(VOVWORLD) - El ataque terrorista del 22 de marzo en la sala de conciertos de Crocus en Moscú (Rusia) hizo sonar la alarma de que el terrorismo sigue siendo una de las mayores amenazas a la seguridad de muchos países del mundo.
La tarde del 22 de marzo, un grupo de hombres armados, vestidos de camuflaje, abrieron fuego con armas automáticas contra el recinto de concierto de Crocus, en las afueras de Moscú, donde miles de personas se reunían para asistir a una actuación musical. Este asalto cobró la vida de al menos 137 personas y otras cientas resultaron heridas. Se trata del incidente terrorista más grave y que ha causado más víctimas fatales en el país euroasiático en los últimos 20 años.
Solidaridad con el pueblo ruso
Apenas unas horas después del ataque terrorista, el grupo autoproclamado Estado Islámico (EI) y directamente la rama regional del grupo en Afganistán, denominado Estado Islámico-Khorasan o EI-K, reivindicó el atentado mortal perpetrado el viernes. Dentro de las 12 horas posteriores al incidente, las fuerzas de seguridad rusos llevaron a cabo una operación de búsqueda a gran escala y arrestaron a 11 sospechosos, incluidos 4 que abrieron fuego directamente contra la multitud. El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió investigar exhaustivamente y castigar a todos los involucrados en el ataque. Según los expertos en seguridad internacional, el hecho de que grupos terroristas, especialmente el EI, tengan como objetivo a Rusia es algo que ya se ha advertido de antemano. La razón es que el gobierno ruso ha apoyado activamente a Siria en el ataque y destrucción de las fuerzas del EI en el norte de ese país en campañas militares desde 2015, y al mismo tiempo el EI-K busca expandir significativamente su influencia, ya que las filiales de este grupo en Afganistán se han encogido. Antes del ataque en Rusia, EI-K también fue autor de un ataque terrorista que mató a casi 100 personas en Irán a principios de este año. Especialmente, más de dos semanas antes del ataque del 22 de marzo en las afueras de Moscú, funcionarios de inteligencia estadounidenses también emitieron advertencias sobre graves riesgos de seguridad en Rusia.
Sin embargo, a pesar de las advertencias, el sangriento ataque terrorista en Moscú todavía conmocionó a la comunidad internacional por sus devastadoras consecuencias humanas. Muchos países de todo el mundo han expresado su solidaridad por la enorme pérdida del pueblo ruso y han afirmado que la lucha contra el terrorismo es una tarea común de toda la humanidad. El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, declaró: “El terrorismo es inaceptable, no importa de dónde venga, quién sea su perpetrador. Como país que comprende muy bien los sangrientos actos de terrorismo, compartimos el dolor del pueblo ruso. Continuaremos la lucha contra el terrorismo, el enemigo común de la humanidad." Compartiendo esa opinión, el presidente ruso Vladimir Putin también pidió a los países dejar a un lado los desacuerdos geopolíticos para cooperar sinceramente juntos a fin de eliminar todas las formas de terrorismo internacional: “Sabemos cuál es la amenaza del terrorismo. Esperamos cooperar con todos los países que comparten sinceramente nuestro dolor y están dispuestos a unirse a la lucha contra el enemigo común que es el terrorismo internacional. Los terroristas y asesinos se enfrentarán a un destino nada envidiable: la venganza y el olvido. No tienen futuro”.
El riesgo de propagar el terrorismo
El brutal ataque terrorista en las afueras de Moscú muestra que el terrorismo sigue siendo una de las mayores amenazas a la seguridad de diversos países del mundo, a pesar de que la organización EI ha sufrido graves daños desde las incursiones desplegadas en muchos países desde 2015. Para Colin P. Clarke, analista antiterrorista del Grupo Soufan, una empresa consultora de seguridad con sede en Estados Unidos, a pesar de haber sido expulsado de Siria, Iraq, y también restringido por las fuerzas talibanes en Afganistán, el grupo EI-K todavía tiene la capacidad de atacar muchos objetivos en todo el mundo. Sin embargo, debido a que los países occidentales han reforzado recientemente las medidas de seguridad y los ataques preventivos, EI-K tiene pocas oportunidades de atacar a estos países, por lo que ha trasladado sus objetivos a otras naciones como Irán, Rusia y Pakistán, entre otras. No obstante, el riesgo para los ataques terroristas en los países occidentales sigue siendo muy alto. El 21 de marzo, el comandante del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), general Michael Kurilla, destacó esta opinión en una comparecencia ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos: “El EI surgió y llevó a cabo ataques en Iraq y Siria a principios de este año y el riesgo de ataques terroristas provenientes de Afganistán está aumentando. Pienso que el EI-K aún mantiene la capacidad y determinación de atacar los intereses estadounidenses y occidentales en el exterior durante los próximos seis meses con poca o ninguna advertencia.”
En respuesta a estos riesgos, una serie de países occidentales están endureciendo las medidas de seguridad. Inmediatamente después del ataque terrorista en Moscú, Francia, país anfitrión de los Juegos Olímpicos de este año, elevó el nivel de alerta de seguridad al máximo. Según el presidente francés, Emmanuel Macron, las agencias de seguridad francesas han frustrado muchos planes de ataque terrorista del EI en los últimos meses, pero el reciente incidente en Rusia muestra que la amenaza del terrorismo sigue pesando mucho sobre Francia, especialmente en el contexto en que este año será la primera vez en la historia que la ceremonia inaugural de una Olimpiada se realizará fuera del estadio.