La paz en la península coreana, un gran enigma

(VOVworld) - Tras la disminución de las tensiones después del traslado de cohetes de medio alcance desde las bases de lanzamiento en la coste este, las últimas acciones de la República Popular Democrática de Corea vuelven a preocupar a la opinión pública. Pyongyang transportó nuevos misiles Scud y Rodong sobre un lanzamiento móvil a la costa oriental. China su gran aliado, ha adoptado sin embargo una postura crítica, y su banco estatal Bank of China, ha decidido suspender las operaciones financieras con el Banco de Comercio Exterior de Corea del Norte. Este contexto acentúa aún más el temor a sucesos imprevisibles.


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China castiga a Corea del Norte con la suspensión de su cooperación financiera  

El 7 de mayo, los grandes medios de comunicación internacionales informaron de la decisión adoptada por el Banco de China de cerrar la cuenta norcoreana y suspender todas las transacciones financieras con el Banco de Comercio Exterior de Corea. Inmediatamente, Washington expresó su apoyo a esta “primera y significativa” acción. En declaraciones de este miércoles, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Patrick Ventrell, señaló que su país celebra los pasos de la comunidad internacional, incluida China, para desplegar debidamente las medidas de sanción contra Corea del Norte. El diario estadounidense “Los Angles Times” afirma que se trata de una clara señal de decepción de Beijing ante las actitudes de Pyongyang. Según los expertos sobre Corea del Norte de la Escuela del Partido Comunista de China, esta es una medida necesaria sobre la que Beijing ha reflexionado teniendo en cuenta no solo la política, sino también intereses económicos.

La suspensión de la cooperación financiera con Corea del Norte muestra el desacuerdo de Beijing con su aliado histórico, aislado cada vez más de la comunidad internacional. Esta decisión puede conducir a que otros bancos de la región reconsideren sus relaciones con los entes financieros de Corea del Norte, por lo que la administración de Kim Jong-un se enfrentaría a mayores dificultades. En la actualidad, según el Programa mundial de Alimentación, Corea del Norte sufre una grave penuria, y un tercio de sus niños padecen desnutrición o tienen pésimas condiciones físicas. La producción agrícola solo llega al 30% del rendimiento registrado en 1992. Mientras, la persistencia de Pyongyang en poseer armas nucleares, continúa recibiendo críticas categóricas de Occidente. En la reunión del 7 de mayo en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homóloga surcoreana, Park Geun Hye, se comprometieron a no ceder ni un paso ante Corea del Norte. También afirmaron que el fin de la crisis está a cargo de Pyongyang. Por un lado, Corea del Sur tiende una mano a su vecino del norte, proponiendo construir un parque internacional en la zona limítrofe, y deja abierta la puerta a las negociaciones si Kim Jong-un decide optar por la paz. Por otro lado, la mandataria de Corea del Sur, Park Geun Hye, reafirmó su posición de que Pyongyang deberá “pagar el precio” si ataca la región del sur. Esta declaración responde a la nueva amenaza de Corea del Norte. Pocas horas antes, el Ejército norcoreano juró convertir las islas limítrofes en “un mar de fuego” en el caso de que un proyectil caiga en su territorio mientras se desarrollan las maniobras conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos. Con antelación, Pyongyang ya se refirió a los ensayos militares de las fuerzas estadounidenses y surcoreanas, que se llevan a cabo hasta el 10 de mayo, con el despliegue desde las bases norteamericanas del submarino nuclear Los Angeles, el buque de guerra Aegis y los aviones de conocimiento P-3C, calificándolos de una acción hostil y una provocación militar.

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Estados Unidos y Corea del Sur realizan ejercicios militares en medio
de las crecientes tensiones en la península coreana 


Todo parece indicar que con esta coyuntura tirante, una pequeña colisión podría traducirse en un gran conflicto. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció ayer que los desacuerdos en las relaciones intercoreanas solo pueden resolverse por medio de la confianza mutua y el diálogo. El responsable de la organización internacional prestó su disposición a formar parte de los esfuerzos y aliviar la tensión, garantizar la paz y la estabilidad en la península.

No obstante, es difícil que estalle la guerra, según estiman expertos, pues la administración norcoreana ya planea reanudar las negociaciones. Una de las condiciones planteadas por Pyongyang, nada nueva por otro lado, es que la ONU levante las sanciones y Estados Unidos retire todas las armas de ataque estratégico desplegadas cerca de la península de Corea. Esto parece poco factible, ya que Estados Unidos exhorta a Corea del Norte a que abandone su ambicioso programa nuclear como una condición previa para el reinicio de las conversaciones pacíficas. Estos criterios enfrentados hacen que el camino hacia la paz siga siendo una incógnita.  

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