(VOVworld) – Las negociaciones finales sobre la cuestión nuclear entre Irán y el Grupo P5+1 compuesto por Rusia, China, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania) se desarrollan en Viena, capital de Austria. Esta es la última ronda de diálogo para llegar a un acuerdo integral en cuanto al polémico programa nuclear de Teherán durante años. En medio de diferencias existentes entre las partes implicadas, se duda si esta vuelta a la negociación terminará en la fecha tope del 24 de noviembre o se repetirá el viejo guión de las prórrogas. Este tema suscita la atención internacional.

Esta puede ser una decisiva vuelta de negociación para que Irán y las potencias lleguen a un acuerdo final para poner fin a la polémica sobre el programa nuclear de Teherán durante los últimos 12 años. Estos diálogos revisten trascendencia porque de fracasar, este proceso se dilatará hasta el cansancio y el estancamiento, lo que provocaría consecuencias imprevisibles. Pese a los esfuerzos de las partes involucradas, las negociaciones para alcanzar un acuerdo a largo plazo para limitar el desarrollo del programa nuclear de Irán, ofrecerle asistencia y levantar las sanciones impuestas a la nación persa no terminan de arrojar resultados.

Diferencias difíciles de solucionar

Después de incumplirse la fecha tope del 20 de julio, Irán y P5+1 acordaron prorrogar el plazo de diálogo para solucionar los problemas claves. Sin embargo, han pasado cerca de 4 meses y las partes concernientes no han podido reducir las diferencias pese a los esfuerzos comunes para impulsar las negociaciones entre Irán y P5+1, las bilaterales entre Irán y Estados Unidos y las tripartitas entre Irán, la Unión Europea y Estados Unidos. De esta manera, se depositan todas las expectativas en la última vuelta de diálogo y se espera que el acuerdo sea alcanzado el 24 de noviembre. Sin embargo, observadores no muestran optimismo sobre la potencialidad de lograr algunos resultados concretos en la ronda de negociación ya que existe una discrepancia aún no resuelta. Al echar una mirada retrospectiva a los últimos años, cabe decir que las partes implicadas aunque avanzaron considerablemente en un camino largo de clasificación de los temas importantes, quedan diferencias en torno a las cuestiones claves y críticas. Se trata de las preguntas sobre el nivel de enriquecimiento de uranio de Teherán con el reactor de la planta de agua pesada de Arak, el plazo de vigencia del acuerdo y la escala del alivio de las sanciones, entre otros. En este sentido, vuelve el círculo vicioso en el que la parte iraní acelera el enriquecimiento de uranio a nivel del 20% mientras el Occidente intensifica la sanción contra la nación persa.

Buena voluntad requisito previo

Por lo tanto, no se puede negar que en los últimos 10 años, las negociaciones nunca progresaron como ahora. Ambas partes lograron una confianza suficiente para acelerar el diálogo. Pese a la falta de un acuerdo final, este proceso es irreversible. Esta buena voluntad contribuye a reforzar la confianza recíproca y el acercamiento de Irán a P5+1.

Sin embargo, para llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes, se requieren mayores esfuerzos. En vísperas de esta ronda de negociación, el canciller iraní, Mohammad-Javad Zarif declaró que si encuentra la buena voluntad de P5+1, Teherán está dispuesto a responder y alcanzar un acuerdo. En el caso contrario, Irán aboga por una solución a la cuestión nuclear que no vaya en contra de los beneficios nacionales. Entretanto, el canciller de Reino Unido, Philip Hammond opinó que las partes pueden lograr un acuerdo antes del 24 del corriente mes, pero advirtió que Irán necesita mostrar mayor flexibilidad en persuadir a los socios sobre la característica pacífica de su programa nuclear. Además, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry estimó que esta es una oportunidad histórica que no debería desperdiciar Teherán para eliminar las preocupaciones internacionales, aprovechar oportunidades económicas y poner fin a su aislamiento.

Oportunidad de oro para un acuerdo integral sobre el programa nuclear

Es claro que ambas partes muestran su buena voluntad. De momento, lo más importante es aprovechar las oportunidades en acciones concretas. Comprenden que el tiempo transcurre debilitando la posibilidad de llegar a un acuerdo.

En medio de la creciente inestabilidad regional con amenazas del autoproclamado Estado Islámico, la firma de un acuerdo integral sobre el tema nuclear no sólo terminará con 35 años de hostilidad entre Irán y Occidente sino también abrirá oportunidades de cooperación entre Washington y Teherán, especialmente en la lucha contra los yihadistas. Es hora que Estados Unidos y Occidente acepten la realidad de que Irán juega un papel trascendental en la solución de una serie de problemas en el inestable Oriente Medio. Se trata de la búsqueda de una solución a la crisis siria, la transición segura y exitosa en Afganistán, y la recuperación de la estabilidad en Líbano y Yemen, así como el mantenimiento de paz en la frontera entre Líbano e Israel. De esta manera, las últimas negociaciones representan una ocasión de oro para que Irán y el P5+1 alcancen un acuerdo integral a largo plazo sobre el tema nuclear en aras de la prosperidad común.