(VOVworld) - En los últimos tiempos, China ha dado diferentes pasos con la intención de materializar su reclamación de soberanía en el Mar Oriental concretamente en el área conocida como la lengua de vaca, la cual abarca casi toda la superficie marítima de la región, incluidos los archipiélagos de Hoang Sa y Truong Sa de Vietnam, sin basarse en ningún fundamento jurídico. Además de Vietnam y otros países costeros del Sudeste Asiático, la comunidad internacional amante de la paz y la justicia han aportado opiniones sobre este tema, en rechazo a las imposiciones unilaterales de la segunda potencia económica mundial.
La demarcación fronteriza en el Mar Oriental en forma de la lengua
de vaca”, diseñada por el Gobierno de China
El pasado 28 de octubre, un grupo de eruditos chinos y taiwaneses celebraron un seminario con el propósito de impulsar las investigaciones sobre la llamada “línea de la lengua de vaca”, diseñada por Beijing. Propusieron que la administración china acuda a documentos históricos adecuados para presentar un argumento común, y que las empresas petroleras de China continental y de su territorio en Taiwán amplíen la cooperación para emprender la exploración de hidrocarburos en las aguas alrededor del archipiélago de Truong Sa bajo la soberanía de Vietnam. China comete una evidente acción ilegal que viola las leyes internacionales y la Declaración Conjunta sobre la Conducta de las Partes concernientes en el Mar del Este (DOC), firmada con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Obviamente, si cuenta con las pruebas legales, no deberá recurrir a los llamados “documentos históricos adecuados”. Incluso, con anterioridad, en una entrevista concedida a la prensa nacional, el jefe del Instituto de Investigación de Nanhai, China, Wu Shi Tsun reconoció que lo que se presenta como “lo racional” en la reclamación territorial de Beijing en el Mar Oriental sólo se basa en las leyes del propio país y argumentos sin ninguna relación con la ley internacional. En breve, parece que el coloquio pasa por alto con premeditación la veracidad de la historia y la legitimidad de las convenciones internacionales sobre la soberanía indiscutible de Vietnam sobre esos territorios insulares conocidos mundialmente como Paracel y Spratly.
Se puede afirmar que la opinión público mundial coincide con el criterio de Vietnam y de otros países costeros de ASEAN de apoyarse en la ley internacional para resolver todos los contenciosos. Por lo tanto, las citadas propuestas de intelectuales chinos y taiwaneses se oponen a los argumentos coincidentes de investigadores del mundo y la opinión pública en general. Varios seminarios científicos internacionales efectuados recientemente rechazan tajantemente la concepción de “la lengua de vaca” de China, calificándola de carente de fundamentos científicos, jurídicos y prácticos. El profesor de Derecho, Eric Franckx, de la Universidad de Vrije, del Reino de Bélgica destacó que el mapa que Beijing dibuja ilustrando su intencionada soberanía marítima con la lengua de vaca en ningún caso puede aceptarse como prueba legal. Según opinó este experto, la Organización internacional de Hidrometeorología, perteneciente a la ONU, no encuentra símbolo científico e hidrometeorológico alguno en ese mapa. Esa cartografía resulta completamente ambigua, carente de la precisión técnica requerida y de bases jurídicas, concluyó el profesor belga. A su vez, su colega británico, David Scott también estimó que al presentar el mencionado mapa a la ONU, Beijing pretende legitimar en términos los territorios reclamados. Sin embargo, se opuso a exponer las pruebas técnicas de su mapa y cumplir la Convención de la ONU de Derecho del Mar (UNCLOS), tampoco quiere dirimir sus disputas territoriales en ninguna institución e instancia arbitral internacional. Al explicar esta contradicción, la profesora de Derecho Monique Chemillier- Gendreau, de la Univeridad de Paris- Diderot, Francia, afirmó que China evita recurrir a cualquier tribunal internacional en la materia puesto que fracasará en suministrar alguna pista o prueba científica, puesto que nada tiene en las manos.
La conferencia "Mar Oriental - nueva zona de conflicto"
celebrada el pasado 16 de octubre en París, Francia
Según la práctica aplicada hasta ahora, en los litigios territoriales, los demandantes deben basarse en las leyes según los procedimientos. En realidad, China sólo alude a los archipiélagos en el Mar Oriental en sus documentos oficiales desde el año 1930. Mientras tanto, los reyes y señores feudales anamitas establecieron desde el siglo XVII cartas geográficas sobre Hoang Sa y Truong Sa. Esto implica que en el ámbito jurídico y de acuerdo con los testimonios reivindicados, los materiales presentados por Vietnam cuentan con una vida más larga. Por otra parte, según el principio de ocupación real y la ejecución del poder estatal de modo verdadero, consecutivo y pacífico aplicado desde hace tiempo en el mundo, Vietnam ha ejercido su derecho soberano sobre los dos archipiélagos en su historia sin el rechazo de ningún otro Estado. En realidad, Vietnam determinó su soberanía en estos territorios acatando principios jurídicos internacionales. Por su parte, el rector de la Escuela de Política Pública Li Guangyao de Singapur, profesor Kishore Mahbubani, mostró su preocupación de que la absurda reclamación por China de la lengua de vaca deteriore 20 años de consolidar la buena voluntad hacia la ASEAN. Este intelectual también calificó el envío por parte de China de una Nota a la ONU con la reclamación de la lengua de vaca de acto de poca inteligencia, opinando que Beijing enfrentará dificultades en su alegato contra las leyes internacionales.
Es obvio que una reclamación territorial sin fundamentos jurídicos, ni bases científicas y prácticas jamás podrá convencer a la opinión pública. Seguridad y paz en el Mar Oriental es aspiración que Vietnam comparte con todas las demás naciones en la región y los países cuyos intereses se relacionan con esta zona marítima. Así pues resulta por completo inaceptable pedir soberanía en el Mar del Este de modo impositivo y unilateral como sigue haciendo la administración de China y Taiwán, y sus intelectuales afines.