución de la inmigración, constituyen otros temas peliagudos para el presidente número 45 de la superpotencia planetaria.