Hasta finales del 2013, la situación se ha hecho cada vez más tensa, con la disposición de  acometer acciones militares por ambas partes. Respondiendo a la presencia de buques chinos aparentemente de pesca en las aguas territoriales de las islas de Diaoyu/Senkaku, las fuerzas de defensa costera de Japón reforzaron sus efectivos en una permanente vigilia. Además, Tokio dispuso recientemente derribar a cualquier avión extranjero no tripulado que entre en su espacio y no responda a las advertencias, en tanto Beijing  había declarado unilateralmente con anterioridad establecer una nueva zona de identificación de defensa aérea en el Mar del Este de China, que incluye también el islote sumergido de Ieodo (o Roca de Suyan, en chino), controlado por Corea del Sur. Estos actos elevan las preocupaciones sobre prolongadas controversias territoriales entre China, Japón y Corea del Sur en los próximos tiempos.

Posibilidad de una carrera armamentista

Se teme que la escalada de tensiones en el Noreste de Asia sea la razón principal  para que los Estados de la región fortalezcan sus capacidades militares e inviertan más en la defensa nacional. A mediados de diciembre de 2013, Japón anunció que dedicará hasta 240 mil millones de dólares del presupuesto militar para el próximo quinquenio con la modernización de armamentos y unidades anfibias de reacción rápida. Se trata del primer aumento de los gastos militares de Tokio en los últimos 11 años.