Estados Unidos y China frente a una posible guerra comercial

(VOVWORLD) - Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China atraen el interés de la opinión pública mundial por las medidas de represalia que adoptaron ambas partes debido a sus diferendos arancelarios. Ese escenario perjudica sus relaciones en tal sector y también al mercado global. ¿Acaso estas potencias internacionales pretenden desatar una guerra comercial?

Antes del próximo 6 de abril, último plazo para que la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos publique el listado de más de 1000 productos chinos a los que planea imponer tarifas arancelarias adicionales por un valor de 60 mil millones de dólares según la decisión del presidente Donald Trump, el gigante asiático declaró aumentar la tasa de las mercancías importadas norteamericanas entre el 15% y el 25%. Además, Beijing decidió incrementar los aranceles a 50 mil millones de dólares a otros artículos estadounidenses como cereales de soja, automóviles, tabaco, maíz y algodón.

Esto es consecuencia de la aplicación de medidas arancelarias al acero y al aluminio a China, anunciadas por Trump, para según él equilibrar el déficit comercial que tiene Washington con ese país estimado en 375 mil millones de dólares.

Estados Unidos y China frente a una posible guerra comercial - ảnh 1 (Foto de ilustración: Reuters)

Respuestas simétricas

China es el primer país que tomó represalias contra la imposición de aranceles que la Casa Blanca aplicó desde marzo pasado para las importaciones de varios países. Mientras que el nivel de las tarifas de entre el 15% y el 25% que Beijing activó por primera vez representó el 2% del volumen de envíos estadounidenses a ese país, su segunda medida coincidió en más del 33% al respecto. Se trata de un contragolpe simétrico que China respondió a la referida medida de Estados Unidos.

Cabe destacar que algunos productos estadounidenses que sufren la subida de impuestos chinos son necesarios en la vida de más de mil millones de habitantes del gigante asiático. Entre estos, la soja es uno de los artículos exportables principales de Washington con un valor de 14 mil millones de dólares registrado el año pasado. La  respuesta antes mencionada de China podría perjudicar a los agricultores estadounidenses, incluidos los votantes de Trump en las elecciones presidenciales de 2016.

La respuesta china se corresponde con la declaración de sus autoridades de tomar medidas simétricas contra Estados Unidos.

Un futuro hacia diálogos en lugar de disputas

Desde que existen tensiones comerciales entre los dos países, se vaticinó que podrían desatar una guerra comercial mediante el aumento simétrico de sanciones arancelarias.

Sin embargo, el castigo contra Beijing causaría posibles pérdidas a los compradores estadounidenses, puesto que cerca de la mitad de las exportaciones chinas a ese mercado en 2017 fueron productos de consumo. Mientras, el resto de estos envíos fueron ordenadores, maquinarias y equipos industriales. Así que el aumento de aranceles afectaría a empresas y obreros norteamericanos.

Entretanto, trabajadores chinos sufren influencias negativas debido a las medidas punitivas de su país contra las industrias clave de Estados Unidos, ya que numerosos productos tecnológicos estadounidenses se ensamblan en ese territorio y aparte de esto, las tensiones bilaterales podrían desencadenar una crisis económica mundial.

Frente a las posibles consecuencias, Beijing instó a Washington a sentarse en una mesa para estabilizar sus relaciones comerciales.

Aún queda tiempo para resolver las diferencias bilaterales porque Washington continúa recopilando ideas de las empresas para tomar la última decisión sobre los productos chinos a los que planea imponer nuevos aranceles. La comunidad internacional espera una solución mediante diálogos en lugar de una posible guerra comercial.

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