Luces y sombras en el Tratado sobre Comercio de Armas

(VOVworld) - La ONU aprobó el 2 de abril un Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA). El nacimiento de este acuerdo debe contribuir a controlar las transacciones armamentistas en todo el mundo. Sin embargo observadores, le apuntan insuficiencias tales como su incapacidad para frenar la venta de armas a terroristas y opositores insurgentes.

El Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) se considera en principio un instrumento para vigilar el mercado internacional de armamentos, que abarca tanques, vehículos blindados, artillerías, aviones, helicópteros, buques, misiles y equipos ligeros por un valor total estimado en 80 mil millones de dólares al año. Este Tratado pone acento en los criterios para el traslado de armas a través de las fronteras. Según lo adoptado los futuros países miembros deben controlar las exportaciones armamentistas para evitar que se usen ilegalmente violando derechos humanos, en actividades terroristas, por el crimen organizado y en conflictos bélicos. Además, los gobiernos tendrán la responsabilidad de frenar el mercado negro de armas. Así se espera un control de los armamentos e impedir transacciones incontrolables que propicien guerra, violencia y abuso de poder.

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La ONU aprueba el tratado sobre el Comercio de Armas


Tan pronto se aprobó el Tratado surgieron opiniones contrarias. El secretario general de la ONU depositó su confianza en que el acuerdo será un instrumento eficiente para frenar graves violaciones de derechos humanos y humanitarios. El secretario norteamericano de Estado,  John Kerry, manifestó su apoyo al Tratado, considerándolo como eficaz y viable. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, James Cameron lo calificó de gran logro para la ONU.
Mientras tanto, los países que rechazan o se abstuvieron en la votación en la ONU sostienen que el instrumento adoptado es insuficiente. Irán, Siria y Corea del Norte votaron en contra. Irán estimó que el acuerdo no pone fin al traspaso de armas a invasores, terroristas e insurgentes. Apuntó el perjuicio hacia el derecho de los países a armarse para defender su soberanía nacional. Corea del Norte se preocupó por que los grandes exportadores de armas se aprovechen del documento para seguir sacando beneficios. Entre los 23 países que se abstuvieron, Rusia señaló que el documento adolece de una sustancial cláusula para prohibir el suministro de armas a organizaciones no estatales además de que los criterios humanitarios en la valoración de los riesgos, se pueden utilizar como pretexto para alcanzar objetivos políticos.

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Banderas de los países que apoyan el Tratado sobre el Comercio de Armas


Además, el Tratado de Comercio de Armas carece de viabilidad. Los que apoyan este tratado reconocen incluso que la aprobación del mismo es sólo el primer paso y el siguiente será una campaña duradera para su materialización. Por su parte, el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Manuel Gómez Robledo admitió que todavía se trata de una primera etapa llena de dificultades. Mientras tanto, la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos exhortó al Gobierno a rechazar dicho acuerdo parapetándose en el argumento de que viola la constitución norteamericana y perjudica la seguridad del país.

Nadie niega la importancia del Tratado después de la firma  en 1996 del que prohíbe las pruebas nucleares en todo el mundo. Sin embargo, hay que preguntarse si este acuerdo podrá satisfacer las aspiraciones de los Estados que tendrán que suscribirlo, y luego ratificarlo en un proceso arbitrado por la ONU que tomará por lo menos dos años.

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