(VOVWORLD) - En un informe publicado este 11 de diciembre, la ONU evaluó que la situación humanitaria global en los próximos años seguirá enfrentando grandes desafíos. A medida que los conflictos y los impactos del cambio climático están aumentando, serán empujadas muchas comunidades a la vulnerabilidad, mientras las agencias de las Naciones Unidas carecen cada vez más de presupuestos operativos.
El informe del próximo año "Perspectivas Humanitarias Globales", publicado por las Naciones Unidas (ONU) este 11 de diciembre, evalúa que los conflictos, las emergencias climáticas y el colapso de muchas economías están pesando sobre los más vulnerables en todos los continentes, provocando hambrunas, migraciones a gran escala y brotes de enfermedades.
Ciudadanos palestinos abandonan sus hogares en la Franja de Gaza para evitar el conflicto Hamás-Israel. (Foto: AFP/VNA) |
El conflicto desata una crisis humanitaria
Las tensiones geopolíticas han provocado enfrentamientos en numerosas regiones del mundo este año. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas, actualmente 1 de cada 5 niños en el planeta vive en zonas de conflicto o tiene que huir de ellas. Alrededor de 258 millones de personas en el mundo padecen hambruna y necesitan ayuda urgente. Este último dato significa que pueden morir inmediatamente si no tienen acceso a recursos de socorro. Además, 1 de cada 73 personas en el mundo ha tenido que abandonar sus hogares debido a conflictos, desastres naturales o crisis económicas, una cifra que duplica la de hace 10 años.
Actualmente, el conflicto en la Franja de Gaza es el foco de atención mundial porque la situación humanitaria allí se agrava día a día. Según cifras publicadas por la ONU, a principios de esta semana, el 85 % de la población de la Franja de Gaza, tuvo que huir de sus hogares. O sea, 1,6 millones de personas han abandonado sus viviendas debido a los enfrentamientos entre las fuerzas de Hamás y el ejército israelí. Más de 18 000 civiles murieron, entre ellos muchos niños, y unos 50 000 resultaron heridos. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mitad de la población de Gaza, o casi un millón de personas, sufre hambruna.
Al intervenir en Ginebra (Suiza) el 12 de diciembre con motivo del 75.º aniversario de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU (1948-2023), el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, afirmó que la situación humanitaria en la Franja de Gaza está actualmente al borde del colapso.
Sin embargo, el secretario general adjunto de la ONU a cargo de asuntos humanitarios y ayuda de emergencia, Martin Griffiths, afirmó también que la atención del mundo no debería centrarse exclusivamente en la Franja de Gaza porque toda la región de Oriente Medio, Sudán, Afganistán o África Oriental también son puntos calientes. Estas naciones necesitan campañas de ayuda humanitaria a gran escala.
Apoyando esa opinión, el representante del PMA en Somalia, Petroc Wilton, también pidió a la comunidad internacional que comparta sus preocupaciones de manera más equitativa,
“Acabamos de ver una serie de crisis climáticas. En Somalia, la hambruna está en su peor momento para los últimos 10 años, mientras inundaciones devastadoras arrasan el país. Han sido destruidas familias que ya estaban en inseguridad alimentaria durante años y luchaban por recuperarse de la sequía más larga en la historia del país", enfatizó.
El vicesecretario general de Asuntos Humanitarios y Ayuda de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths. (Foto: AFP/VNA) |
Escasez de recursos financieros
Para responder a los crecientes desafíos humanitarios a nivel mundial, la ONU necesita grandes cantidades de apoyo financiero. Según el secretario general adjunto de la ONU, Martin Griffiths, el respaldo actual de la comunidad internacional no es suficiente para satisfacer las necesidades reales. En concreto, este año los programas humanitarios sólo han movilizado el 35 % del total de 56,7 mil millones de dólares en capital solicitado, marcando este como el año con la escasez de fondos más grave. Con esta fuente financiera, la ONU sólo puede brindar ayuda y protección a 128 millones de personas durante el presente año.
Ante dicha realidad, el subsecretario general de la ONU, Martin Griffiths, afirmó que si no se reduce el monto movilizado será difícil alcanzar la meta en un contexto en que los países donantes también enfrentan dificultades por la crisis de costos de vida. De esta manera, la ONU ha reducido su movilización a 46,4 mil millones de dólares para el próximo año y se centrará en brindar apoyo a los grupos más necesitados del total de alrededor de 300 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria.
Al respecto, Martin Griffiths señaló: “Nos centramos en las necesidades específicas de 181 millones de personas de un total de 300 millones que necesitan asistencia humanitaria. La diferencia entre estas cifras no reside en la necesidad de asistencia sino de que existen otras organizaciones, como por ejemplo la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras (MSF) y muchas más instituciones que también lanzarán sus propias convocatorias de contribuciones y planes de acción al respecto”.
La ONU informó que el fondo movilizado para el próximo año se utilizará para ayudar a 72 países, incluidos 26 países en crisis y 46 territorios vecinos que sufren las consecuencias derivadas de estos. El grupo de 5 países que más apoyo necesita son: Siria (4,4 mil millones de dólares), Ucrania (3,1 mil millones de dólares), Afganistán (3 mil millones de dólares), Etiopía (2,9 mil millones de dólares) y Yemen (2,8 mil millones de dólares). Por regiones, el próximo año Oriente Medio y el Norte de África necesitarán 13,9 mil millones de dólares, la cifra más alta entre todas las regiones.
La ONU estima que el número de 300 millones de personas en todo el mundo que necesitarán ayuda en 2023 sea de unos 60 millones menos que en el presente año. Sin embargo, la mayor entidad mundial también cree que el cambio climático puede estar reemplazando gradualmente al conflicto como causa de asistencia humanitaria. Dicho fenómeno hará que sea más difícil para las agencias humanitarias de las Naciones Unidas planificar y adaptar planes de respuesta.