Nigeria enfrenta la doble crisis

Nigeria está atravesando una situación difícil, marcada por la inestabilidad, con agudos conflictos tribales y religiosos que se suman a las protestas populares cada vez más extendidas contra la reciente decisión del gobierno de terminar los subsidios a la gasolina. La inseguridad y el peligro de una posible guerra civil son los términos más abordados en los últimos días por los medios de prensa con respecto a esta nación africana.

Nigeria enfrenta la doble crisis - ảnh 1
Fuerzas policiales de Nigeria patrullan en las calles 


El Ejecutivo nigeriano ha afirmado que no se echará atrás en su decisión de desregular la importación de petróleo, que ha provocado un aumento de los precios desde los 65 hasta los 140 niaras por litro (0,96 dólares). Las manifestaciones se desataron el primero de enero de 2012 inmediatamente después de que el organismo regulador nacional del petróleo de Nigeria anunciara esta nueva política. A pesar de ser el mayor exportador de petróleo del continente negro y miembro de la Organización de los Países exportadores de Petróleo, Nigeria gasta una gran cantidad de dinero para importar combustibles. Según autoridades locales, el pasado año los subsidios a los combustibles de este país alcanzaron los 8 mil millones de dólares. Con el fin de los subsidios, el gobierno nigeriano espera ahorrar capitales para desarrollar el deteriorado sistema nacional de infraestructura, y apaciguar las presiones sobre la reserva en divisas. Sin embargo, para la mayoría de los habitantes nigerianos, con un ingreso diario inferior a los 2 dólares, este recorte les priva del único beneficio del gobierno.

Las manifestaciones en repudio a esta política duran hasta ahora 10 días y no tienen señal de extinguirse. Los protestantes estimaron que esta decisión gubernamental sólo beneficia a las clases pudientes y medias, mientras provoca un aumento súbito de gastos para los servicios viales y el transporte, dificultando aún más la vida de las masas. El pasado día 9, se registraron decenas de bajas en enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad, y los conflictos producidos en la ciudad de Kano, la mayor del norte del país, fueron confirmados como los más graves. Especialmente, la huelga general desplegada el 9 y el 10 del corriente casi paralizó esta nación africana, ya que todos sus aeropuertos internos, gasolineras y bancos quedaron cerrados, mientras las calles fueron invadidas por los manifestantes.

Entre tanto, los conflictos tribales y religiosos subieron de tono en el país más poblado de África, donde la mayoría de los musulmanes reside en el norte, y los creyentes católicos, en la parte sureña. Las fuerzas islámicas extremistas llamadas Boko Haram- responsables de los últimos atentados sangrientos contra la comunidad católica en el norte de Nigeria- envió un ultimátum obligándole a desplazarse al sur. Este grupo realizó una serie de atentados suicidas en el país en la Fiesta Navideña de 2011, cobrando 37 vidas e hiriendo a 57 personas. En la noche del 4 de enero, el norte de Nigeria se estremeció otra vez por 3 atentados continuos con bombas, en pleno estado de emergencia dictado por el presidente Goodluck Jonathan.

Nigeria enfrenta la doble crisis - ảnh 2
                              Brote de la violencia étnica agrava la inseguridad en Nigeria

A duras penas el gobierno nigeriano confronta los actos violentos de los insurgentes islámicos de Boko Haram. Sumado a esto, las manifestaciones y huelgas cada vez extendidas en el país hacen que la administración de Abuya se acerque más a una grave crisis. Aún recordamos que la inmolación del vendedor ambulante Mohamed el Bouazizi en Túnez el 17 de diciembre de 2010, en protesta contra el maltrato de autoridades locales, desencadenó manifestaciones antigubernamentales en el ámbito nacional, las cuales se extendieron después a otros países del Medio Oriente y el Norte de África, para exigir la democracia y el cambio de los regímenes autocrático. Hoy día, una pequeña llama surgida de las protestas contra el fin de los subsidios del petróleo en Nigeria puede convertirse en un gran incendio, especialmente si le alcanza el nocivo viento de los conflictos étnicos y religiosos sembrados por el extremismo de Boko Haram. Estas fuerzas declararon que continuarán promoviendo una guerra contra el gobierno nigeriano hasta que eliminen el sistema laico y establezcan un estado islámico donde regirá la Sharía./.  

comentar

Otros