Historia de Camboya acredita contribuciones de soldados voluntarios vietnamitas

(VOVWORLD) - Han pasado más de 40 años desde la solidaria lucha de los soldados voluntarios vietnamitas para ayudar a los camboyanos a derrocar el régimen genocida de Pol Pot, pero la imagen del “Ejército de Buda” sigue grabada en el corazón del vecino pueblo.
Historia de Camboya acredita contribuciones de soldados voluntarios vietnamitas - ảnh 1 Rinden tributo a los soldados voluntarios vietnamitas caídos en Camboya en el Monumento de Amistad Binacional

Nos reunimoscona Norng Chan Phal en la tarde del último día de 2018 en el Museo de los Crímenes Genocidas Toul Sleng, la antigua y célebre prisión de alta seguridad S-21, donde los Jemeres Rojo torturaron y ejecutaron a más de 20 mil inocentes camboyanos entre 1975 y 1979. Norng Chan Phal y su hermano fueron dos de los únicos cuatro niños rescatados de esa cárcel por la tropa voluntaria vietnamita cuando liberó Phnom Penh en enero de 1979. Recordando los horrorosos días de encarcelamiento hace 40 años, Norng Chan Phal dijo: “Dentro de una habitación llena de personas, no podía ver a los Jemeres Rojos matando a otros presos, pero los vi arrastrados afuera y escuché sus gritos antes de un silencio aterrador.”

Para Norng Chan Phal, el momento más oscuro de su vida fue cuando los Jemeres Rojos lo arretabaron a él y su hermano de la mano de la madre para ponerlos en otra celda. También fue la última vez que los pequeños vieron a su madre. Nadie sabe qué le sucedió después. Por suerte, Norng Chan Phal y su hermano solo pasaron unos días en la prisión S-21 cuando los soldados voluntarios vietnamitas y las fuerzas revolucionarias camboyanas tomaron el control de Phnom Penh, derrocando así el régimen genocida de Pol Pot. Norng Chan Phal recuerda: “Los militares vietnamitas nos quitaron la ropa de prisión. Cuando vieron que teníamos muchas picaduras de mosquitos e insectos en nuestro cuerpo y que no habíamos comido en varios días, nos aplicaron medicinas, compartieron la mitad del arroz que tenían en la bolsa y nos alimentaron. Luego, esperaron a  que termináramos de comer para irse.”

Señalando la foto de cuatro niños desnudos rescatados de la prisión S-21, Norng Chan Phal afirmó: “Fueron los soldados voluntarios vietnamitas quienes nos hicieron nacer por segunda vez. Si ellos no nos hubiera liberado  a tiempo, terminaríamos muertos como otros miles de niños desafortunados en el lugar.” Y cuenta que siempre recuerda la imagen y la bondad de los militares vietnamitas: “Cuando estábamos en un orfanato, los soldados vietnamitas nos cuidaron como a sus propios hijos. Nos enseñaron a respetar a los mayores, y cuando tenían tiempo libre, nos visitaban y sacaban a salir y nos regalaban cocos. Después de su retirada en los 80, no tengo ninguna información sobre ellos. Espero volverlos a ver algún día.”

De 1975 a 1978, los Jemeres Rojos mataron a unos dos millones personas, el 25% de la población camboyana entonces. Su régimen se considera el más brutal de la historia de la humanidad en el siglo XX. Entonces, las fuerzas voluntarias vietnamitas surgieron como sus salvadores. Hoy en día, en toda Camboya todavía se guardan memorias e imágenes sobre la ayuda de los soldados voluntarios vietnamitas.

“Gracias a los combatientes vietnamitas, quienes nos salvaron del régimen genocida de Pol Pot. Siempre les recordaré. Sin ellos no sé cómo sería mi vida.”

“Los soldados vietnamitas son buenas personas. Les agradezco liberarnos de los Jemeres Rojos. Espero que las relaciones Camboya-Vietnam prosperen aún más.”

“Nunca olvidamos el 7 de enero de 1979. Sin los militares revolucionarios vietnamitas, el Frente de Liberación Nacional de Camboya y el Ejército del Pueblo camboyano, nunca habríamos podido erradicar el genocidio de los Jemeres Rojos. Desde entonces, la solidaridad y la amistad entre los dos países han progresado rápidamente.”

En la feroz batalla para ayudar al pueblo camboyano a liberarse del régimen de Pol Pot, cientos de miles de combatientes vietnamitas cayeron. Su tremendo sacrificio está inscrito para siempre en la historia del Reino de Camboya, revivido y en vías de desarrollo.

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