(VOVworld) – En 2015, el mundo registró un número récord de migrantes debido a la inestabilidad política, la guerra y la pobreza. Muchas reuniones urgentes se realizaron con diversas soluciones a los problemas críticos pero ninguna de ellas logró resultados deseados. Dirigentes de los países miembros de la Unión Europea no pudieron alcanzar el consenso para aprobar una estrategia común con miras a resolver la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Según estadísticas, el número de refugiados en Europa en 2015 superó el millón, lo que constituye un gran reto socioeconómico y especialmente mucha inquietud en materia de seguridad en un contexto en que los terroristas pueden unificarse entre los migrantes. El informe de la ONU reveló que por cada 122 personas en el mundo, una se ve obligada a abandonar su casa, creando una gran oleada de migrantes hacia Europa para buscar una mejor vida, lo que protagoniza la mayor crisis migratoria en el viejo continente desde la Segunda Guerra Mundial.
Problemas no resueltos
Las alambradas de púas edificadas no pueden impedir la entrada de los migrantes
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En 2015, Europa fue sacudida por la oleada de refugiados provenientes del Oriente Medio y África del Norte. En medio del declive económico con la alta tasa de desempleo, la crisis migratoria se convirtió en una desgracia que cuando llega, nunca viene sola, provocando cargas tanto socioeconómica como de seguridad en el viejo continente.
La corriente de refugiados que penetraron los países considerados como puertas de entrada a Europa ha complicado la situación de la región. Numerosas naciones cerraron sus fronteras e instalaron alambradas de púas para impedir la entrada de los migrantes. Numerosas reuniones de emergencia fueron convocadas pero ninguna de ellas llegó a un consenso al respecto.
El año pasado, se registró también el estancamiento en el cumplimiento del reparto de la cuota de 120 mil refugiados debido a la falta de unanimidad entre los países involucrados. Mientras los estados de Europa Occidental, como Alemania, Francia y Suecia estuvieron dispuestos a refugiar a los migrantes, los de Europa Oriental lo rechazaron categóricamente. Hungría criticó el sistema de distribución de la cuota de refugiados, calificándolo como una estimulación al incremento de los migrantes hacia el viejo continente. Las cercas de púas se tornaron en vallas edificadas que dividen cada país en la región y amenazan la existencia del Acuerdo de Schengen que firmaron 26 naciones integrantes. La cuestión problemática se agravó cuando Alemania, país abanderado en refugiar a los migrantes adoptó medidas resueltas para defender la frontera nacional, después de los ataques terroristas cometidos en la vecina Francia el 13 de septiembre de 2015, pese a su mensaje de bienvenida a los refugiados que había ganado el respeto mundial.
Obstáculos y diferencias nada fáciles de superar
Los terroristas, entre ellos, los yihadistas del Estado Islámico pueden unificarse entre los migrantes
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La Unión Europea reputada por su unidad en numerosos valores ha enfrentado la división interna en torno a la crisis migratoria. Según analistas, la causa principal reside en el problema cultural y religioso, considerado como el mayor obstáculo en la actualidad. Ejemplo de ello es Eslovaquia que declaró refugiar sólo a los cristianos mientras que Hungría repudió enérgicamente a los asilados musulmanes. El rechazo de los países de Europa Oriental se puede explicar en el concepto cultural. Se trata de una región integrada por países pequeños que no tienen un pasado colonial por lo que cuentan con homogeneidad étnica. Así es que la aceptación a los migrantes cuya cultura no es europea constituye un desafío difícil de superar. Sin embargo, para otras naciones del viejo continente, tales como Alemania y Francia, este asunto es menor porque han refugiado a migrantes desde los años 80 del siglo 20 y de esta manera tienen mayor capacidad para asimilar la diversidad cultural y religiosa. Otro problema crítico radica en los prejuicios contra el Islam extendidos a través de diferentes países europeos, especialmente después de los atentados en París en noviembre de 2015. El temor social contribuyó al aumento de requerimientos estrictos para considerar la solicitud de asilo.
Retos en preservación de valores comunes
En 2016, aunque cada país europeo ha anunciado su política y plan de recepción de los migrantes, con los problemas pendientes, resulta difícil que se alcance el consenso para superar la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial. En el contexto en que Europa es considerada como una tierra prometedora en el próximo medio siglo, es claro que llegarán allí cada vez más migrantes. La Organización Internacional para las Migraciones reconoció la dificultad en la pronosticación de la cifra de los refugiados en el viejo continente en 2016 cuando las partes involucradas no han encontrado la solución a la guerra siria. El bloque de los 28 no ha superado la etapa difícil. ¿Cómo defender los valores comunes preservados durante años y lograr la unidad en la diversidad? La respuesta no es nada fácil. La comunidad internacional espera la unanimidad de los países miembros para solucionar este problema espinoso en 2016.