(VOVworld) – El Gobierno de Japón acaba de publicar el Libro Blanco de Defensa 2015 en el que expresa la preocupación por el agravamiento de la seguridad nacional. Lo especial reside en su rechazo a la acreción territorial en el Mar Oriental y los proyectos de construcción y exploración de petróleo en el mar Huadong, considerándolo como amenaza para toda la región. Nada más publicar el libro, enfrenta la impugnación de China, lo que proyecta sombras a la zona del Noreste de Asia.
El Libro Blanco de Defensa de Japón se publica cada año para suministrar informaciones integrales sobre las actividades militares y la política al respecto, la situación de seguridad y defensa de diferentes países y regiones del mundo, así como los impactos sobre la seguridad nipona y las orientaciones venideras.
Se considera a China como amenaza para la seguridad
Imágen de la obra actual de China en el arrecife Chu Thap (Cruz), perteneciente al archipiélago vietnamita de Truong Sa (Spartlys). Foto: Time
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Mencionada en el Libro Blanco del año pasado, la edición 2015 destaca el reforzamiento del ejército y la seguridad de China, dedicando un tercio de las 429 páginas para expresar la inquietud sobre el aumento anual de los gastos militares de Beijing y la libertad de navegación marítima debido a la volatilidad de la situación en las aguas durante los últimos tiempos. En especial, Tokio mostró su preocupación profunda por la acreción territorial de China en el Mar Oriental y su instalación de plataformas de perforación petrolera en el mar Huadong. El documento destaca la transparencia en las actividades militares y el objetivo del incremento presupuestario para consolidar la defensa nacional por parte de Beijing.
Al aportar numerosas páginas sobre el tema, Tokio ha rechazado enérgicamente las acciones unilaterales y provocativas de Beijing que preocupan tanto a Japón como a los demás países de la región. Cabe decir que se trata de un criterio más fuerte del país del sol naciente frente a China. De esta manera, no se extraña la respuesta categórica de Beijing al calificar el libro de Tokio como un informe malicioso y tergiversado. China acusó a Japón de exagerar la amenaza que deriva de Beijing y agravar la tensión entre ambas partes. Consideró incluso la acción del gobierno nipón como la ejecución de una política de doble rasero, lo que deteriora la paz y la estabilidad de la región.
Difícil de reconciliar disputas cada vez más profundas
El portavoz de la Cancillería de China, Lu Kang impugna el Libro Blanco de Defensa de Japón 2015
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A finales de mayo último, China publicó su Libro Blanco de Defensa destacando sus llamados “derechos justos” en el Mar Oriental y el mar Huadong. Es claro que no recibió el apoyo de los países vecinos salvo la preocupación de numerosos estados relacionados. Con la delicadeza del sector militar, cada vez que se presenta un libro blanco, esto significa declarar la política de defensa nacional por lo que no se extraña la respuesta categórica de China al criterio de Japón que considera a Beijing como una amenaza para su seguridad y la libertad de navegación marítima en la región.
En realidad, la contienda entre Beijing y Tokio ha sido siempre una cuestión espinosa que centra la atención internacional. Persisten las disputas entre los dos países en materia de las islas Senkaku/Diaoyu en el mar Huadong. Hubo ocasiones en que estallaron conflictos en esta zona. Entretanto, se han producido nuevas oleadas en el Mar Oriental relacionadas con las acciones unilaterales de China, lo que perjudica los beneficios nipones. Por esta razón, el gobierno de Shinzo Abe adoptó un nuevo borrador de seguridad ampliando la esfera de operación de las fuerzas de defensa colectiva de Japón. Según esta estrategia, se requiere una coalición militar más coherente entre el país del sol naciente y Estados Unidos para enfrentar la codicia de China. Con su Libro Blanco recién publicado, Tokio ha agudizado las discrepancias dificultando la reconciliación con Beijing.
En este sentido, después de que la Cámara de Representantes de Japón aprobara el nuevo proyecto de seguridad, las relaciones entre ambas partes entraron en una nueva fase más volátil. En los últimos tiempos, pese a los esfuerzos comunes para mejorar sus lazos bilaterales, iniciando los diálogos políticos de alto nivel, no resulta fácil solucionar las profundas diferencias que persisten durante décadas entre China y Japón.