(VOVWORLD) - La Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que tuvo lugar del 3 al 4 de julio en Astana, la capital de Kazajstán, centró discusiones en el fortalecimiento de las conexiones comerciales intrarregionales y la consolidación de la cooperación en materia de energía, seguridad, así como la expansión de miembros en el contexto de una creciente inestabilidad geopolítica en el mundo.
Creada en 2001 en Shanghái (China), la OCS cuenta actualmente con 9 miembros, incluidos: China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Pakistán, India e Irán. La organización representa más del 60 % del continente euroasiático, casi el 50% de la población mundial y el 32 % del PIB del orbe.
Banderas de países miembros en la sede de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) en Beijing, China. (Foto: AFP/VNA) |
Incrementar la conectividad
Como presidente rotativo de la OCS, desde principios de este año, Kazajstán ha llevado a cabo cerca de 180 eventos, centrándose en temas de mejora de la seguridad y la estabilidad en los países miembros y los de la región, al tiempo que promueve una estrategia a largo plazo para conectar el comercio, la inversión, el transporte y la energía.
Conocido por sus ventajas en recursos naturales, minerales y energía, Kazajstán considera la cooperación energética una prioridad máxima para la agenda de la Cumbre de la OCS de este año.
En la reunión de ministros de Energía de los países integrantes efectuada el 26 de junio, el gobierno kazajo presentó oficialmente la “Estrategia para el desarrollo de la cooperación energética entre los países de la OCS hasta 2030” para que los jefes de Estado del bloque la firmen y ratifiquen en esta ocasión.
Según el ministro de Energía de Kazajstán, Almasadam Satkaliyev, este documento es el resultado de 16 reuniones y debates durante el año pasado entre los países miembros de la OCS y, cuando se implemente, ayudará a los países miembros a garantizar firmemente la seguridad energética, al tiempo que se cosecharán grandes beneficios económicos a largo plazo.
“Este documento esboza algunas direcciones estratégicas básicas. En primer lugar, es garantizar la seguridad energética, incluida la construcción de proyectos de inversión a gran escala en áreas tales como: producción de electricidad, explotación de fuentes de energía renovables y desarrollo de redes eléctricas nacionales e intersistemas, y la construcción de líneas de transmisión de energía transfronterizas, además de invertir en la instalación del almacenamiento de energía, el desarrollo y producción de otras fuentes de energía, incluidos los hidrocarburos”.
Además de la cooperación en la conectividad energética, infraestructura de transporte (carretera y ferrocarril), el desarrollo de los puertos y tecnología también forma parte de las prioridades importantes discutidas en la Cumbre de la OCS, cuyo punto culminante es el proyecto de construcción de la Ruta de Transporte Internacional Trans-Caspio (TITR) o Corredor Central, que recorre China, Kazajstán, el Mar Caspio, Azerbaiyán y Georgia. Recientemente, China, Uzbekistán y Kirguistán también firmaron un acuerdo para construir un corredor ferroviario que conecte a los tres países como parte de la iniciativa “la Franja y la Ruta” (BRI). Además, en el contexto de los crecientes desafíos del cambio climático y los avances tecnológicos, especialmente el auge de la inteligencia artificial (IA), los países del grupo también están promoviendo mecanismos de cooperación y gestión sostenible de los recursos hídricos, aumentando las conexiones de economía digital y sincronizando gradualmente el sistema aduanero electrónico. En particular, la OCS también está acelerando su plan para construir su propia estructura financiera, incluida la inclusión de mecanismos de pago y el uso de monedas locales en las transacciones comerciales dentro del bloque.
Mejorar el rol de seguridad
Inicialmente, la organización ha centrado su misión en consolidar el diálogo cultural y mejorar la cooperación económica en la región de Asia Central, pero con el crecimiento de los países fundadores, y la incorporación de nuevos miembros, la OCS está ampliando cada vez más su influencia, convirtiéndose una de las organizaciones regionales más importantes del mundo no solo en términos de economía y energía, sino también en seguridad y geopolítica. Después de admitir a Irán el año pasado, la entidad planea admitir a Bielorrusia como su décimo miembro en la Cumbre de Astaná, con lo cual ampliará su alcance geográfico e influencia a Europa del Este. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo al respecto: “Todo está decidido en la Organización de Cooperación de Shanghái, todos los acuerdos están ya fijados. El primer acto de la Cumbre de Astaná será la aceptación oficial de Bielorrusia como miembro de pleno derecho de la OCS. Durante el resto de la cumbre, Bielorrusia participará en pie de igualdad con todos los demás miembros”.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov. (Foto: AFP) |
Según el experto Maxim Kramarenko, jefe del Centro de Información y Análisis del Instituto de Política Euroasiática (Kazajstán), la Cumbre de la OCS de este año podría ser el comienzo de una nueva estructura de seguridad colectiva en la región euroasiática. Indicó, que además de admitir a Bielorrusia, la OCS prevé anunciar el establecimiento de un centro para combatir los desafíos y amenazas a la seguridad. Este nuevo aparato se construye a partir de la mejora de los mecanismos vigentes, como la Estructura Regional Contra el Terrorismo (RATS), así como de los mecanismos de diálogo de la OCS y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA).
El objetivo del nuevo centro es proteger la soberanía de los países miembros de la OCS de influencias externas, en el contexto del aumento del conflicto armado e inestabilidad geopolítica en el mundo. Esta medida también es coherente con las declaraciones anteriores del presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, de que la OCS debe luchar para destruir el terrorismo, el separatismo y el extremismo, y debe convertirse en un mecanismo de cooperación multilateral más eficaz en términos de seguridad.