(VOVworld) - Apenas dos semanas después del golpe de estado militar contra el gobierno civil en Mali, se registran nuevos sucesos más complicados en este país, y el caos tiende a extenderse a toda la zona del Sahel. Numerosos mensajes diplomáticos de la ONU y de los países de dentro y fuera de la región han sido transmitidos a las fuerzas perpetradoras de esa asonada, incluso, varias medidas de sanción han sido aplicadas para aumentar las presiones sobre el restablecimiento del orden en Mali, sin embargo la situación sigue sin mejoras. A la opinión pública mundial le preocupa la inminente división de esta pequeña nación africana y el aprovechamiento de este terreno de inestabilidades por parte de las fuerzas terroristas, sobre todo del grupo Al Qaeda.
Soldados patrullan en las calles de Bamako, capital de Mali
Mali cayó en una crisis política después de que un grupo de soldados rebeldes autoproclamado como “Comisión Nacional de Recuperación de la Democracia y Restauración del Estado” asumieron el poder, con el pretexto de que el gobierno del presidente Amadou Toumani Toure fue incapaz de resolver el movimiento separatista de la comunidad étnica Tuareg en el norte. Estas fuerzas declararon también la disolución de las instituciones de Estado y la suspensión de la Constitución vigente. Pese a sus primeros compromisos de resolver la crisis política, el jefe de la Junta militar golpista no ha definido un lapso concreto. El primer capitán Amadou Sanogo, quien dirigió el golpe de estado, informó que restablecerá la Constitución de 1992, recuperará las instituciones estatales y transferirá el poder a un gobierno electo. Sanogo también se comprometió a consultar a las fuerzas políticas del país sobre la organización de unas elecciones pacíficas, libres y democráticas, sin la participación militar, pero no reveló cuando.
Sin embargo, mientras espera señales positivas de cambio político, Mali ya enfrenta riesgos de división e inestabilidad política. Mientras las fuerzas rebeldes están trabadas con el despliegue de sus propias declaraciones, el Movimiento de Liberación Nacional del Azawad de los rebeldes Tuareg y el grupo islámico armado Ansar Dine, con supuestos vínculos con la red terrorista Al Qaeda, han realizado varios ataques contras grandes ciudades en el norte de Mali. Tomaron el control de Timbuktu, la última urbe importante en el norte, tras ocupar otras dos grandes ciudades, Kidal y Gao. Este movimiento informó que fundará instituciones y elaborará una nueva constitución para las localidades conquistadas de la manos militares y del gobierno maliense, con vistas a acelerar el proceso independentista en el norte de Mali. Este suceso precipita más este país hacia su división. Actualmente se produce un gran éxodo de malienses hacia los países vecinos de Burkina Faso y Mauritania para evadir los conflictos, unas 400 personas cada día.
El pueblo de Mali vive en inestabilidad tras el golpe de estado
La opinión pública internacional expresa su preocupación sobre una posible expansión de la rebelión tuareg hasta Níger y la vasta zona del Sahel (compuesta por Senegal, Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudan y Sudan del Sur). Lo acontecido en Mali puede ser el paso inicial de una ola de inestabilidades en la región, o dicho de otro modo, el golpe de estado en Mali activaría la mecha detonadora de un gran conflicto en toda la región.
Obviamente, el golpe de estado de aquella “Comisión Nacional de Recuperación de la Democracia y Restauración del Estado” entraña muchos perjuicios para Mali. El Consejo de Seguridad de la ONU denunció fuertemente esta asonada y reclamó la restauración pronta de la constitución y el gobierno electivo en Mali, mientras convocó para este miércoles una reunión urgente sobre la crisis en la nación africana. EEUU, un aliado estratégico de Bamako, exhortó a los rebeldes en el norte de Mali a cesar sus acciones militares para lograr una tregua a favor de la integridad territorial de este país. En una actitud más recia, la Unión Africana adoptó una serie de sanciones, incluidas la prohibición de circulación y el bloqueo de propiedades impuestos a los dirigentes y miembros de la Junta militar golpista en Mali, así como a todos los individuos y las organizaciones que los apoyen o patrocinen. Con anterioridad, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental anunció la aplicación de sanciones integrales contra la administración militar en Mali. Además, los dirigentes militares de los 15 países miembros de esta organización se reunirán el 5 de abril para publicar un consenso escrito sobre el despliegue de unos 3 mil soldados en la región sureña de Mali.
De ser uno de los países más estables del continente negro occidental, Mali se convirtió ahora en un nuevo foco de inseguridad en la región. Se teme que si no se resuelve a tiempo, esta crisis política se expanda como una marea negra que empujará a varias otras naciones hacia nuevas inestabilidades./.